domingo, 29 de abril de 2018

BUDDIES -2-


Nos cruzabamos con algún coche que se dirigiría al curro. Isaac iba deprisita y yo pensaba que quizá me había equivocado al responder con la boca pero impulsado por el deseo de aliviarme de la tensión que estaba haciendome polvo los huevos. No paraba de moverme en el asiento del Leon de Isaac, por la incomodidad del empalme. Viendome tan ansioso Isaac me dijo que si no era capaz de esperar los cinco minutos que faltaban para llegar, me la sacase y sin mancharle la tapicería me la machacase, "pero de hacerme la paja a mi no te libras"

Isabel me sugirió para aliviar la tediosidad del domingo que llamasemos a Isaac y a su hermano y a ver que pasaba, le conteste que Sandra no tenia idea si sabría de la liberalidad de su novio, aunque me quedé pensativo, "mira, pues si, que no lo sepa. Aquella faenita de Isaac, precisamente aquella noche que yo iba con Sandra no se me ha olvidado"

Aparcó el  coche lo mas cerca que pudo de la entrada de forma brusca; tenía prisa, me urgió a que le siguiese y no pudo ni esperar el ascensor. Corrió escaleras arriba subiendo los peldaños de dos en dos. Llegó a su habitación y desde la puerta me hizo señas con la mano mientras susurraba, para no alborotar que me diese prisa.
Entré en su cuarto y cerró la puerta y sin pararse a más comenzó a desnudarse. Era evidente que no era la primera vez que escenificaba esa coreografia, se le encontraba suelto de cuerpo; "vamos, tío, desnudate ¿no tienes ganas de correrte?"
En un santiamén quedó como su madre le trajo al mundo, y a pesar de estar ya harto de verle desnudo, la figura que tenía delante era otra, como si estuviese viendo una película nueva. Mientras yo me desnudaba, preguntandome porqué estaría haciendolo, Isaac se estimulaba su pene esperando, sin demasiado interes porque prefería mirar una revista que sacó de debajo de una pila de papeles, y por lo que pude atisbar era una rubia explosiva y generosa penetrada por dos garañones. He de reconocer que esa visión me excitó y para cuando me desembaracé del boxer había recuperado la erección que traje durante todo el trayecto en coche. "Ah, cabrón, estas cachondo perdido. Está buena Sandra, ¿eh?" y al tiempo que decía esto ampliando su sonrisa hacía presa en mi verga. Me parecía todo irreal y le dejé hacer hasta que me largó un "cogeme la polla tu a mí, Juan, joder".
La  verdad es que hacía meses que no le tocaba el rabo a Isaac y no me resultó desagradable; al principio con timidez, no con el desparpajo que lo hacia él con el mío y poco a poco fui entrando en faena. Empecé a derramar precum, del estado de excitación en el que me había dejado Sandra y ello le hizo sorprender a Isaac, "tío, estás muy salido" y recogiendo ese liquido filante de deseo con los dedos, me los llevó a la boca. Me retiré de él malhumorado con un "¿que haces, joder?" al tiempo que me limpiaba con el dorso de la mano izquierda. Se me quedó sonriendo delante de mi a modo de reto y sentenció: "mira, chalao, y aprende" se exprimió su uretra haciendo salir su propio líquido preseminal, lo recogió entre su dedos y se lo llevó a la boca: "no sabe a nada, pero te pone guarro, verás", se me acercó, se agachó y se metió mi pene en la boca. Me quedé helado, aunque sintiendo una sensación grata, pero quise retirarme, me sujetó por las nalgas y no me lo consintió. Me dejé llevar, no sin protestar, "hacerse una paja es una cosa, y esto es una mariconada, y no quiero decir con esto que no me guste". Sin sacarse mi verga de la boca, levantó los ojos y me guiñó. Luego me dejó se levantó, me miró a la cara muy serio y me dijo que no quería volver a tener que explicarme nada, que estaba muy excitado y quería satisfacer su sexo; que no había tías y solo estaba yo, "no somos gays ni de lejos, pero nos ayudamos y depende de lo salido que esté uno, el cuerpo le pide una cosa u otra. No tengo un coño que comerme, pero tienes algo parecido a un clitoris, ¿me dejas que disfrute?
Me sentí avergonzado, como si le estuviese a mi amigo poniendo pegas para alcanzar su cielo. Asentí, con un leve parpadeo, me empujó hasta la cama, me tumbó en ella y se colocó en posición de hacernos una felación mutua. Me dio apuro negarme, después de lo que me dijo y me dejé hacer en la seguridad de que en mi boca no iba a entrar su nabo, por mucho que él me mamase el mío. Comenzó con su felación que no se cómo conseguía que fuese profundisima lo que a pesar mío me proporcionaba un placer exquisito. Isaac me restregaba su sexo por la cara con la esperanza de que me doblegase y abriese la boca que mantenía firmemente cerrada. Pero sucedió algo con lo que yo nunca habría contado. Mi amigo dejo el pene y comenzó a lamerme las bolsas de los testiculos, otro placer que no imaginaba que pudiera darse. Me concentré en ese placer, bajaron mis defensas y sin saber como su lengua se insinuaba en mi ano sin voluntad propia le facilité el trabajo levantando las piernas y elevando el periné al tiempo que abría la boca en un suspiro de placer y su pene se colaba dentro. He de confesar que la combinación de ano, lengua de Isaac, su verga y mi boca conformaron un todo que no me hizo desagradable la felación, es más, me apliqué con fruición a su lamido y relamido, mientras él seguía con su estimulación de ano. En un momento de placer extremo me dijo: "déjame que te la meta por el culo, cabrón, me pongo una goma y te follo, estoy que no puedo más"
De un golpe me puse en pie, se me bajo la libido por completo y me tiré practicamente por los boxer: "hasta aquí, Isaac, esto es ya demasiado. Tu ya te has follado el culo de otros, seguro, pero el mío, no. Y me voy ya" Isaac seguía con una erección tremenda, "venga tío, no seas así, no puedo más. Tengo un lubricante que ayuda a la dilatación, te juro que lo voy a hacer con mucha suavidad y además te va a gustar..., te lo digo por experiencia" me dejó a cuadros, "que a ti te han partido el culo, ¿quien, cuando, donde? Joder Isaac eres una caja de sorpresas. Venga dime, me excita este chisme de portera". Me contó que el año anterior a entrar yo en el equipo uno de los mayores que ya había acabado la carrera le buscó las vueltas, le convenció y se lo hizo. Que el tío aquel era bisexual, tenia su novia, pero que un culo de tío le apetecía de vez en cuando, "la verdad es que lo hizo muy bien, fue molesto al principio pero en cuanto dilaté fue muy agradable, la verdad. Lo hicimos en su habitación de la residencia. "¿No vas a querer probar? Mira yo empiezo, ya has visto lo que te ha gustado con la lengua; ¿que te duele o es muy desagradable? lo dejamos. Por favor. Otro dia lo haces tu conmigo. Te va a gustar follarte algo tan estrecho"

"Coge tú el fijo" El teléfono fijo reclamaba atención, hice caso a Isabel y descolgé. "Era tu hermano, que viene solo, su novia ha tenido que ir a casa de su madre", a Isabel se le iluminaron los ojos y se llevó las manos a la entrepierna poniendo cara de placer. "Como te folla el culo tu hermano, nadie, ¿no es cierto? pues que sepas que me pone cachondisimo" me llevé la mano al pantalón y marqué el bulto que hacia mi pene, le pregunté, que qué tal una doble por el culo a lo que ella contestó con cara pícara que no sabía si su hermano estaría de acuerdo. "Por cierto, ¿como fue aquella primera vez? Nunca terminaste de contarmelo.

Nunca conseguí explicarme del porqué de aquel: "venga, vale, joder, pero que conste que no me hace ninguna gracia"
Isaac exhibió una amplisima sonrisa y abriendo el cajón de la mesilla sacó un tubo de color lila y blanco y un condon.
"Como se hace, como me pongo. Joder, me escucho diciendo esto y no me lo creo"
Me di la vuelta y me flexioné hacía adelante. Isaac me dijo riendo que no, que me tumbase en la cama sobre la espalda y levantase las piernas en "V". A continuación me aplicó una cantidad de lubricante en el ano y empezó a masajear con los dedos. Cuando llevaba un rato masajeando me dijo que me tocase el ano. Me quedé helado. "¿que has hecho, que es esto" le grité alarmado. No me había dado ni cuenta y lo que yo creía que eran dedos masajeando era solo un dildo que ya tenía insertado. "El lubricante para primerizos, lleva un anestesico local que impide el dolor de la dilatación del esfinter interno. Sácate tu mismo el plug, con delicadeza, y luego te lo vuelves a insertar" hice lo que me dijo, tiré con cuidado de la parte que sobresalía y comprobé que había oposición, hice mas fuerza y ahora si, senti que se me abría el culo para expulsar después rapidamente una pieza de forma cónica. No sentía dolor, solo una sensación extraña, no desagradable ni agradable, aunque si estimulante. Isaac me dió mas lubricante e intente introducirlo con mucho cuidado. Me daba miedo empujar e Isaac me ayudó, sentí una sensación como de defecar y a continuación, sentí como que mi cuerpo tiraba hacia dentro del plug. La sensación era de bienestar. Entonces mi amigo empezó a manipularlo haciendolo entrar y salir. Era agradable, la verdad. "¿No sientes nada, como un calambre en el capullo, algo extrañamente placentero, como de ir a correrte?" le contesté que no. Entonces revolvió en el cajón de donde había sacado el lubricante y sacó una especie de dildo de forma rara. "Es un estimulador prostatico, cuando lo inserte te va a salir semen acompañado de un placer como de orgasmo pero no tan intenso y prolongado" Efectivamente a medida que lo introducía y luego lo movía dentro de mi empezó a destilar mi pene abundante semen y acompañado de un placer muy dulce y entonces, sin pensarlo se lo dije: "sacame eso y mete tu polla y acabemos, esto es placentero y eso no me gusta nada"

lunes, 23 de abril de 2018

BUDDIES

Una tarde de domigo más. Daba igual que se tuviesen ocho años y se languideciese de aburrimiento con el horizonte del colegio al dia siguiente o que se tuviesen treinta años y con tu novia de veinticuatro al lado.
Desde que la conocí, hacia ya dos años, no quise cometer el mismo error que cuando con veinte años tuve mi primera novia y me callé el pequeño detalle de que no me importaba, es más, agradecía, una sesión de bud-sex. No me pareció reseñable hablarle de ello ya que en esas sesiones, el sexo era sexo y punto. Cero implicación emocional. Era muy excitante averiguar el momento de la eyaculación en medio de una felación para evitar tener que tragarse el semen; ya se sabe que es una de las mentiras mas extendida: "sigue, sigue, que yo te aviso cuando me venga"
Igual de excitante que intentar engañar al que en ese momento te hace la mamada a ti. Parecía mentira pero al salir de uno de estos encuentros anonimos, tenía más ganas de hacerlo con mi novia, se alargaba más el encuentro.
El caso es que aquella primera novia, recién venido de uno de esos encuentros, no pudo evitar olerme en la polla un perfume a tabaco y madera irremediablemente masculino, que ella sabía que no era mío. Y allí se acabó.
Por eso cuando me arregle con Isabel tras el primer y maravilloso polvo acariciadola le dije que, de alguna forma, necesitaba de vez en cuando un encuentro "raw" que era un sexo físico, sin alma. Se me quedó  mirando fijamente y supe la respuesta..., pero me equivoqué. "Me gustaría ver como te folla un tío"
Me dejo mas sonado que un boxeador de tercera en un combate amañado.
Balbuceando, completamente descolocado, le dije (y encima avergonzandome de ello) que nunca nadie me había taladrado, ni mi polla había olido a mierda nunca. Yo mismo me sorprendí disculpandome por no haber sido dado por culo ni siquiera imaginármelo. No sabía si le mentía con la suficiente convincencia. No se porqué no le dije la verdad desde el primer momento.
Empezó a acariciarme las bolsas con mucha parsimonia y con delicadeza se fue acercando con sus dedos al ano. Me lo acarició insinuando levemente la yema del dedo y con voz mimosa me dijo: "Yo no quiero que te hagas novio del tio que te folle; bud-sex, cariño. ¿No vas a hacer eso por mí?"
Me dejo la mente en blanco con sensación de vacío en la boca del estomago y yo la dejé en la cama y me fui a la ducha mientras escuchaba a mi espalda "piensatelo, cariño, que más da que te la metan por la boca o por el culo y además me pondría a mil que me comieses mientras te sodomizan". Me empalmé solo de imaginarlo.
Salí de la ducha secandome la cabeza e Isabel se masturbaba voluptuosamente en la cama. Le dije que si no había tenido suficiente y me contestó levantando las piernas y acariciandose el ano.
"¿No quieres probar Juanito? Si yo lo aguanto, porque no tú"
He de confesar que sentí como si crestease por el K2, pero imaginar su ano perforado por mi verga hizo que tuviese una erección explosiva. Siempre estuvo entre mis fantasias mas prohibidas penetrar a una tía por el ojal, ahora se me presentaba la oportunidad. Ella al ver la respuesta casi automática a su petición me animó abriendo bien las piernas y separandose las nalgas. Tiré la toalla y me abalancé a la cama, ella se ensalivó el ano y me animó. Escuché su gemido de a medias dolor y placer y el rictus de dolor/placer de su cara hizo que la penetrase de un  golpe de cadera y me corriese instantáneamente.
Al tiempo lo hacía ella escuchando mi grito animal. Cuando detuvo el jadeo, apostilló "Cabrón, podías haber tenido más cuidado, me has destrozado el culo, o la tienes más grande de lo que yo creía o hacia ya tiempo que no me daban por detrás"
Si antes estaba descolocado, ahora ya no sabía que pensar. Con cara de carajote recién zumbado le interrogué con la mirada.
Soy gemela con Fernando, ya sabes, y los dos calentitos. Habría estado fatal que me hubiese preñado de mi hermano. A los catorce fue la primera vez. La verdad es que fue muy considerado, le echó tiempo y fue muy placentero. Nos queremos mucho. Desde hace un año que se echó novia no tenemos relacion carnal. No se si a su novia la sodomiza. Lo cierto es que yo ya lo echaba de menos.
"Yo no lo he echado de menos nunca y lo siento por ti, pero, no se si podré". Mentí una vez más.

Aquella aburrida tarde de domingo con Isabel en casa, tumbados cada uno en un sofá y viendo una soporifera pelicula, recordaba aquella toma de conciencia. Habían pasado dos años y podía estar tranquilo en cuanto a mi retaguardia; la tenía perfectamente preparada para cualquier contingencia.

Quedamos tendidos los dos, desnudos en la cama. Isabel encendió un cigarrillo. Se lo recriminé y por toda respuesta me preguntó: "Y como fue esa primera vez de bud-sex". Me quedé pensando. Me vino a la memoria el cuerpo desnudo de Isaac en la ducha de los vestuarios del campo de rugby.
Cuanto entré en Arquitectura me preguntaron si quería probar en el rugby. Me pareció bien y comencé.
Hice amigos y empezamos a salir los fines de semana. Copas, jugar al penultimo, tablones de campeonato y un día amanecí en la cama de Isaac. Me iba a reventar la cabeza y a tientas me fui a la ducha. Me dejé llevar por la molicie del agua caliente acariciandome el cuerpo. Al frotarme el pubis noté con sorpresa que tenia semen seco entre los enmarañados vellos. Me salí de la ducha sin secarme como un miura recién bandirelleado. "¿Que pasó anoche, Isaac?, estoy lleno de lefa seca en los huevos"
Isaac muy tranquilo me contestó que nada, que me había hecho un pajote solo que la mano era la suya, de la misma forma que mi mano le había hecho una paja en su polla. Me dejó sin palabras. A duras penas, más que sorprendido en un hilo de voz, sintiendo que el mundo se me hundía bajo mis pies pude afirmar que yo no era maricón y que se había aprovechado de mi borrachera para que le hiciese una paja. No me importaba que él fuese gay, pero conmigo que no jugase. "Fuiste tú, Juan, es más, te empeñaste en chuparmela y no te dejé porque sabía que esto iba a pasar"
Quiso quitarle hierro al asunto, se acercó a mi, me echó el brazo al hombro y me dijo que no me agobiase, que una gayola era una gayola con tu mano o con otra y que lo olvidase, aunque si es cierto, dijo, que con otra mano es diferente, y si no me lo creía, que me la pelase con la izquierda. "Y venga vistete, que nos perdemos resistencia de materiales" zanjó así el incidente y no volvió a hablar de ello hasta dos meses después que en la ducha de los vestuarios, se acercó a mi cabina super empalmado y me pidió una mano amiga, y lo hice. Acabó rapido  me preguntó si yo necesitaba una mano, le negué con la cabeza, balbuceando: "ya sabes que no soy maricón" a lo que con un gesto de la boca me dijo: "ni yo, tu mismo". Se fue a terminar de duchar, yo terminé también, me vestí al tiempo que lo hacía él  y me dijo que si le acompañaba con los colegas a tomar unas birras. Me disculpé y pase el resto de la tarde rumiando en mi cuarto lo que acababa de suceder en las duchas.
Al día siguiente dispuesto a despejar todas las dudas que se me amontonaban me planté en el cuarto de la residencia de Isaac y sin mas preambulos y muy nervioso
casi que le grité: "vengo a, a, a que me hagas una paja". Se hartó de reir por mi apuro y despues me dijo sin ningún corte que me la sacase. Ante su naturalidad no supe como reaccionar; nunca barajé esa posibilidad, imaginé que me echaría de su habitación con cajas destempladas y ahí habría acabado todo. "Venga, tío echate en la cama y sacatela, que tengo mucho que estudiar" Se levantó muy resuelto, me empujó sobre la cama, me hurgó en la bragueta y me la sacó. "Joder, Juan, que clase de ayuda necesitas ¿y el empalme, tío? Le dije que estaba nervioso y soltandomela se levantó sonriendo: "querías probar, ¿no?" Me recompuse la ropa, me disculpé disponiendome a marchar y me agarró del brazo. Se me acercó a la cara más de lo que sería recomendable y temí que fuese a besarme. Fue todo rapido: "mira, tío, ni voy a besarte ni soy maricón ni tu lo eres, pero esto tampoco es un juego. Si necesitas una mano, en mi la tendrás. Como si la cosa se pone cruda y necesitas mi culo o la boca, pero nada más que eso. Sexo por sexo. Placer mutuo o no, orgasmo y fuera, los besos y las caricias son para mi novia. Te repito no soy marica y ya se ahora que tú tampoco. Y anda, largate, que tengo que estudiar".
Ese fin de curso, celebrabamos las notas, alguna matricula, sobres, notas y algún aprobado y a partir la pana esa noche. Isaac iba con una novieta medio formalizada, cada uno del equipo con una chica y yo con una compañera de curso, que hacía que fuese envidiado por muchos compañeros. Era una autentico modelo, bellisima y un cuerpazo de vertigo.
Estuvimos en diferentes sitios, nos calentamos más de lo que hubieramos deseado y a eso de las seis de la mañana las niñas dijeron basta. Isaac y yo las llevamos en su coche a sus casas y después cuando estaba llevandome a casa de repente aparcó el coche; me encaró con ojillos chispeantes: "Ahora entiendes lo que es de verdad un buddy. Yo necesito por lo menos una mano, ¿y tú? supongo que una mano también se te queda corta. ¿Vamos a mi cuarto?"
Yo hacía una hora que la erección me resultaba ya molesta, toda la noche rozandome con Sandra, pensando en que al final rematariamos, aunque fuese en los servicios, o el coche y el jarro de agua fría final. Necesitaba desahogarme, me dolían los huevos y la garganta se me acababa de secar definitivamente. Sin poder articular palabra le clavé los ojos en los suyos y con el corazón a doscientos pude balbucear: "que sea lo que tenga que ser; vamos". Isaac me dió una palmada en el muslo con fuerza: "Si, joder, sabía que podía contar contigo"
Arrancó y pisó el acelerador rumbo a la residencia.

                                                                       ... to be continued