martes, 3 de agosto de 2021

TODO QUEDA EN FAMILIA (2)

 

Cuando toqué la puerta de la casa de Carmelo me preguntaba si no sería más sensato dar media vuelta, irme a casa y olvidarlo todo. Tirar el artilugio a un contenedor y seguir mi vida anodina de adolescente medio y con aspiraciones mediocres y en eso se abrió la puerta y el pelirrojo más feliz de la tierra me echó sus brazos y me dio un abrazo en el que podía contar todas sus costillas. Me cubrió de besos y babas, porque no paraba de llorar de alegría. Por un momento creía que le tenía que coger en brazos, porque se le doblaban las rodillas de emoción. Al fin entramos a la casa, él con su brazo izquierdo rodeándome el cuello, yo le rodeé la cintura con mi brazo derecho y con en el otro brazo me deshice del suyo y se lo llevé a mi cinturilla y le dije que metiera la mano y me tocase el ojete si podía. "¿Esto qué es, maricón, que calladito lo tenías, eres un mentiroso, cabronazo, es un plug" le expliqué lo que era y como lo tenía. Cómo había sucedido en menos de veinticuatro horas y me había enganchado de tal forma que lo llevaba puesto y me tenía encandilado. Entonces Carmelo sin sacar la mano del pantalón rodeo mi cuerpo hasta dar con la polla, que estaba muy gorda aunque no dura, pero destilando constantemente el líquido filante y pegajoso. Rápidamente, me desabrochó el pantalón y lo dejó caer, prácticamente me arrancó el calzoncillo y ya tenía la polla dentro de su boca. Yo lo estaba viviendo y no podía creerlo, se me puso muy dura y busqué inmediatamente el mando del artilugio, lo tomé y apreté el botón sin medida, solo alcancé a decir que me corría para avisar a Carmelo, pero en lugar de retirarse hizo gestos afirmativos con la cabeza y metió más profundamente el miembro en su boca y empecé a eyacular. Carmelo sin dejar salir ni una gota se lo fue tragando todo y cuando acabé, se levantó hasta quedar a mi altura "Hoy si, ahora sí" me dijo y me estampó un beso en la boca que yo abrí con la mayor de las naturalidades. Me encontré con su lengua y saboree mi semen y en lugar de encontrar rechazo me excité aún más, tanto que desconectado totalmente de mi voluntad y sin haber desconectado tampoco el estimulador vi como lo más lógico agacharme, bajar el bañador que llevaba Carmelo y dejar que entrara en mi boca su polla. No me planteé, si estaba mal o bien, mi propia polla volvía a resucitar a instancias de unos calambres deliciosos que desde mis entrañas estallaban justo en el punto por donde se abría el capullo y salía la lefa. Carmelo me avisó esta vez a mi que se corría y durante una milésima me planteé retirarme pero me agarré con más fuerzas a sus muslos esperando el disparo. Y sucedió, la boca se me empezó a llenar de líquido y tuve que decidir que hacer. No lo pensé, tragué, no me disgusto y seguí tragando hasta el final en que me levanté a la altura de sus labios y nos fundimos en un beso increíble. Estaba en una nube, hasta que Carmelo se separó unos centímetros de mi cara "¿Me vas a dejar probar ese aparato?"

En un pis pas estábamos los dos desnudos en el sofá de su salón. Le dije para mayor morbo que me lo extrajese él y que no sabía si saldría manchado "Me gusta tanto todo lo que se refiere a ti que soy capaz de limpiarlo con la lengua si sale lleno de tu mierda" me coloqué en la misma posición que me puso la madre de Marta para insertarlo y me dejé hacer por Carmelo. Lo extrajo con mucho cuidado, primero liberando las bolas y luego haciendo tracción suave. El aparato fue saliendo mientras yo sentía como mi ano se iba amoldando a los diferentes calibres del inserto ya que no era uniforme. Al extraerlo del todo Carmelo quedó sorprendido "Se te ha quedado abierto el ano" y sin pensárselo más se inclinó sobre él y comenzó a lamerlo introduciendo la lengua dentro hasta que yo contraje la musculatura de forma instintiva y lo cerré "Se ha cerrado y me ha atrapado la lengua, ha sido una sensación imponente. No tenías mierda pero me quedo con tu sabor. Ya sé a qué sabes y que sepas que no voy a conformarme con que ésta sea la única vez" yo me sentí halagado y le dije que me lo acercara a la nariz, quería volver a olerlo y de forma absolutamente normal le pasé la lengua. Le dije que ahora ya sabíamos los dos el mismo sabor de mi culo. Me levanté y le indiqué que se colocase en la misma posición "Así me folló la primera vez el del campamento" busque un par de ampollas de lubricante y le unté bien el ano y el aparato, luego se lo inserté. Le pregunté que si notaba algo parecido a lo que sentía cuando le follaban con una polla "Muy parecido pero esto es como más confortable" le entregué el mando y le expliqué que hacer. La verdad es que no sé porqué volví a hacerlo pero me dejaba llevar por mi instinto. Estábamos los dos desnudos, Carmelo apretó varias veces el botón y empezó a derramar semen y yo como si estuviese acostumbrado me metí su rabo en la boca y consumí con placer lo que salía y seguí con mi lengua acariciando el frenillo y todo el capullo hasta que sintió que se corría otra vez y me avisó, pero yo ya estaba entregado, y si eso significaba ser maricón, encantado de serlo, debería haberme enterado antes. Cuando dejó de eyacular continúe lamiendolo las bolsas, el vientre hasta llegar a los pezones, en los que me entretuve aunque nunca se me hubiera ocurrido que eso pudiera ser fuente de placer para nadie, porque él gemía con mis mordisquitos. Finalmente llegué a su boca y el beso fue largo y húmedo intentando que la mayor cantidad de piel de mi cuerpo rozase con la suya. Sencillamente no quería que aquello acabase nunca. Hasta que nos quedamos dormidos abrazados sobre el sofá. Nos despertó del sueño más bonito el puto teléfono. Era la madre de Carmelo que preguntaba si yo me quedaba a cenar y que si llevaba pizza, ya que regresaba a su casa.

Alex caminando a su casa de vuelta recordaba las palabras de Carmelo "No pierdas la oportunidad, a ver qué tal folla él Rubio ese y si te parece podemos montarnos una orgia en casa de mi violador, ahora amante. Él me ha dicho, que aunque se case, nosotros no vamos a perder el contacto. Está muy pillado. Que te folle el Rubio y mañana me llamas y me cuentas y el día de Navidad quedamos" pensándolo con frialdad estábamos hablando de que hacía ni cuarenta y ocho horas que yo había tomado contacto con el mundo homo y ya estábamos hablando de orgias y chismes de folladas. No tenía yo muy claro si aparecería por casa de Marta al día siguiente, pero el recuerdo de Carmelo corriendose en mi boca por dos veces en unos minutos me quitaba todas las dudas. Entonces me metí la mano por el pantalón y me palpé el ano, hice un par de contracciones y el esfínter se quedó abierto. Pensé que por muy grande que la tuviese el Rubio a mi me iba a entrar sin problemas. Por si acaso me metería el estimulador y dormiría con él. 

Me levanté con un empalme como nunca. Me toqué el culo y ahí seguía el estimulador. Alcancé el mando y apreté el botón varias veces. La polla se me encabritó pidiendo algo más y dejándome llevar de mis instintos me llevé las manos a los pezones. Acariciarlos aumentaba el placer que provocaba el vibrador, entonces los pellizqué y empecé a correrme como si me estuviese masturbando. El primer chorro de semen me llegó a la cara y los tres siguientes me llenaron pecho y abdomen. Apagué el vibrador y me lo saqué. Esta vez sí estaba manchado, pero lejos de provocarme asco, excitó mi curiosidad, lo olí para desentrañar su aroma, que no me estaba siendo desagradable y con un dedo recogí un poco. Lo miré y remiré, volví a olerlo después de restregarlo entre dos dedos y estuve dudando si probarlo o no. Me conformé con seguir oliendo y de pronto ese olor me provocó una erección potente, pero no tan explosiva. Con los dedos manchados de mierda los hice resbalar por el frenillo y luego por todo el capullo. Imaginé a Carmelo chupándome la polla en esa situación y se me desencadenó un segundo orgasmo aunque ésta vez el semen salía manso por la uretra y resbalaba por el fuste hasta mojar el vello pubiano mezclado con la poca mierda que arrastraba. Y entonces si, no me pude substeaer a la tentación y con los dedos manchados de mierda recogí semen de mi pubis y me lo llevé a la boca. Era un sabor mezclado con el otro y no me resultaba repulsivo, pensé en el culo de Carmelo inmediatamente después de haberme corrido dentro de él y a Marta chupándole y luego besándome. Otro orgasmo se me precipitó pero está vez venía envenenado, porque en lugar de placer sentí como si una aguja se me clavase desde dentro del ano hasta el capullo similar a un calambre doloroso que no cesaba ni sabía cómo hacerlo terminar. De un salto me bajé de la cama y me senté en la taza del váter, hice fuerza y cagué gran cantidad que al salir extinguió el calambre dejándome por dentro una sensación dolorosa. Tenía la impresión de que estaba entrando en un laberinto peligroso del que no es que no supiera salir, es que no quería hacerlo. Quería saber y hacer más. Iría después de desayunar a casa de Marta, a ver qué era eso del Rubio.

Toqué el timbre del chalé de Marta y esa ocasión no estuve en la incertidumbre de salir corriendo o no. Sentía el ano presente entre mis glúteos y eso me encantaba y me daba poderío, me sentía fuerte, no el pardillo acobardado que el día anterior se masturbaba mirando por una rendija. Finalmente abrió Martita que llevaba puesto un pijama enterizo que se cerraba con una cremallera que iba desde el escote hasta la cintura, pero por detrás y como era cremallera doble podía abrirse tanto desde el escote como desde el cinturón trasero. Enseguida vi la razón de aquello. Me acerqué a darle un beso y le pregunté si llevaba ropa interior "Y tú tampoco" me contestó sonriente. El padre de Marta me llamó desde su despacho, entré y estaba desnudo como su mujer, "Te puedes desnudar aquí, el Rubio tiene que estar a punto de caer" Eso me pilló descolocado porque no esperaba esa ausencia de preámbulo, "¿Traes puesto el vibrador? no, no importa. Martita sube a mi cuarto y bájate un vibrador de los grandes. Ah, y una colita de mascota, para luego" pregunté que qué era eso de la colita y me contestó que ya vería qué cosa más divertida, "A ver, agáchate que te vea el ano, a ver cómo va. ¿Porque seguro que lo has llevado casi todo el tiempo? Claro, es muy difícil sustraerse. Es para ver cómo te va a ir lo de la colita" Empezaba a estar descolocado otra vez. "Lo que imaginaba, perfectamente dilatado. El Rubio te va a dar un placer al que te vas a aficionar" Llegó Marta con una especie de dildo con un extremo como de cola de zorro y el vibrador. La cola tenía el dildo demasiado grueso para mí criterio y así se lo hice saber y entonces fue Marta la que me contestó dandose la vuelta y enseñándome su cola que ya llevaba puesta "Ves, tonto, yo también soy una zorrita, como tú en cuanto te lo pongas" y entonces el padre preguntó intrigado "Te habrás puesto una irrigación, espero" y recordé como hacía deslizar la mierda entre mis dedos, como la olía y embadurnada con ella mi capullo. Le dije que había cagado mucha cantidad, pero me dijo que le acompañase al baño, que él me iba a poner un enema de limpieza y eso sería suficiente. Mientras subíamos los dos la escalera se confesó conmigo "Tienes un cuerpo precioso Alex y tú polla está bien proporcionada. Además eres muy templado para tu edad. No creas que todos los chavales a tu edad habrían soportado esto. Pero ya Martita nos había dicho que tú eras fuerte y tenías mucho recorrido. Y por cierto, te has fijado que tus pezones se merecen un piercing" llegamos al baño y de un armario sacó una botella de cómo medio litro, me dijo que me tumbase del lado izquierdo sobre una alfombrilla que había y me dijo que cerrase los ojos y respirase acompasadamente. Sentí como algo se abría paso dentro de mi "Mantén la calma que hasta unos diez minutos vas a aguantar. En cuanto veas que las ganas son extraordinarias te sientas en el vater y sin prisas dejas que salga todo. Luego te das un duchazo y cuando estés, bajas" No sé cuánto aguanté, lo que si es cierto es que estar tirado en el suelo de un cuarto de baño ajeno y desnudo me calentaba y en mis elucubraciones estaba cuando me dio un retortijon que hizo que tuviese que reunir todas las fuerzas que me quedaban para poder levantarme y llegar a la taza del váter. Yo creo que solté un hectómetro cúbico de líquido. Poco a poco los retortijones fueron cediendo hasta que a los quince minutos no sentía ningún dolor. Entonces me di una ducha y bajé. Escuchaba una voz nueva, debía ser el Rubio. Entré al despacho y allí estaba sentado en una silla, recostado sobre el respaldo haciendo gala de sus atributos. Me miraba con suficiencia y eso me enervó. Cómo diciendo a este niñato le voy a destrozar el culo y se va ir con el rabo entre las patas. Tenía un pene de por lo menos veinticinco centímetros y grosor en consonancia. Daba miedo ver esa polla enorme apuntando al cielo, pero me tocó la moral, sobre la mesa del sofá había una botella grande de lubricante, sin dejar de mirarle a los ojos esbozando una sonrisa cínica me fui a la mesa me llene las manos de lubricante y me fui para él. Me lubriqué el ano mientras me acercaba y con las dos manos le lubriqué su arma. Luego sin apartar la mirada de sus ojos le cabalgué apuntando su terrible arma a mi ano y me dejé caer. Al principio me dolió, aborté la caída, me levanté un poco y me dejé caer otra vez y en esta ocasión apretando los dientes y sin intención de abortar la operación. Sentí como me rajaba durante un instante y luego todo fue fácil hasta media polla que parecía que topaba con algo. El Rubio entonces, con sabiduría y sonriendo se removió en el asiento y me movió mi cuerpo al tiempo y sentí en ese momento que el obstáculo desaparecía y la sensacion de que me desollaban y me sacaban las entrañas. Sentí náuseas a la vez, pero no mudé el gesto y poco a poco la sensación fue desapareciendo hasta que noté sus muslos tocar mis nalgas. En ese punto le eché los brazos alrededor del cuello, me incliné sobre él y le di un beso como había aprendido con Carmelo. Estaba metido en faena con el Rubio cuando sentí que me tocaban el ano, miré hacia atrás y era el padre de Marta que se cercioraba de que toda estaba dentro. El Rubio se apartó de mi y mirando por encima de mi hombro sonrió al padre de Marta, "el chaval lo ha conseguido cosa que contigo nunca ha podido ser" y entonces empecé a moverme arriba y abajo arriba y abajo y comenzó la misma sensación que con el estimulador pero mucho más pleno, más recio, aunque de una intensidad menor, aunque las señales que mandaba el ano tan dilatado suplía la intensidad del vibrador. Estaba terriblemente empalmado y muy metido en el placer que me proporcionaba el Rubio pero pude ver de reojo como el padre de Marta le quitaba la cola de zorro y la sodomizaba y en ese momento sufrí el orgasmo más largo e intenso que haya podido volver a experimentar. Agotado del esfuerzo y chorreando semen por las piernas Marta se acercó con la cola de zorro y me dijo que me la pusiera, le pregunté que con que objeto y me dijo que sus padres habían decidido dejarle bajar. "Nunca te he hablado de el padre de mi madre ni de la madre de mi padre, mis abuelos, porque yo tampoco sabía que existían hasta hace horas. Cuando intentaste salir por aquella puerta y te dijeron que no, fui yo quien pregunté. No me lo querían decir, pero le di un argumento a mi padre imbatible: tu puedes sodomizarme cada vez que quieras, que me gusta, de acuerdo; pero si puedo tener tu polla en el culo porqué no puedo entrar en una habitación de mi casa. Mi padre me dijo que no era una habitación cualquiera. Era una mazmorra con todo lo que eso conlleva y tus abuelos viven allí encadenados por voluntad propia"


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