jueves, 5 de agosto de 2021

TODO QUEDA EN FAMILIA (3)

 

"Creo que ha llegado el momento. Hasta ahora yo era el padre de Marta y a partir de ahora, Alex, Ramiro; y mi mujer Marisa"
Una vez que el Rubio había consumado mi destroy asshole, que tampoco fue para tanto, yo estaba entusiasmado con mi ano enorme. Los bordes se habían evertido un poco hacia afuera y ahora en lugar de adivinar un agujerito circular que se cerraba frunciendo la piel, se veía una línea craneo-caudal de unos dos centímetros de largo orlada por el esfínter dilatado ya para siempre y que me sentía como ocupaba sitio entre los dos carrillos del culo, una sensación, por otra parte tan gratificante que ya deseaba saber cuándo sería la siguiente sodomización.
Pregunté intrigado por eso de la mazmorra y si tenía que ver con el famoso juego de dragones y mazmorras. Ramiro empezó la explicación.
"La familia de Marisa y la mía eran vecinas. Marisa llegó a la barriada con diez años, cuando yo tenía trece. La madre de Marisa parece que se quedó prendada de mi padre. Cuando mi madre salía a trabajar, era agente inmobiliaria, la madre de Marisa entraba en casa con cualquier excusa. Congeniaron muy bien mi padre y la que sería mi suegra. Cuando tenía catorce años entré en el dormitorio de mis padres y la madre de Marisa tenía puesto un strap-on y sodomizaba a mi padre. Me quedé paralizado e hipnotizado a la vez. Miraba pero no veía, no entendía el cuadro; mi padre debería estar detrás follando a la madre de Marisa, hasta que me fijé bien en las correas que llevaba la mujer y de pronto tome conciencia de que daban por el culo a mi padre y me empalmé como nunca; pero ellos lejos de cortarse me invitaron a unirme. Yo ya he dicho que me había empalmado de forma instantánea y la madre de Marisa me indicó que me pusiera delante de mi padre con la polla fuera para que me la mamase. Nunca antes había tenido una relación sexual con nadie y menos me habían hecho una mamada. Mi padre me la hizo y creí morir de placer y aún más excitado cuando vi que no escupia mi lefa, se la tragaba. La madre de Marisa se corrió follando a mi padre, supuse que porque el cacharro de follar debería tener alguna especie de protuberancia que le masajeaba el clítoris con cada arremetida, al verme a mí correrme, y rápidamente se colocó bajo mi padre que se la clavó para correrse él. Total que conocí este incesto con catorce años. Cuando Marisa cumplió los doce su madre me invitó a la fiesta de cumpleaños, en la que estábamos curiosamente, ellas dos y yo nada más. Su padre me dijeron que no podía venir. La madre de Marisa me invitó a que me sentara entre ella y la niña, y para mí criterio estábamos demasiado juntos. La madre de Marisa le dijo a la niña que pusiera algo en la televisión y lo que apareció en pantalla era un negro descomunal clavándosela por el culo a una rubia muy menuda. "Te acuerdas Marisa lo que me dijiste" Ramiro interrumpía su relato recabando la ayuda de la madre de Marta "Claro que me acuerdo, te dije: 'espera un momento' y al poco regresé con un dildo negro y vibrador que mi madre me estaba enseñando a utilizar. Y te dije, esté ya me entra por el culo, y mi madre dice que tú aparato también me entraría" Yo volvía a estar empalmado, eso era evidente, seguíamos desnudos. Yo miraba al Rubio que allí seguía con su rabo bien tieso y miraba a Ramiro, que sin las medidas del Rubio tampoco estaba mal. Continuó Ramiro "y la madre de Marisa sin ningún apuro me desabrochó el pantalón y me hizo quitármelo con el calzoncillo, me cogió la polla y miró a Marisa diciéndole que estaba bien dura, y Marisa..., espera Ramiro, lo voy a hacer como fue. Llevaba una faldita plisada sin bragas, me la levanté y me senté, ¿ves? así" y se metió la polla de su marido por el culo "aún me da escalofríos recordar lo dura que la tenía, mi madre entonces cuando me había entrado entera me masajeó el clítoris hasta que me corrí que con los espasmos del orgasmo debi hacerse correr también a Ramiro" y en ese momento no pude aguantar más y me levanté, les pedí disculpas y fui a sentarme sobre la columna dura del Rubio. Me entró como un lingote de plomo en un cubo de agua. Sentía que me mareaba de gusto al comprobar la dilatación tan perfecta del ano, hasta el tope, pero en esta ocasión sin esperar más yo hice los movimientos de contorsion necesarios y sentí que se salvaba el obstáculo y si hacia unos minutos había sentido que me evisceraban ahora sentía que el placer me hacia necesitar más. Me abracé al cuello del Rubio estrechando su cuerpo contra el mío y el me sujetó de las nalgas y se levantó de la silla llevándome ensartado como una brocheta, luego se arrodilló y sin sacármela me tumbó de espaldas en el suelo y allí, cara a cara y besándome me volvió a follar pero esta vez midiendo él los tiempos. No se cómo lo hizo pero al tiempo que él se corría alcanzaba yo el orgasmo. Creí volar, explotar, morir o vivir eternamente. Estaba agotado. Cuando el Rubio se retiró, Marta se arrodilló ante mi y hundió su boca en mi culo recogiendo el semen del Rubio, luego me dijo que abriera la boca y dejó caer el contenido de su boca en la mía. Después me besó ardientemente hasta que con un: "Esto no te va a suponer mucho esfuerzo" se puso a horcajadas sobre mi boca. Le estuve comiendo el coño muy relajadamente, mordisqueandole el clítoris y excitandome al pensar que Canela se la follaba por ahí también y estaba tan tranquilo cuando sentí que una boca me aprisionaba mi pene. La madre de Marta me hacía una felación que iba a provocarme otro orgasmo y que como sucedió la noche anterior se acompañó de un calambre doloroso, pero está vez excitante. Para algo tendrían que valer mis dieciséis años, pensé para mí. Una vez recuperé el aliento me dirigí a Ramiro para que rematase la faena y me dijese que era eso de la mazmorra.
"Es verdad, nos hemos desviado, además, Alex, hijo eres tan competente que nos tienes alucinados a todos. Estábamos en el cumple de Marisa, yo follandose el culo mientras su madre se frotaba su clítoris y apareció el padre de Marisa. Sospeché una tormenta nivel 5, pero no. El padre de Marisa le dijo a su mujer que ya veía que no era suficiente el vecino sino que también quería al chico, o sea yo, y le dijo '¿ya has vendido el virgo de la niña? Lo haces para joderme, te dije que ese virgo era mío, aunque quizá te lo perdone' y se sacó la polla bien dura se acerco a Marisa y le puso el capullo en los labios. Marisa miró a su madre, como pidiendo permiso y la madre le dijo que el chico podía ser una solución. El chico era yo. Me acercó el capullo a la boca y me dijo 'Chupa chaval, y chupa bien porque hoy vas a perder el virgo que debería haber perdido está zorrita' Intenté marcharme, empuje a Marisa para levantarme pero se me agarró al cuello y me dijo al oído 'por favor, haz lo que te dice, si no me va a meter a mi esa cosa' le chupé la polla a mi futuro suegro, el mismo que está ahora encadenado en la mazmorra, ya le conocerás. Fue mi primera polla, y me gustó. Tenía la polla metida en el culo de Marisa y la de su padre en mi boca. Mi futuro suegro me dijo que lo hacía bien y que eligiese o se corría en mi boca y me lo tragaba todo y luego meaba en mi boca o directamente me follaba el culo. Preferí la boca, y hombre, Alex, no era un gin tonic, ni la meada de después un caldo, pero bueno, me excitó mi morbo. Me encantó y mientras se meaba en mi boca Marisa metió la boca también y se corrió haciéndolo. La madre de Marisa tuvo que lavarme la ropa y secarla y el padre de Marisa se empeñó en acompañarme a casa. Abrió mi madre y le dijo así, de sopetón 'aqui está su niño, chupa pollas de maravilla y debería irle poniendo al día el culete, porque me lo follo seguro, vamos, que él va a venir a buscarme' mi madre en lugar de escandalizarse le invitó a pasar a tomar algo 'al fin y al cabo somos vecinos' y a mi me mandó a mi cuarto. Pero me sorprendió que invitase a pasar a ese tío y volví sobre mis pasos. El padre de Marisa estaba enculando a mi madre. Ver esa escena me puso a mil, me saqué la polla y empecé a masturbarme. Me espanté cuando el fulano me vio y me dijo que me acercase a que mi madre me la mamase. Yo estaba como hipnotizado, me quedé como una estatua, pero mi madre me gritó 'ven a que te la chupé maricón, que crees que no se lo de tu amiguito Dimas' me dejó más helado aún, me acerqué, me puse delante de ella y me cogió de la cintura y me atrajo a ella y se tragó mi polla, chupaba con ansia al tiempo que el otro daba embestidas. No sé si ahora se la podrá estar follando abajo en la mazmorra. Han venido para estas fiestas. Tú eres competente Alex, por eso vas a participar"
¿Y la madre de Marisa y tu padre, Ramiro?
"Al día siguiente desaparecieron. Se marcharon y no volvieron a aparecer. Yo me quedé con mi madre, que con su negocio de bienes raíces se ganaba bien la vida. Marisa se quedó con su padre. Con dieciséis me enteré una de las ocasiones que me estaba follando que follaba a Marisa desde los catorce. Entonces me dió permiso para que follase con ella. No sabía que yo follaba con ella casi a diario, por el culo naturalmente, desde aquel día que él se corrió en mi boca. A pesar de que mi futuro suegro follaba y algo más, con mi madre cada uno hacia vida en su casa. Nunca se casaron, pero fueron algo más, ya lo verás cuando bajemos a la mazmorra. Ahí es donde viven su fantasía hecha realidad y te va a gustar Alex"
Era tarde ya, casi la hora de comer, así que, a pesar de que habría vuelto a gozar de la verga del Rubio no podía más que marcharme. Marta se me acercó, me dio un abrazo y me dijo que no faltase, el día veintiséis para la fiesta de la mazmorra, y que fuese pensando que Canela no iba a probar solo su culo. "Vete pensándolo, te aseguro que el sabor de la verga de Canela no es tan distinto al tuyo, aunque la tuya me gusta más en el coño" Me escandalice y se lo hice saber y ella me besó los labios y me aseguró que esos labios apreciarían antes o después el sabor del pene de Canela y mi culo conocería el poderío de su nudo. "Si te ha entrado el pollón del Rubio, te entrará la pichita de Canela"

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