martes, 8 de diciembre de 2020

TIO IGNACIO (3)

 

- !Eres gay, cabrón de Ignacio! por muy tío que seas mío - hizo una pausa con la respiración agitada, se sujetó su pene aún de buen tamaño y medio llorando continuó - y ahora yo también soy gay. Me he corrido en el culo de un tío, por muchas tetas que tenga, pero tiene más rabo que yo.
Tío Ignacio, parecía no dar importancia a lo que estaba sucediendo. Seguía en sus trece de que sexo es sexo y que daba igual, que todo estaba en la cabeza.
- Cuando viste a Violeta en el pub te la habrías follado allí mismo. La mamada que tanto disfrutaste la recuerdas ahora desagradable porque sabes que los labios y la lengua eran de un tío tuneado, o el placer sigue estando ahí.
A medida que hablaba se iba acercando a la posición de su sobrino. Los dos seguían desnudos y a los dos les goteaba aún su cola. Violeta observaba con curiosidad condescendiente y se disponía a preparar copas mientras susurraba para si, que les iban a hacer falta.
Ignacio quedó a escasos centímetros de su sobrino que aún tenía cara de angustia. El tío abrió los brazos para consolar a su sobrino y se fundieron en un abrazo. Ignacio, sabía perfectamente que más que consolar entraba en la segunda fase de la seducción. Aún estaban fundidos en el abrazo cuando llegó Violeta con dos vasos de tequila.
- Venga, tomar algo y tu nene, espabila que esto de hoy es de lo más inocente que te vas a encontrar
Se tomó el vaso de un trago y pidió a Violeta otro. El tío le ofreció el suyo que volvió a trasegar de un golpe.
Violeta entonces se agachó, cogió los penes de ambos hombres y se los metió con destreza de años en la boca. Ignacio no deshizo el abrazo a su sobrino y comenzó a besarle en la mejilla y desplazándose imperceptiblemente hacia la comisura de sus labios, mientras Violeta seguía con una felación profunda del sobrino nada más que recuperaba ya su juvenil brío. Poco a poco las tablas del tío en los menesteres del sexo fue pulsando el grado de excitación de su sobrino hasta dar el salto y rozar los labios. El sobrino cerca del orgasmo se entregó y se dejó besar por su tío que descaradamente ya utilizó su lengua. Tío y sobrino enzarzados en un tórrido beso aceleró el orgasmo provocado por la felación y Violeta, consumado éste tomó parte en el beso entre los hombres, empezando a fluir el semen entre las tres bocas. Y entonces el sobrino, vuelto a enardecer buscó el pene de su tío junto al suyo, lo palpó, sopesó y notó como crecía. Sin ningún reparo se dejó caer de rodillas.
- No tienes porque hacerlo Guillermo
- Quiero hacerlo, Ignacio. Si voy a ser maricón lo seré con todas las consecuencias.
El chico, se metió la verga del tío en la boca y comenzó a moverse como le habían hecho a él y a pasar la lengua por el frenillo. El tío avisó a su sobrino que se iba a correr para que se retirase, pero él continuó hasta recibir el semen del tío, luego se levantó, pidió a su tío que abrirse la boca y le escupió su corrida dentro. Luego, se dejó caer en el suelo todo lo largo que era.
Violeta, se quitó el body ajustado que llevaba y se tumbó a su lado, acariciándole. Le tomó su mano y la llevó a sus genitales.
- Si, es mi polla y mis huevos. Pero quería tener tetas y me gusta vestir de mujer. Después de tener mi hijo con la mujer con la que me casé, muy joven, para acallar el bicho que llevaba dentro que me decía que los hombres eran lo mío, decidí que para tener muchos hombres solo hace falta ser mujer, con polla. Todos los tíos somos bisexuales, pero tenemos que montarnos teatrillos para tragarlo. ¿Cuántas veces te has acariciado el ano mientras te masturbas? Todos deseamos meter y que nos metan. Pero todos están confabulados para decirte que que te metan es malo, meter es bueno - al tiempo Violeta estimulaba el ano de Guillermo con los dedos lubricados. Iba del ano a las bolsas, masajeando e insinuando los dedos en el ano - ésto te molesta o te produce placer, se sincero.
- La verdad es que me gusta - dijo a regañadientes.
- ¿Quieres ver cómo es mi ano? Me han metido cosas muy gordas, y no pasa nada.
Violeta le dijo a Guillermo que se lo mirase para que viese cómo queda un ano bien trabajado. Ignacio se agachó sobre la cabeza de su sobrino y le sorprendió lo que vio. El ano era alargado y los bordes eran como labios de una boca. Tendría unos cuatro centímetros de eje. Para sorpresa de Guillermo, Violeta alargó la cabeza y besó el ano de su amigo.
- ¿No te da asco? se escandalizó el chico.
Su tío Ignacio le explicó que el besado y lamido del ano previo a la penetración, es de las cosas más agradables.
- Ya metidos en este barullo, ¿quieres que te lo hagamos a ti? Nadie te va a penetrar después si tú no quieres.
Guillermo no hizo ningún comentario. Se quedó mirando fijamente a su tío y empezó a levantar las piernas para exponer el ano.
- Házmelo tu tío y luego pásame tu capullo por ahí a ver qué se siente. Si quieres puedes intentarlo, y si me duele, se acabó. Con saber que ya puedo hacer mamadas tengo suficiente por hoy para encima no poder sentarme en una temporada.
Ignacio comenzó a lamer el ano del sobrino insinuando la punta de la lengua en el ano. Guillermo preguntaba que iba haciendo y Violeta le decía que la lengua de su tío estaba entrando en su cuerpo.
- Tío, ¿puedes intentar metérmela muy despacio?
- Si tú quieres, lo haré y en el momento que quieras que lo deje, me retiraré.
Ignacio miró a Violeta y le hizo una imperceptible seña.
- Voy a lubricarte un poco para más facilidad.
Violeta entregó un tubo grande a Ignacio en cuya leyenda se leía CON ANESTESICO.
Ignacio después de lubricar con aquel lub anestésico sin prisas el ano de Guillermo hasta dejarlo inerte, comenzó a penetrarle. Cuando estaba completamente dentro le dijo a su sobrino que se llevase la mano para que comprobase hasta donde había llegado. Guillermo sonrió al comprobarlo y entonces Ignacio entre las piernas levantadas de su sobrino se le acercó a la cara, le besó en los labios y le pasó su mano por la nuca, y de inmediato Guillermo regreso a sus diez años y comprendió que ésta sodomización de su tío la deseaba desde entonces pero él no lo entendía. 
- Follame, tío - susurró al oído a su tío - lo he deseado siempre y no sabía que me pasaba. He gozado chupando tela. Ahora comprendo porque me empalmaba cuando me abrazabas. Sigue follandome, creo que me voy a correr otra vez. Quiero que Violeta me de su polla en la boca, lo deseo.
Pero no dio tiempo, Ignacio se corrió de inmediato y su sobrino casi al tiempo. Así, sin sacarla permanecieron un rato, abrazados y besándose.
De camino de vuelta a casa, Guillermo detuvo a su tío, le besó largamente y le dio las gracias.
- Ahora ya lo sabes, tío, cuando quieras, mi cuerpo es tuyo.