domingo, 29 de agosto de 2021

TODO QUEDA EN FAMILIA (8)

 

Encerrado en aquella jaula con la castidad extrema puesta, el plug-rabo completando mi figura de perro sumiso y los guantes que inutilizaban las manos esperaba ansioso que mi amo, el Rubio, viniese a darme su orina como cada mañana, para desayunar. Ya no hacía falta el arnés de boca con el abridor, yo abría la boca desmesuradamente para que no se escapase una gota. Sentado sobre mi rabo recordé el día en que en la mazmorra mientras tragaba la orina sentí los arañazos profundos en la espalda de Canela que me montaba instigado por Marta, "ahora te vas a follar al perro del Rubio. Le voy a quitar su rabito y tendrás un auténtico coño de perra a tu disposición" sentí entonces como si me arrancaran las entrañas cuando Marta tiró del rabo y lo extrajo e inmediatamente Canela ocupaba su sitio y empezaba a arremeter. Entre una cosa y otra la orina del Rubio me atragantó y empecé a toser. El Rubio acabó con la tos con una soberana bofetada y terminando su meada. Y de repente sentí como mi polla que estaba a reventar recibía las atenciones de alguien. No sabía quién era pero iba a provocar mi segundo orgasmo en pocos minutos. Después de correrme, me quedé exhausto, necesitaba descansar, pero aquello no había hecho más que empezar. El Rubio empezó con la estimulación de los pezones mientras Canela hacia el nudo dentro de mi e intentaba salirse sin conseguirlo. La experiencia de creer que me iban a vaciar las tripas me hizo vomitar lo que solucionó el Rubio con otra bofetada que ahora sí, me hizo llorar de miedo a de lo que sería capaz él y lo que sería peor, de que sería capaz yo de desear. De los estantes Rubio tomo una disciplina y empezó a azotarme la espalda. Tal como me tenían trabado con el arnés de cabeza firmemente colgado del techo no había posibilidad de defensa. Me dolía pero lloraba mientras le animaba a pegar más fuerte porque yo era su perro y el podía hacerlo si le daba placer.
"Tienes una polla dulce y un semen más dulce aún" la voz de Marisa desde debajo de mi me extrañó, porque la mamada que me hizo me ocasionó un orgasmo tal, a pesar de ser el segundo en pocos minutos que ya estaba deseando otro a pesar de estar agotado. Y de repente, Canela deshizo el nudo y sentí el ano libre, notando el chorreo de semen por los muslos, lo que me estremeció y más aún cuando sentí como un golpe contundente sobre el periné me anunciaba que una boca se hacia cargo de mí ano, "Que gustazo comerte el culo tan abierto, hermanito, sobre todo sabiendo que te acaba de follar bien un puto perro. Ahora ya se porqué ese Rubio te llama perra" Andrés me comía el culo como si en ello me fuese la vida y yo volvía a estar duro como el mármol, pero caliente como el arrabio. Ramiro apartó a mi hermano y me metió la polla. Emití un gemido de placer, "Rubio, tú crees que está preparado para una doble" al principio no entendí que decía hasta que comprendí y berree como un rebeco en berrea. Me iban a rajar. Dos pollas por el culo, una de ellas del tamaño de la del Rubio, me iban a destrozar. Por entre las lágrimas del llanto pude reconocer a Carmelo que ocupaba la posición del Rubio y empezaba a mearme en la boca, "Joder, Alex, si hace tres días me dicen esto me habría peleado por reírse de mi" la orina de Carmelo dejó de llegarme a la garganta, y no sabía porqué. Ramiro me estaba desatando y quitándome los arneses de la cabeza. El Rubio estaba tumbado de espaldas en el suelo con su columna de carne apuntando al techo. Ramiro me condujo en un estado casi semiinconsciente hasta él y me dejó caer insertando la polla en mi cuerpo. Me inundó una sensación de bienestar increíble, era como flotar ingrávido y sin voluntad alguna por mi parte empecé a culear sintiendo la enorme verga del Rubio culebrear en mis entrañas. Y entonces Ramiro me empujó al pecho del Rubio unciendome a él mediante pinzas chinas de cadena corta entre sus pezones y los míos. Si intentaba incorporarme las pinzas me lo impedían y en esa posición, Ramiro obligó a mi ano a dilatarse brutalmente albergando las dos pollas. No era dolor, era tensión y deseo de fundirse con esas pollas a lo que se sumaba el dolor que tomaba protagonismo que las pinzas me despertaban en los pezones. Pero una parte de mi cerebro me decía que eso es lo que quería, esa debía de ser mi vida, quería ser inferior en manos de hombres como el Rubio. El que arremetía en mi culo era Ramiro y el Rubio se beneficiaba del roce de su polla contra la de Ramiro. Este empezó a gruñir y yo empecé a interpretar el dolor de los pezones como una dulzura que me estallaba en el capullo, cuando Ramiro rugió corriendose, su gruñido consiguió que alcanzase el tercer orgasmo en menos de una hora y cuando desperté estaba en mi cama. Mi hermano Andrés estaba con lo que parecía un médico que decía que con mi edad solo necesitaba descansar, que estaba exhausto, como si hubiese corrido la milla en sesenta segundos.

Mi amo apareció con un nuevo esclavo. Llevaba un arnés de boca y por la forma era de los portaban un dildo que al introducirlo en la boca provocaba una náusea constante y hacia totalmente imposible el habla. Tanto yo como el número 4 y el 5 en otras dos jaulas no teníamos permitido hablar. Los perros no hablan, solo gruñir y gemir, hablar conllevaba el castigo de la horca agonizante y el ordeño constante hasta conseguir las eyaculaciones secas acompañadas de calambres dolorosos. Habían otras dos jaulas vacías de otros perros la 1 y la 2 que un buen día dejaron de aparecer. 
Hacia ocho años que era el puto perro del Rubio, "escucha perra" a los tres días, después del maratón de la mazmorra sonó mi teléfono con número desconocido. No suelo contestar, pero, no sabía porqué, se me aceleró el corazón y con voz temblorosa, contesté. "No voy a volver a follarte hasta que seas mayor de edad. Ese día iré a recogerte, si deseas ser mío. Si no lo deseas, no tienes más que salir y decir que no y nunca más volverás a verme" las lágrimas al escucharlo tan seguro y serio se me agolparon en los ojos haciéndolos escocer, me cosquilleo la nariz y las lágrimas fueron un caudal. Le dije que le contestaba ya, "entonces, está tarde ve a casa de Marta, Ramiro te colocará una castidad y cada tres meses te la cambiará por otra más pequeña hasta que olvides que tú polla vale más que para mear. Dentro de dos años solo te quedará un botón despreciable y solo serás para mí un agujero para desahogarme, mi perra" me estremecí de un intenso placer interior. Me imaginé, desnudo, sin polla, a su merced y siendo follado incansablemente y lo deseé intensamente, deseaba ser un perro solo digno de ser pateado.

"Entonces, no te acuerdas de nada" Andrés sentado en mi cama se hacía cruces de mi absoluta falta de memoria. Y me lo contó él. "No recuerdas entonces el castigo de los huevos. El artilugio que te colocó Marta, para obligarte a estar siempre a cuatro patas y a tener los huevos siempre expuestos por detrás. La primera que te sacó el primer aullido fue Marta, de la patada que te dio, pero estábamos todos en trance, porque después de ella te pateamos todos; tu gritabas de dolor huyendo de nosotros a cuatro patas, intentabas levantarte pero no podías. Cuando puedas mirate los huevos, los tienes lleno de moratones" y entonces me expliqué el porqué de ese dolor de huevos, que sin embargo era muy agradable de experimentar, un dolor dulce, "¿tampoco recuerdas como te perforamos los pezones, ni como te follamos todos una y otra vez, ni cómo el Rubio finalmente te metió el puño" si, sentía una molestia al contraer el esfínter del ano, me lo tocaba y me notaba tener los labios abultados y el agujero muy fácilmente violable. Además deseaba ser follado, como si me faltase una droga y pensaba en ello y las erecciones eran tremendas y el ano me destilaba una secreción de un olor y sabor especial que me excitaba aún más. Andrés me miraba como si no me conociera y a mi me parecía que yo no era el mismo tampoco, "te corriste siete veces en menos de dos horas, Alex, estabas como en trance. Con la última corrida, sin leche te desmayaste y por eso te trajimos a casa. No eras tú, pedías más y más como si un espíritu te poseyese, ¿tanta punta les has sacado al ojete? me fui de aquí porque no habría podido resistirme y habría terminado por tocarte y ahora..., Alex, ¿que veneno tiene la polla de ese Rubio?"

No hay comentarios:

Publicar un comentario