jueves, 9 de abril de 2020

BUKKAKE


- Oye, Alex, ah, si vale, creía que no escuchabas. ¿te has despertado ya?, venga vale. Que vamos a comer en casa de Sergio. Vamos a pedir un indio, por si te apetece y luego ya largas y eso y empalmamos, ja,ja,ja, empalmamos, eso, hay que empalmar con tu historia.
Alex, se había acostado tarde. Rememorar otra vez esos episodios, los besos increiblemente sensuales de Abel y el sexo con Ruben, tan enérgico, tan belico, como si el muchacho quisiera purgar mediante esa violencia el hecho de tener sexo con otro hombre; no consentía una caricia, ni un beso que no fuese como el ataque de un caiman, todo era salvaje y doloroso aunque terminase en efusión. Y Alex, pasó buena parte de la madrugada valorando si lo contaba o no. Ruben ya se habia casado, hacia unos meses con su novia a la que había preñado y estaba a punto de ser padre. Si llegase a sus oídos no sabía Alex hasta donde podía llegar su reacción.
- Vale, voy a comer, me gusta la comida india con esas tortas de pan tan ricas.
- A eso de las dos te esperamos.
Alex se levantó se fue a la ducha y saliendo fue a la cocina.
- Mama, no como aquí. Voy a comer con Raúl y una gente. Si llama Lucía le dices que voy a comer con Raúl y que nos vemos esta noche donde Sergio.
- ¿Vaís a comer porquerias de esas que no son mas que piltrafas con mucho picante. Recuerda que luego te da mucho dolor de estomago.
- Que si, mamá que no te preocupes, que ya soy mayorcito.

- Ole, ya está aquí el cuentacuentos - Sergio saludaba a Alex - espero que no nos decepciones, cabrito.
- Que hay, Alex - Raúl entrechocaba hombro con hombro, y en plan mas confidente, sujetándolo por los hombros - ¿como estas tú?
- Bien, Raúl, he dormido mal. Ya os contaré. Es muy complicado explicarlo todo, y quiero ser sincero con vosotros sin intentar buscar disculpa. Si tengo que ser gay pues lo soy pero si no lo soy no quiero dar esa sensación. Bueno, a ver si contandolo y respondiendo a vuestras dudas me aclaro yo también. Te adelanté ayer lo de Rubén y es algo que ni yo me explico y no sabría decir si se lo explica él.
Llegó la comida y picaba como si hubiesen consumido todo el picante del mundo. Alex se atiborró del pan indio, el Naan para aliviar el ardiente de las salsas, la carne de pollo, del cerdo, todo picante y de alguna forma, todo con el mismo sabor, pero el Naan venía en abundancia e incluso sobró. Luego Sandra preguntó quien queria un te gris de Fortnum. Alex le pidió a Sandra un café bien cargado.
- He dormido fatal, y después de la comilona me voy a quedar frito
- Tampoco has comido tanto Alex - le dijo Ainoa - bueno, de pan de ese te has atiborrado.
- Te hago un café fuertecito - y lo acompañó Sandra de un pellizco cariñoso en la nuca.
- Sandra, por favor - le dijo Alex con un escalofrío - no me hagas mas eso que me pongo malisimo.
- Anda, no seas salido - Sandra le dio un besito en los labios.
- Bueno - dijo Raúl muy festivo - después del calentamiento de Alex, todo el mumdo bien preparado para el bukkake.
- De boca y de culo - dijo muy serio Sergio - que conste, que luego no quiero malos rollos.
- Y de coño, querrás decir - sentenció cargada de razón Ainoa.
- De eso nada, cariño mío - Raúl le dio un beso en una oreja a su novia - el coño para otra ocasión que luego nos entra el cariñoso y al final éste - señalando a Alex - se queda de mirón, así que iros limpiando bien el culete, porque va a ser boca y culo. Luego ya nosotros dos hacemos de las nuestras pero a Alex hay que acogerlo.
Cada uno se tomó su bebedizo y Sandra rompió.
- Vamos, Alex, ¿por donde empiezas?
- Os acordais que os dije lo del hostión que le di a Ruben sacando la cara por Abel.
- Tambien, que cojones tuviste, llegas de Maverick y tumbas al chulito de la tribu - le palmeó la espalda Raúl.
- Bueno, pues resulta que Rubén era alto, como yo y jugaba al voley, como yo. En la primera clase de educación fisica el profe nos probó a todos y enseguida se dio cuenta. Yo ya jugaba donde viviamos al voley y se me daba bien. Ruben y yo mediamos mas o menos lo mismo y empezó una relación de encontronazo. Él siempre buscando revancha. El entrenador nos llamó a capítulo y nos dijo que le importaba un carajo si nos llevabamos mal o bien, como si éramos novios. "A este no le importaría, es maricón" dijo Rubén y el profe rapidamente le cortó. "Al primer encontronazo, insulto o desprecio por parte de quien sea estáis los dos fuera, como si quedamos los ultimos de la liga". No nos quedó mas remedio que soportarnos a distancia, los dos queríamos jugar.
- Ni un insulto por la bajini, ni una zancadilla, ¿nada? - se extrañó Sergio.
- Que va. Yo me hice muy amigo de Abel. Iba a estudiar a su casa, el a la mía, me presentó a su novio, un chaval saladisimo con algo de pluma, pero enseguida lo olvidabas. Empecé a salir con una cría que jugaba al tenis, Nuria, ya sabéis, tonteando. Me dejaba siempre muy caliente, pero no pasamos de alguna paja de esas de ultima fila de cine de barrio y besos de tornillo de esquina oscura. No me dejaba pasar de las tetas; yo queria llegar a su sexo, me obsesionaba hacerselo con la boca y deseandolo me pájeaba mas de lo recomendable. Con Rubén y entorno, todo estaba en calma.
- ¿No llegaste a nada con Nuria? - preguntó Ainoa.
- Conseguí metersela en la boca una vez pero se puso a vomitar y nunca mas.
- Venga, sigue - le empujó Raúl.
Alex dudó de como endulzar lo que venia a continuación y al final decidió contarlo con total crudeza, sin maquillarlo.
- Lo que viene ahora lo voy a contar del tirón y no quiero que me interrumpais. No es facil para mi, pero sucedió como sucedió.
Tanto Rubén como yo smachabamos bien y colocado y el entrenador nos solia convocar a entreno de mates.
Aquella tarde, cerca de las vacaciones de navidad, el entrenador nos citó en el gimnasio para entrenar, justo el dia que tomabamos las vacaciones teniamos un partido importante. Empezamos ya anochecido. El portero entró y le dijo al entrenador que cerrase él, que era tarde y se iba.
Seguimos con el entrenamiento hasta que llamaron al profe; tenía que marcharse ya.
- Venga chavales, nos vamos, me acaban de llamar - nos reclamó.
- Joder, estoy empapado - protestó Rubén - profe, me tengo que duchar. Además con el frio que hace fuera, si salgo así me voy a coger una pulmonía.
El entrenador dudó un instante.
- Venga, vale, creo que seréis responsables. Os dejo las llaves, mañana me las devolvéis.
- Con el mariquita éste me va usted a dejar solo - dijo Rubén con afectación.
- Llevaros bien, que no jugáis ninguno - levantó la voz el profesor.
- La verdad es que no me hacia ninguna gracia quedarme a solas con Rubén. Pero con la mayor naturalidad encaminé mis pasos a los vestuarios con Rubén siguiendome.
- ¿Sabes, Alex? - me dijo con la mayor naturalidad y sin rastro de insulto - tienes un cuerpazo, nunca me había fijado.
Continuó acercandose por detrás  y cuando lo tenia muy cerca, ya llegando a las duchas, me cogió el culo y me dijo que lo tenía muy duro.
Me di la vuelta y me quede a escasos centimetros de su cara.
- Mas duro lo tengo por delante, anda prueba, a ver quien es mas maricón.
Pero me rebasó al tiempo que decia "Paso de mariconadas" Me mordi la lengua, me desnudé y me fui al recinto de duchas. Eran seis alcachofas separadas por menos de un metro en un espacio común.
Ya desnudo se puso dejando una alcachofa de ducha por medio. Yo a lo mío empecé a enjabonarme y al poco escucho: "Vaya pedazo de mandao que tiene el niño"
Me enjuague la cabeza para poder encararle. Me volví y allí estaba plantado, con la polla a punto de ponerse dura del todo. Me sorprendió y al verme el gesto dijo: "Te gusta el rabo que tengo. Lo estas deseando, venga, de rodillas como una buena tragona" y no me pude reprimir, me tiré a él pero, estaba enjabonado y me resbalé. El se aprovechó de ello, me hizo una llave, me derribó y quedé a su merced, boca arriba con Rubén a horcajas sobre mis caderas y sujetandome las muñecas con sus manos contra el suelo. Entonces pude ver bien su sexo, estaba a punto de reventar, descapullado y destilando lubricante; estaba excitado y tenía que ser por mi presencia. Eso hizo que yo me empalmase y el lo notó en su cuerpo. Empezó a sonreir y dijo: "Vaya, vaya, resulta que al final los maricones vamos a ser dos" Me le quedé mirando a los ojos intentando averiguar que pretendía y lo descubrí enseguida.
Se inclinó sobre mí y me besó de una forma salvaje, me hizo sangrar el labio. El agua de las duchas nos caía encima y se mezclaba con nuestra saliva y mi sangre. Entonces ocurrió algo que me dejó pasmado. Echó su mano derecha hacia atrás para agarrar mi pene y apuntarlo a su culo. Con un movimiento que se notaba largamente practicado hizo un movimiento de caderas y me encontré con mi polla metida en su culo.
- Por eso te dije, Raúl, que tu culo no habia sido el primero.
- Pero sigue, sigue - le animó Ainoa - vaya con el machito.
Empezó a moverse con autentica destreza y al poco le avise que me iba a correr. Me dijo "Entonces, cogeme la polla y hazmelo tu a mí, tío, que tu polla da mucho gusto"
Le agarré la polla y en ese momento empecé a correrme y le tuve que soltar. Se la cogió él y se la sacudió corriendose casi al tiempo. Su leche me llegaba a la boca y se diluía con el agua de la ducha lo que no me impidió el saborear su leche y como estaba terminando con el orgasmo, me encantó. Si, me encantó, por eso cuando me dijisteis lo del bukkake, no puse pegas.
- Bueno, y que pasó
- Nos terminamos de duchar en silencio mirándonos a hurtadillas. Hasta que pasado un rato me dirigí a Rubén.
Le pregunté que cuántas veces lo había hecho antes y se rió a carcajadas. Me dijo que lo que estaba claro era que para mí sí lo había sido. Me contó que tenía un primo mayor que le inició en esas prácticas y seguían practicando por eso le entraba con tanta facilidad. Y a continuación me advirtió que para todos seguíamos siendo tan enemigos como el día que le crucé la cara. Me preguntó luego si Abel ya me la había comido, le dije que no y se sorprendió, diciendome: "en el colegio me la comió a mi la primera vez que le vi en los vateres, teníamos once años. Lo de Abel es afición.
- Pero te hiciste al fin con Abel - le preguntó intrigado Raúl.
- Bueno, gente, yo he venido a un bukkake y rememorar todo aquello me ha puesto cachondo. Ya habrá tiempo para Abel.

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