domingo, 8 de agosto de 2021

TODO QUEDA EN FAMILIA (5)

 

Carmelo abrió la puerta de su casa y se quedó de una pieza. Me miraba a mí y luego a Andrés, como interrogandome. Y de repente se le iluminó la cara "yo era muy chico, pero ahora te reconozco" luego me miró a mi sonriendo "este es, es, claro, Andrés, tu hermano mayor" miraba a Andrés de arriba abajo sin dejar de sonreír, le chispeaban los ojos, "hace..., por lo menos diez o doce años, estás algo más gordo, bueno sigues teniendo buen tipo, yo era muy pequeño y me gustaba mirarte" Andrés, le tendió la mano para saludar pero Carmelo de la misma estatura o más le dio un abrazo, "Vaya Carmelo, no sabía yo que me recordabas tanto. Yo si me acordaba mucho de tu pelo como en llamas, tus pecas, esa cara de enredador, pero también yo tenia dieciséis y me creía muy mayor y no lo era mucho más que vosotros" Carmelo se tocó instintivamente su paquete y enrojeció y luego algo cortado dijo que era Navidad y estaban sus padres y unos familiares, que podíamos ir a dar una vuelta por el parque natural que había detrás del instituto. A Andrés le pareció perfecto, así recordaría sus años de instituto y en ese momento recordó la primera mamada que hizo a un chico, Jorge, que le invitó a dar una vuelta por el bosque detrás del instituto a fumarse un canuto, cuando en realidad el tal Jorge lo que quería era que mi hermano se la mamase, "pero yo recuerdo que lo que había detrás del instituto era un bosque que llegaba hasta el río" y me adelanté a Carmelo y le expliqué que al año de irse él el ayuntamiento lo convirtió en parque semisalvaje, con veredas y cartelería explicando las especies arbóreas, pero había zonas todavía completamente sin urbanizar donde se daba el cruising. Carmelo me miró abriendo mucho los ojos como si hubiera metido la pata, pero Andrés salió al quité, "En Edimburgo hay mucho gay, de hecho está declarada ciudad gayfriendly y no te preocupes, Carmelo, se que es el cruising. Es más, estaría curioso pillar a un par de tíos follando" y soltó una carcajada. Carmelo se fue para adentro para pillar un chaquetón que el día, como correspondía estaba frío y salimos para el parque.

"Me gustaría conocer la puta mazmorra y ver a mis abuelos antes de que lo haga Alex, vamos es lo menos" Ramiro miró a Marisa cómo pidiendo permiso, "También tiene razón Martita", "Papá, ¿quieres dejar de llamarme Martita? me folla un perro al que tú acostumbrarte a follarme, tú me follas el culo cada vez que quieres y le he comido el coño a mi madre, mientras ella te la mamaba, me parece que no hay quien de más y aunque no sea mayor de edad, creo que me lo he ganado" Ramiro observó sonriente a su hija y le dijo que se le acercase, "tienes razón Marta", "si Ramiro, si que la tiene, es ya mayor y es mi niña, pero se comporta como una adulta" Marta se acercó a su padre que se sacó la polla bien dura, "anda, preciosa, siéntate aquí y dale un capricho a tu padre", "¿por el coño? ni hablar, solo faltaba que me preñases. Por el culo que a mí me da mucho gusto, y a ti también, no lo niegues", "venga una follada por el culo y vamos a bajar a la mazmorra" Marta se levantó la falda y se apuntó la polla de su padre al ano, dejándose caer y produciendo un quejido al tiempo que miraba a su madre, "si, cariño, yo te castigo los pezones", "eres la única que sabe hacerlo, mamá. Tienes que enseñar a Álex cómo lo haces, que me da tanto gusto", "Cabálgame bien la polla cariño" Marisa desde detrás del sillón de su marido cogió presa en los pezones de Marta y sin cuidado pellizcaba, retorcía y tironeaba con lo que Marta no paraba de gemir de placer, hasta que Ramiro anunció que se corría y Marta hacía lo mismo. Marisa puso cara de satisfacción, "ahora cariño cuando te salgas no sueltes la corrida de papá, dámela a mi en la boca, que ese beso blanco le encanta a tu padre.
Con todo terminado, Ramiro cogió de la mano a su hija, "vamos a ver a los abuelos. Deben estar ansiosos por recibir una visita, desde el día veintitrés por la tarde, cuando tú follabas con Canela ellos llegaron y los encadené en la mazmorra. Llegaron a la puerta en la que se equivocó Alex y Ramiro extrajo una llave de su llavero. Le dio dos vueltas y la puerta cedió, "Ten cuidado es una escalera de caracol". En una especie de hornacina al entrar había velas y cerillas. Ramiro encendió una y se la dio a Marta, luego él encendió otra. "No hay luz eléctrica a propósito, cuando hacemos alguna fiesta encendemos muchos velones, lo que además de ambiente, produce calor que invita a desnudarse, y las velas tienen un valor añadido, la cera fundida da mucho juego en sexo. Ah, y otra cosa, en la mazmorra se entra desnudo, pero no solo de ropa, de tabúes, de prejuicios ni de normas de urbanidad. En la mazmorra es donde tienes que dejar salir todos tus instintos más primitivos y al verlos en ti aprendes quién eres. Nunca vuelves a dormir mal después de mirarte a los ojos y ver el monstruo que llevas dentro" habían llegado a una habitación pequeña que no llegaría a los tres por tres y en la que las paredes estaban repletas en todo su perímetro de perchas y en la parte baja unos bancos bastos de madera, "aquí nos desnudamos y colgamos la ropa y en esos banquitos si quieres te descalzas y dejas los zapatos. En el lugar olía a humedad a cerrado y a pocilga, un olor penetrante y acre; desde algún sitio se escuchaban unos gemidos débiles, "Al otro lado de esa pared, si te acercas con la vela verás que por la esquina está abierto, están encadenados. Ahora cuando entremos, lo primero que haremos será lavarlos y lavar el suelo. Cagan y mean ahí mismo y no tienen como limpiarse. Llegan a la menesterosidad total a través de la degradación de la suciedad. Una vez que has descendido a lo más bajo extraes placer de cualquier cosa. Verás como agradecen el manguerazo. La manguera y el grifo no están a su alcance, están encadenados, cerca por si quieren follar o masturbarse o chuparse, ella mediante unas argollas que le traspasan los labios mayores y menores, con lo que solo le queda el culo para gozar y tu abuelo lleva desde hace años una castidad que le ha reducido su pene a un mero vestigio. Solo le permite mear, aunque si se dejó los testículos para poder obtener placer mediante la tortura. Ahora lo verás. Los dos tienen perforados los pezones y la lengua. Y por esas argollas están sujetos a la pared. Lo único que pueden hacer cuando están cansados es sentarse en las misericordias que hay en todas las paredes" Marta le acercó la vela a su padre que ya estaba desnudo y le preguntó por las misericordias, "son una especie de ménsulas con una inclinación de unos 45 grados que se ponían en los bancos de los coros de los templos, para que los canónigos o los monjes pareciese que estaban de pie aunque en realidad dejaban descansar sus cuerpos en esos asientos disimulados. En este caso, en cada misericordia hay atornillado un dildo de buenas proporciones, si te quieres dejar caer tiene que ser dejando entrar el dildo en tu culo. Está todo pensado para el dolor y el placer. No hay gozo en esta vida sin llanto. Pero vamos dentro, que ya tienen que estar nerviosos y nosotros ya estamos desnudos.

"Parece que no ha pasado el tiempo, es como cuando fui por última vez al instituto, solo que aquel día hacia calor y hoy hace algo menos" Andrés estaba nostálgico de aquellos días en los que yo a mis seis años veía embobado salir a mi hermano mayor, muy mayor para mí entonces, con su mochila llena de libros camino del instituto. Yo empezaba a ir al colegio, donde conocí por cierto a Carmelo. La verdad es que siempre nos llevamos bien hasta que entramos en el instituto. Empezamos el atletismo en el último curso del colegio y los dos corríamos los mil quinientos en unos segundos menos que los que se atrevían a correrlos y por eso, durante ese verano antes de empezar el instituto estuvimos entrenando y siempre que acabábamos, me cogía del cuello e intentaba hacerme cosquillas y luego en las duchas siempre tenía un comentario para mis genitales en plan gracioso y luego la enemistad, no lo entendía y lo entendí cuando me declaró sus sentimientos y entonces muchas actitudes tuvieron explicación. "Os quiero mucho a los dos. Joder, que casi me empalmo" y Andrés se echó a reír de su misma ocurrencia. Nos llevaba cogido a cada uno echándonos sus brazos por los hombros y de vez en cuando echaba la cabeza a derecha e izquierda para rozarnos las cabezas en señal de afecto. "Buff, que deteriorado está, chicos" pasamos por delante del instituto y se apreciaba en su fachada las heridas del tiempo que nunca se reparaban. Entramos en el parque y Andrés se detuvo mirando en todas direcciones. "Que recuerdos me trae este bosque, bueno, ahora parque, estas veredas tan coquetas nada tienen que ver con aquellas sendas entre los arbustos abiertas a fuerza de un paseo y otro, muchas veces tapizado de condones usados de los polvos que echabamos cada vez que podíamos encontrar a alguien", "espera, espera, Andrés, ¿Por aquí venían chicas a ver si encontraban un chaval de catorce o quince años? Carmelo, no sabía nada de la confesión que me hizo Andrés, de ahí su pregunta. Andrés, me miró a mi, ladeó la cabeza un poco, chascó la lengua, sonrió y abrazó a Carmelo, "No has debido darte aún cuenta. ¿No has venido a este parque nunca a ver si encontrabas una polla que llevarte a la boca?" Carmelo me miró horrorizado, como si lo hubiesen dejado desnudo en medio de la plaza, luego miró implorante a Andrés intentando dar una respuesta, pero Andrés continuó, "Carmelo, cariño, yo soy tanto o más maricón que tú. Ya me ha dicho Alex todo lo que ha pasado. Al parecer él acaba de descubrir que es bisexual y no se ha escandalizado, lo ha disfrutado. Yo os veía a los dos de críos y me escandalizaba de desearos, comeros, por eso me fui, pero ahora he vuelto y a ti Carmelo te quiero comer entero" mi hermano empezó a acariciarle el paquete y a sentir como crecía bajo su mano. Luego se acercó a su cara y le besó en los labios. Carmelo, se embaló y directamente desabrochó la bragueta de Andrés cuya polla saltó del vaquero al no llevar ropa interior. Carmelo se agachó de inmediato y se metió la polla en la boca. Tuve que ser yo el que les dijera que dejasen de hacerlo tan a la vista, que nos dirigieramos más a la espesura cerca del río. Andrés cogió por la cintura a Carmelo le estrechó contra él y nos internamos hasta llegar a un claro rodeado de arbustos. No se apreciaban pisadas de nadie ni condones usados. Nada más llegar como dos dementes se empezaron a desnudar hasta quedar como dos animales salvajes entregándose el uno al otro. "Alex, únete a nosotros" Carmelo quería el premio gordo y el bote también. Le dije que así en seco sin la presencia de un coño como el de Marta no me apetecía del todo. Si disfrutaba viéndoles gozar a ellos, pero no terminaba de morbosearme. Andrés hubiera deseado sodomizar a Carmelo hacia diez años y su mismo deseo le asustaba. Ahora, lo tenía a su alcance y con todos los pronunciamientos del chico. Fue él, quién se dio la vuelta y pidió a Andrés que le preñase, Andrés fue a buscar un condón al pantalón y Carmelo le pidió que a pelo, "Cuando nos conozcamos mejor, Carmelo. Vengo de Edimburgo y he follado con un vecino a veces sin condón, no se, creo que..." Carmelo insistió gimiendo de deseo y a Andrés no hizo falta llorarle mucho más. Se ensalivó el capullo y se agachó para hacer lo mismo con el ano de Carmelo pero con la lengua directamente. Luego apuntó el capullo y de un solo golpe de caderas le hundió la verga. A Carmelo le dolió la penetración tan violenta y se quejó para dar un "Siii" de conformidad inmediatamente, "si Andrés, si, dámelo todo, follame duro, quiero sentir que te tengo dentro" y en unos segundos mi hermano se vaciaba dentro de Carmelo, que casi de manera concomitante se corría igualmente, mientras gritaba que le quería. 
Cuando regresábamos a casa, Andrés llevaba del cuello a Carmelo que rodeaba la cintura de mi hermano, "solo espero que no vuelvas a irte. He estado diez años, si, desde que era un mico, deseando este momento. Quiero que me folles cada día Andrés" Mi hermano no contestó, se limitó a volver a besar en los labios a mi ya  amigo.


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