sábado, 2 de mayo de 2020

CHANO - IV -


Llevaban ya dos meses en los que las relaciones con Luisa se reducían a la mera profesional, eso si, manteniendo la cortesía laboral pero cuando se salía del trabajo cada mochuelo a su olivo.
Las primeras semanas Chano incluso agradeció la frialdad. Leonard estaba en una estancia técnica en Italia por cuenta de la empresa, lo que había hecho de la oficina una zona mas tecnica, más aseptica en relaciones humanas.
Pero pasaban las semanas y Chano echaba en falta algo, calor humano, no tanto sexo, que también, como charlar, sentirse acompañado, interactuar.
En una de esas semanas en las que la sensación de soledad era acuciante, Chano se fue a la calle a buscar calor humano.
Encontró un local con no mal aspecto de nombre "CHAT". Se decidió a entrar.
Era un semisotano bien decorado con una barra serpenteante en uno de los lados y al otro un remedo de zona de baile, pobremente iluminada. En las paredes libres como especie de reservados con asientos enfrentados con una mesa central. Chano se dirigió a la barra. Era pronto y viernes, la gente aún no se habia decidido a salir. En la barra habia otro tipo, por lo que Chano decidió irse a la otra esquina. Solo tenía ganas de que le dejasen en paz.
- Vodka con hielo, doble, y una cerveza - pidió a una chica que estaba en la barra.
- Muy fuerte  vienes - comentó la chica - has visto la hora que es.
Chano se limitó a mirarla pero deliberadamente no abrió la boca, solo hizo un gesto con la cara de inevitabilidad y resignación.
Le sirvió y de un trago consumió lo servido.
- Otro, le dijo a la chica.
- ¿No vas muy lanzado, forastero? - una sonrisa cinica se le pintó a la rubia de la barra.
- ¡A mi cuenta! - resonó la voz del cliente al otro lado de la barra, cogiendo su vaso y acercandose a Chano.
- No te conozco de nada y mi bebida la pago yo - intentó parecer lo más duro posible.
- Vicente - se presentó extendiendo la mano.
Chano se le quedó mirando largamente y finalmente aceptó la mano.
- Chano. Y ahora que somos viejos amigos, déjame en paz beber tranquilamente.
- ¿Te ha dejado o has dejado? - hizo un silencio y volvió a preguntar - Tío o tía.
- ¿Tengo pinta de maricón? - quiso parecer indignado.
- Que va. Pero hoy día hay que preguntar, perdona. La mía estaba muy colada y pasó por hacer trios con otra, hasta que me dijo que porqué no dos tios, otro y yo. De momento me negué en redondo, pero se me cargó de razón: 'tu sabes lo que me costó aguantar las arcadas el primer coño que me obligaste a comerme, cabronazo, pues ahora o te comes un rabo mientras me follas, o te vas a la mierda'
- Y que le dijiste...
- Me negué de momento, pero luego me dije que me podría escabullir y engatusarla con un doble que iba a volverla loca. Así que transigí. Y me dijo que el tío lo ponía ella.
- Lo hiciste. Te comiste un rabo al final, seguro.
- La primera vez si.
- ¡Comiste rabo! - dijo sorprendido mientras apuraba el segundo vodka - y oye, por curiosidad, ¿como es?
- Eres un cabroncete, ¿eh? Bueno, así metido en faena y como estás salido da al principio algo de reparo, pero una vez dentro de  la boca mi única preocupación es que no se corriese con ella dentro. Pero no.
- ¿Como acabó entonces, Vicente.
- ¡Rubia, ponnos otras dos! Nos vamos a aquella mesa del fondo.
- Se sentaron en una mesa con un sillón corrido de cuero rojo muy gastado, desde donde se dominaba toda la sala.
- Empezamos por coger cada uno un pezón. El tío no tenía ningún problema en rozarse conmigo, aunque yo hacía todo lo posible por mantenerme alejado, asi que cada uno mordisqueando su pezón nos manteníamos prudentemente alejados. Hasta que a Clarita, Clarita era mi novia, se le antojó que le comiesemos el coño los dos a la vez.
- Pero eso es muy dificil - dijo sorprendido Chano.
- Y tanto. Teniamos que rozarnos los labios por cojones. Tío, Chano, eras, ¿no? en una de esas el tío, unos treintaytantos tendría, me morreó con lengua y todo. Yo estaba con los ojos cerrados y el beso era de experto y me entregué durante unos segundos, hasta que reaccioné y me aparté. El tío va y le dice a mi novia que beso de puta madre, que si la mamo igual no respondia de no correrse. Miré cabreado a Clara intentando amparo y va y responde que seguro que la mamo mejor que beso.
- ¡Que cabrona!
- Y entonces el tío me acerca la polla a la boca y mi novia me dice, que venga, que tengo una polla preciosa delante y que quiere disfrutar de mi polla dentro y de ver como me follan a mi la boca.
Y asi fue. El tío en la cabeza de Clara que le comia los huevos estirandose y yo la polla mientras, se la metía a ella. De pronto el tío dijo que se iba a correr, me la sacó de la boca y la metió en la boca de mi novia y se le corrió dentro. Yo estaba a punto de correrme, el tío salio de cuadro y Clara me atrajo hacia ella compartiendo  el lefote del tío conmigo que en ese momento, del morbazo, me desleché por completo. Así  que no solo le comí la polla sino que tragué su leche. Una cabronada.
- ¿Fue solo esa vez? - preguntó con intriga Chano - y te gustó mariconazo - el vodka empezaba a hacer milagros.
- ¿Solo? Hubo tres veces mas y lo jodido es que la última, la puta última vez - y a pesar de la poca luz el puchero que hizo Vicente se notó - y si, hostia, si, me gustó, joder, me gustó y lo repetiría, ya lo he dicho, coño, y no soy maricón, joder, no.
- Si no quieres seguir, no pasa nada Vicente, no te apures - Chano se levantó y se acercó a la barra a pedir dos copas mas. Cuando regresó Vicente estaba mucho más calmado - ahora trae las bebidas. ¿Te encuentras mejor?
- Si, si. Es que no me explico lo que pudo suceder. Cuando estaban las cosas bien calientes y el otro estaba mordiendole el clitoris como la cosa mas normal del mundo empecé a comerle la polla, ¡y lo disfruté, joder, me gustaba! es más y esto es lo peor, rogaba porque se me corriera en la boca, estaba fuera de mi.
- ¡Joder Vicente! me has empalmado con la historia
- ¿De verdad? - gimió de angustia.
- ¿Que te pasa?
- Que esto es peor de lo que yo creía. Que te iba a decir si querias que te aliviase con la boca. No se me cae de la cabeza esa polla y no se buscar a nadie. Si tengo que ser gay, lo seré, pero quiero que se me quite esto de la cabeza - el alcohol tambien hacía de las suyas en Vicente - me pajeo y en lugar de presentarseme Clara con el coño abierto, se me viene a la cabeza la polla del tío dandome leche a tragar.
- Escucha Vicente. Otro tanto me pasa a mi. Mi novia de meses, hartos de follar como dios manda, un día se le antoja que me quiere follar el culo con un consolador, y lo hace con tanto arte, que me gusta y solo pienso en un buen rabo. Quiso que un compañero del trabajo que es bisexual me follase, me cabree y me largué.
- Joder, Chano, tío, ahora eres tu el que me ha empalmado - y en medio de la penumbra se marcó el paquete.
Y entonces sucedió algo que  Chano no se podia imaginar cuando entró al local, aunque mas de cuatro copas pueden hacer milagros. Vicente le cogió la mano a Chano y se la llevo al paquete. Chano mismo se sorprendía de que no opusiera ninguna resistencia.
- ¡Hostia, que buen rabo para mi culo! - y soltó una sonrisa bobalicona mientras se sacaba su verga y le cogia la mano a Vicente para que apreciase su dureza - pero me conformaba con una mamada ahora.
- ¡Que buen amigo eres! con las ganas que yo tenía de un rabo como este - y sin soltar la presa de la bragueta de Chano se le acercó a la boca y prolongaron entre los dos un beso torrido en la penumbra.
Chano sujetó la cabeza de Vicente entre sus manos y se entregó al beso mientras notaba que su pene se volvia mas petreo. Vicente abandonó la boca de Chano y se hundió en su braqueta. Y no la abandonó hasta que no sintió el sabor levemente dulzón del semen. Con la boca llena volvió a la boca de Chano y entre los dos consumieron el jugo.
¡Joder, tío que bien la mamas, cabrón! Y yo creía que a Luisa no la ganaba nadie.
- Chano - dijo Vicente mirando muy de cerca a sus ojos - tío, estoy muy pedo, pero se nota que no fumas, te sabe el lefote a almendras dulces y no se como será tu ojal pero con que sea la mitad de competente que tu rabo..., Chano, amigo, ¿no te babea el coño por una polla de carne descarada, como la mía?
- Ya se que te lo debo, Vicente, pero..., yo también estoy pedo del todo, pero..., bueno venga vale - se puso de pie y empezó  a desabrocharse el pantalón - te sacas el nabo y yo me siento encima, ¿vale? y ya es como si hiciese el proyecto fin de carrera para la licenciatura de maricón, ea, ya está dicho, y que a Luisa la folle un pez, que esta frío y resbaladizo.
Vicente, sujetó a Chano para que no se desnudara.
- Venga Chanete, anda, abrochate y vamonos a mi apartamento aquí al lado. Aquí en medio, con tanta gente ya alrededor, no vamos echar un polvazo. La mamadita, ni se a notado, así debajito de la mesa, pero ya un encule va a ser un poco raro. Tengo un estudio cerca, anda, acompañame.
- Vamos a los servicios - Chano estaba completamente ido - y ya salimos de eso, y luego nos tomamos la penultima.
- Venga, Chano, vamos a mi casa. Lo que necesitamos es echar un sueñecito y ya mañana, duchaditos y eso ya veremos.
- Vale, aguafiestas, vale - se le entendía ya difícilmente - vamos a tu casa.
Dando tumbos y apoyandose el uno en el otro fueron saliendo del local. Por la calle cada dos pasos Chano se detenía para abrazar a Vicente y declararle su amor eterno besuqueandole por donde podía. Vicente hacia lo que podía para mantener a Chano en la vertical a pesar de que él también se encontraba muy perjudicado pero más acostumbrado a beber.
Aunque el estudio de Vicente, estaba cerca, tardaron casi veinte minutos en llegar.
El estudio era una sola habitación de no más de cincuenta metros, con una puerta para independizar el baño. El resto una cama de matrimonio, un sofa con una mesita y un mostrador de cocina americana. Todo habilidosamente desordenado.
Vicente llevó casi en volandas a Chano hasta dejarlo en la cama dormido como un oso en invierno. Él ya estaba despejandose del alcohol consumido. Haciendo un último esfuerzo y con la promesa de poseerlo se aplicó a desnudar a Chano y lo hizo del todo, completamente desnudo y se demoró en cada pliegue, en cada detalle de su anatomía, oliendolo, sorbiendolo para su memoria; la perfecta disposición de su vello pectoral que se prolongaba hasta confundirse, como un reguero de polvora negra con el vello púbico y se continuaba hasta los muslos poderosos. Como hombre era una belleza de cuerpo, marcando suavemente abdominales y oblicuos confluyendo hasta la bahia del pubis. Comenzó a dirigirse a él en voz alta, a sabiendas de que no le oiría.
- Eres un dios griego, Chano, merecerías llamarte Apolo. Pero no solo tienes belleza material, eres buena persona. De todos los heterosexuales a los que me he trajinado tu eres el más trasparente, el mas puro, más inocente. Eres un alma blanca y no, no te voy a follar como era mi idea, no te lo mereces, no te enterarias por otra parte dado tu estado, me gustaría que fueras consciente y deseases mi cuerpo en el tuyo. Mañana cuando estés despejado hablaremos y te lo contare todo, que no ha existido  Clarita alguna, que no han existido esos trios tan bizarros, que solo soy un depredador de heteros, que goza llevandoselos al huerto y demostrandoles que muchas veces el mas macho lleva una sissy dentro, a veces tan dentro que no se la puede sacar y otras veces los heteros lo son, y algún hostión me he llevado para confirmarlo. Pero contigo, es diferente, amigo. Tienes algo, cabrón, que me conmueve.
Vicente, se desnudó también por completo y se echó al lado de Chano, piel a piel le abrazó con su brazo rodeandole el pecho y así se quedarón dormidos.
- Buenas noches, amor, me estás robando el alma - y le rozó sus labios con los suyos.
Después, Vicente se abandonó al cansancio del día y durmió.

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