domingo, 21 de julio de 2019

ENTRE LOS MEANDROS DEL DEE

Has escrito tu destino en la bruma,
Entre los meandros del Dee
Has preferido callar, sonreír y llorar
Lágrimas que escuecen el alma,
Lágrimas que no caen ni mojan,
Suspiros cohibidos, asfixia, penar.

Decidí arrancar tu sexo de mí,
Cegar mis ojos con fuego ardiente,
Fuego del miedo y la vergüenza,
Fuego griego que no se apaga
Eternidad de dolor rubí.
Ausencia, sobre todo soledad
Sin tu consuelo, sin tu presencia.

Mi universo es una cama fría
Sabanas huérfanas de tu calor,
Arrugadas sábanas de duelo
Húmedas de tu sudor,
Lienzos para la epopeya gris,
Sudarios para mí muerte en vida,
Noche eterna aunque luzca el sol.

Se que aunque vuelvas no estaré.
Mi corazón habrá huido,
La piel hecha cuero no sentirá,
Los labios serán ceniza de hielo,
Un diabólico holograma el sexo.
Espero que llores sobre mi tumba,
Que me resucites en tu memoria
Para saber lo que es una pena:
Desear amando y sin poder tocar
No poder dejar de amar.

sábado, 13 de abril de 2019

DEGENERACIÓN


Arrastro mi ansia de puta,
Mi puta ansia de carne dura,
Deseo impúdico de carne.
Abrase mi sucio cuerpo
Entre mirtos y lentiscos
Dándose al vicio de cualquiera.
Cae la noche entre los pinos
Inundan tinieblas mi alma
Ciego de lujuria me ofrezco;
Desgarren sin piedad mi carne
Cómo esclavo sin alma,
Useme cualquiera a su antojo.
Caiga la polución en mi cara,
Sacie mi sed vuestra crueldad
Sea letrina de toda salacidad
Y lágrimas amargas mi consuelo.
Mi destino es vagar, gozar, sufrir;
Entregado a quien me escupa.
Almoneda de deseos fantasiosos,
Lienzo sobre el que pintar
Cuerpo caliente al que despreciar
Comprándolo sin pagar,
Felpudo al que pisar,
Dos agujeros para gozar y...
Carne a la que lacerar,
Y una carcajada lugubre
Para terminar.
Quedo exhausto y lleno,
Rezumando tu hiel
Añorando aquella miel
Que entraba con tu saliva,
Deseando ser tu cueva
Un refugio a tu lujuria desbocada,
Rada segura para tu sexo.
Se te llevó el vicio,
El sexo en grupo,
La piel a piel,
Y así me entrego yo,
Tendiendo mi mano al diablo,
Que me lleve entre espasmos
Me hunda cada uno en cada orgasmo.
Quiero pudrirme,
Llegar a ti podrido
Pudrirnos juntos
Degenerados,
Pero juntos.

viernes, 5 de abril de 2019

ESTRELLA FUGAZ DE. AMANECIDA


Eres una perra despiadada.
Uncido del principe Alberto
Me conduces donde quieres,
Ronca de roja lujuria
Me urges a que te folle;
Que hunda mi capullo anillado,
Irrumpa ansioso en tu coño,
Te haga sentir mi ampallang...
Y puedas morir de otro orgasmo.

Me torturas los pezones
Con las chinas de dolor,
Muerdo bestial los tuyos,
Me pides que ame tu espalda
Y entro en tu vomitorio;
Con urgencia te penetro el culo
Pellizco tu clitoris,
Escucho otro doloroso orgasmo
Y haces que me corra.
Los espasmos me marean,
Siento avanzar la leche,
Lefote espeso recorre la polla,
Te inundo y me desmadejo.

Me haces feliz limpiandome,
La polla vestida de semen;
La desnudas con tu lengua
Y me besas con pasión.
Mezclas en mi boca tu sabor
Con el dulce placer de mi cuerpo,
Paladeo orgasmo de varón,
Gusto de feroz hembra,
Saboreo angustia de identidad
Y me entrego a lo prohibido.
Adoro tu desvergüenza,
Me zambullo en tu cueva,
Reconozco mi sabor,
Me excito y te entrego mi placer.

Resaca de amanecida,
Insomnio de deseo vicioso,
Ansia de comerme tu piel,
Necesidad de entrega eterna.
Te doy mi cuerpo,
Añoro que me esclavices,
Deseo morir gozandote,
Darte mi esencia,
Vivir eternamente en ti,
Y ser estrella fugaz.


viernes, 22 de marzo de 2019

TODOS TENEMOS UN CULO II


- Ya fue la mundial, cuando faltaban quince días para la boda y me acerqué a casa de Alfredo para un asunto del weding...
- Bueno, la boda ¿no? - dijo Elisa cargada de razón -
- Si, eso hija, es que las palabrejas se cuelan. Bien. Llegué a su casa, me abrió su madre y me dijo que Alfredo estaba en su habitacion; "que ha dicho que no le moleste. Pero bueno, seguro que eso  no va contigo, Julia"
- Y abri la puerta con un '¡sorpresa!'..., y si, la sorpresa fue la mía.
- ¿Habia otra? - preguntó sobrecogida Elisa
- Otra cosa. Estaba Alfredo tumbado de lado en la cama con el vibrador completamente insertado en el culo y masturbandose. Del sobresalto el consolador salió disparado y se descuajeringó contra el suelo. Empezó a balbucear excusas ininteligibles hasta que me acerqué le bese y le dije que se tranquilizase. Porque si a mi me gustaba, porqué no iba a gustarle a él. Despues de eso, cerré la puerta, me desnudé y le rogué que fuese él el dildo, para mi placer. Lo hizo y después le comprometí para ir a comprar otro vibrador.
- Pero, por donde te la metió, por..., detrás o por..., tu sabes.
- Empezamos por delante, pero él se corrió por detrás; de haberse vaciado por delante seguro que me preña, hacía dos semanas de la ultima regla.
- ¿Y como le entro yo a Alejandro para engatusarle? Porque te lo digo en serio, me ha intrigado eso del vibrador.
- Ponlo muy burro, Elisa, juguetea con él; tontea con sus pezones...
- ¿Con los pezones, Julia, un tío? Uy, que raritos sois. A mi me encanta que me mordisquee los pezones Alejandro, pero hacerselo yo a él ni por ensalmo se me hubiera ocurrido.
- Pues les pone muy cachondos. Aquel día que le pillé con el dildo en el culo, cuando fui a comprar otro, el vendedor me preguntó si no había probado las pinzas japonesas. Total, que me las llevé también. Cuando Alfredo vio como me ponia con las pinzas, el vibrador y la sodomización, quiso probarlas. Se acababa de correr en mi culo, pues bien, se puso de tal manera que tuve que meterle el dildo y se volvió a correr sin tocarse. Si quieres, te presto juguetitos para esta noche; tengo pinzas, vibradores de diferentes tamaños alguna fusta que otra.
- ¿Fusta?
- ¿Nunca te han azotado, Elisa? - miró Julia con sorpresa a Elisa- ¿Alejandro no ha tenido nunca la ocurrencia de darte unos azotitos en el coñito cuando mas cachonda estás? Pues no sabes lo que te pierdes. Y luego ya, antes de taladrarte el culito, unos azotes con la fusta te ponen en suerte -y remató Julia con una risita picarona al tiempo que se bajaba la braguita del bikini y le enseñaba las nalgas a Elisa - mira, esto es de anoche.
Julia se llevó las manos a boca observando las marcas finas y alargadas color rosado que en numero elevado recorrian el culo de Julia.
- Pero eso tiene que doler
- Tienes aún mucho que aprender - contestó Julia a Elisa- no hay placer sin dolor. Escuece, si, pero excita mas que duele,y luego cuando te mete toda la verga querrías que siguiese azotandote y follandote el culo eternamente.

Alfredo miraba fijamente a Alejandro y recordaba aquella primera vez en la que viendo una porno bastante salvaje en la que una mulata era penetrada por tres tios, dos por el ano y otro delante,  vio el envase del dildo y se dijo: '¿porque no?'
La fluidez del lubricante en los márgenes del ano le producía un placer raro.
- Cuando me puse el lubricante antes de, con mucho miedo, apuntarme el dildo - confesó en queda voz Alfredo ante el asombro de Alejandro - al ano, ya sabia que lo iba a hacer, porque deslicé el dedo bien lubricado y en absoluto me desagradó.
- ¡Joder, tío! eso es una mariconada.
- ¿Porqué? Que no me la clavó ningún tío. Si a Julia le ponía, porque a mi no. Además que sepas que en cuanto entró me corrí.
- ¿Te lo metiste entero, entonces? No sería muy grande.
- ¿Quieres verlo?
Alejandro puso cara de rechazo y su primera intención fue negarse, pero la curiosidad fue mas fuerte.
- Venga. No voy a decirte que no, pero vamos que no es que me haga chiste...
- Bueno - dijo Alfredo con entonación de no darle importancia.
- No, no. No te voy a hacer ese feo. Vale, enséñamelo - como quitandole importancia.
Alfredo se dirigió al bungalow y al entrar sonrió a las mujeres que charlaban animadamente. Cuando salió llevaba una bolsa en la mano.
- Mira - le dijo a Alejandro sacando una verga de material gomoso semirigido.
- Alejandro hizo ademán de retirarse como si le hubiesen enseñado un escorpión.
- Toma, cogelo, está lavado. Verás el tacto mas agradable que tiene - y se lo tendió a Alejandro.
El instrumento calculó Alejandro tendría cerca de veinticinco centímetros de largo y aproximadamente cinco de grosor. Tenia reproducidos todos los detalles anatomicos, frenillo, venas, surco del glande.
- ¡Cógelo! - urgió Alfredo - no muerde - y con una risotada se lo colocó entre las piernas - no hace falta que te lo metas..., ahora mismo - y soltó una risotada.
Alejandro no quiso pasar por carca o pacato y cogió el dildo. Tenia un tacto suave rigido moldeable. Se estrujaba hasta cierto punto y luego se recuperaba.
- ¿Esto te has metido,  cabe, no te ha rajado? Estás loco. No me lo creo. Lo tendría que ver.