sábado, 10 de julio de 2021

DAZEN

 

- Dazen, entonces. ¿Eslovaco, checo?
- Moravo, de Ostrava, República Checa, corazón de Europa, treinta y un años. Me asignaron a su servicio recién llegado a la empresa, hace cinco años.
Dazen se desnudó por completo dejando ver un cuerpo perfecto con varias cicatrices en hombro derecho, abdomen y muslos. Era una escultura de Praxisteles ambulante salvo en lo que a moderación en los genitales se refería. Un pene asombroso sin intervenir en estado de reposo que hacía imaginarlo en erección temible de al menos nueve pulgadas y grosor en proporción con un PA de al menos seis décimas haciendo juego con un Frenum de al menos diez decimas y unas bolsas firmes y perfectamente adosadas a la raíz del miembro adornadas de seis scrotum ladder rematando con el guiche de rigor inmediatamente antes del ano.
- Caramba Dazen, perfectamente rasurado, el cuerpo entero y bien adornado
- No señor. Laser total en todo el cuerpo. Me lo hicieron con catorce años en el prostíbulo al tiempo que me terminaron los genitales para determinado tipo de clientes que así lo demandaban.
Julián estaba hipnotizado con el miembro de Dazen y ni se percató que Victorio le masajeaba el suyo propio. Cuando Dazen entró en el jacuzzi, Julián se fue hacia él sin ningún recato. Dazen le rechazo.
- El señor ha pagado por tu cuerpo, entrégalo. Yo solo estoy vigilando la seguridad.
El muchacho se cortó y volvió a su sitio al lado de Victorio, que de forma despistada tocaba a su chapero, pero súbitamente le interesó la historia de Dazen.
- Prostíbulo has dicho. ¿Has sido prostituto?
- Éramos pobres a las afueras de Ostrava, en una granja mísera, cerca de un bosque en Stonavka. Mi madre no paria hembras. Yo era el segundo detrás de Mijail cuatro años mayor que yo con cinco abortos de hembra entre los dos. Para mi padre fui una decepción y no se escondía para hacérmelo saber.
 Dormíamos todos juntos al amor de la lumbre. Nosotros escuchábamos a mi padre coger a mi madre una noche tras otra. Mi hermano ya con trece años se me arrimaba y se aliviaba. Yo no me quejaba porqué no me disgustaba ese calor y el roce cuando me bajaba el calzoncillo y me la hacía resbalar por la raja del culo,  hasta que una noche noté humedad y pensé que se había meado. Me revolví, interrumpí a mi padre en su faena y me quejé. Mi padre le dio un pescozón a Mijail y quiso ver la avería y entonces se echó a reír le hizo un cariño a mi hermano alborotando le el pelo y le dijo que ya podía engendrar y a mi me riñó y me dijo que diera gracias que no era una niña en lugar de un varón quejica. Al día siguiente sin preocuparse de que yo estaba escuchando le dijo a Mijail que me la metiera por el culo, que le iba a dar más gusto que de la otra manera; "yo, a tu madre después de los abortos y de parir a este, me dije que no quería más machos así que desde entonces la follo por el culo. Tú haz lo mismo con éste, al menos que sirva para algo con lo endeble que es"
- Y tú lo escuchaste - dijo Julián - y no protestaste.
- Si hubieras conocido a mi padre en esa época me entenderías. Esa noche, lo intentó Mijail. No pensé yo que me iba a doler tanto. Intenté evadirme y mi padre por poco no me arranca la cabeza de el hostiazo. Me dijo que cerrase la boca y abriese el culo para mi hermano que trabajaba muy duro la granja y se lo merecía no habiendo hembras. Sangraba todos los días al obrar hasta que a la semana dejé de sangrar y me dejó de doler cuando me la metía. Cuando cumplí los diez años una noche Mijail me buscó y sentí un deseo de ser penetrado irrefrenable. Yo me puse duro como nunca cuando yo mismo le agarré la polla y me apunté su polla al ano y me la clavé y empecé a moverme de tal manera que me daba un placer desconocido para mi. Mijail sintió también placer y tomó la iniciativa mientras me mordía el cuello, yo volví de improviso la cabeza y le encontré la boca, él me la aceptó y mientras enlazabamos las lenguas se corría. De ahí en adelante me llevaba y yo me dejaba porque me gustaba que me follase, al bosque cercano y me follaba cara a cara para poder besarme, me tumbaba desnudo boca arriba me levantaba las piernas y me ensartaba. Con once años le buscaba yo a él hasta que un día apareció por nuestra casa un coche de esos caros, se bajó un hombre muy bien vestido y le escuché decir a mi padre que no tenía coño pero un culo que era mejor. Le dió dos mil coronas y me dijo: "Vete con el hombre" miré a mi madre en la puerta de la casa derramar una lágrima pero no movió ni un músculo.
Entré en el coche con el hombre bIen vestido en el asiento trasero y el chófer arrancó.
Me pasó su manaza por la nuca y me atrajo hacia él: "me ha dicho tu padre que tienes el culo abierto y te entra sin problemas" Se desabrochó el pantalón y dejó salir una polla muy grande, "¿Tú crees que esto te entrará? y por toda respuesta me quité el pantalón y el calzoncillo y me senté a horcajadas sobre su falo cara a cara dejándome caer. Me entró como un hierro candente en un bloque de sebo, le rodeé el cuello con los brazos y le besé como lo hacía con mi hermano. Se mostró sorprendido y empecé a subir y bajar hasta que supe por su respiración que iba a correrse y modifiqué la cadencia. Me dió un par de kleenex y me dijo que no fuera a echarle el polvo en el traje. Apreté el culo y le dije que estaba acostumbrado a quedarmelo hasta poder cagarlo. Me cogió por las mejillas con su manaza y apretó hasta que tuve que abrir la boca entonces me dijo que sacarse la lengua y me escupió dentro, luego me soltó me dio una bofetada de mujer y me dijo "traga y vete acostumbrando" yo había tragado ya, era algo que le gustaba hacerme a Mijail.
Al llegar a nuestro destino me dijo que follaba bien Y daría buen juego, pero estaba enclenque y eso no era bueno para el negocio. No iba a aguantar los al menos seis clientes al día que tendría. Yo le pregunté que donde estábamos y me dijo que en Praga.
- ¿Y con once años ya eras todo un experto? - Preguntó Julián asombrado.
- Me quedaba mucho que aprender, y lo aprendí.
- Tu, Julián, deja a Dazen que cuente, yo también estoy sorprendido. No sé qué más podría pasarle a un crío tan pequeño. Sigue Dazen.
- Aquel hombre que se llamaba Riga, me tuvo apartado de clientes tres meses en los que comía a placer todo lo que me ponían a base de carne, leche agria y quesos y me hacía pasar ocho horas en el gimnasio. Al cabo de los tres meses con doce años recién cumplidos ni mi madre me habría reconocido de cruzarse conmigo.
Era la joya de la corona. Tenía mi propio cuarto y me compraban ropa de marca porque solía ser escort de gente VIP. Mi culo lo cobraban a veinte mil coronas la noche y si era para orgía de varios yo valía cuatro veces más.
- ¿El culo nada más? Preguntó Julián
- Mi cuerpo entero. Yo creo que he tragado más leche por la boca que por el culo y me he follado más culos que pollas me han follado a mi. Como habrás visto gasto buen tamaño y cuando eres como tú cliente, Don Victorio, cuesta mantenerla dura y es más cómodo correrte en una boca o que te follen a ti. Aún no le has tocado a tu cliente y el no ha parado. Tocale a ver si se le pone dura. Perdone Don Victorio, veo al chaval y me da pena, no sabe nada. Venga Julián chuparla a ver - Julián le miró espantado, la polla estaba bajo el agua - si, claro, que tienes que meterte bajo el agua, abrir los ojos y buscarse la y mamarsela sin ahogarte.
- Pero, ¿como me tapo la nariz? no sé hacerlo.
Dazen apartó a Julián del lado de su jefe y se sumergió en el jacuzzi. Al buen rato sacó la cabeza, se dio la vuelta y se sentó sobre la polla de Victorio. Hizo varios movimientos de su musculatura perineal y Victorio gimió al correrse.
- Lo suyo, ahora Julián sería que tú empezases a tomarte en serio lo que haces y me hubieses metido la cabeza en mi culo y me sorbieses del ano el semen que mi jefe me ha inyectado.
- ¡Que asco, que guarrada! - exclamó escandalizado Julián
- Eso, niñato, lo aprendí a hacer yo con casi trece años. No se trata de anticipar que es lo que va a suceder, se trata de que cuando suceda hay que hacerlo. Es lo mismo que rebanarle el cuello a alguien. Si hay que hacerlo se hace. Maté a mi primera víctima con diecisiete, una mujer que me engatusó con su coño, pero era mi misión. Sois cucarachas, con ese espíritu os va a pisar hasta un niño. ¡Comeme el culo, ya gilipollas!
Dazen arrinconó a Julián y le puso el culo en la cara. El chico apartó la cabeza y vomitó en el jacuzzi. Victorio se salió de un salto protestando y Dazen se llevó la mano al culo y recogió el polvo de Victorio.
- ¡Mira niñato estúpido! - llevándose la mano a su boca ingiriendo lo que había recogido.
- Está bien Dazen, vamos a tranquilizarnos todos, vamos a vestirnos y a cenar. Tú, Julián, ya está bien de gilipolleces. Lo que te ha dicho Dazen es la puta verdad de la vida. Estás a tiempo de desistir de este camino o zambullirse plenamente en él.
A ver dónde cenamos.
- Yo después de esto, no sé si voy a poder tragar nada - protestó dando arcadas Julián.
- Dazen, vamos a uno buenecito de Cruz, el ABaC de Tibidabo. Ve por el coche, te esperamos en la puerta. Ah! y Dazen tu no te quedas fuera con los choferes, vas a cenar con nosotros, así me ayudas con este pobre. Vamos.
- Señor - dijo Dazen - tengo entendido que las reservas son con tres meses.
- Bah. 
Marcó el 102 e inmediatamente le contestó su asistente personal.
- En unos diez minutos llego al ABaC de Tibidabo. Somos tres y debería tener una reserva. Arreglemelo.
- Está hecho, señor.
- Gracias. Siempre tan atento.
Al llegar un aparcacoches se hizo cargo del Bentley.
- Ni un arañazo, ni un acelerón o te arrancó los huevos - Dazen musitó al oído del chavalito que se iba a encargar del coche.
- Si señor, si señor.
Al entrar se adelantó el mâitre.
- ¿Tres verdad Mr. Wellesley?
- Tres, pero soy el Señor Alba. Mr. Wellesley ha debido cederme la reserva.
El mâitre puso cara de desconcierto, pero les acompañó a la mesa
- Les envio al somelier.
- ¿Vino? - preguntó el somelier.
- Pesquera del 96 y menú degustación
- Yo quiero filete con patatas
Dazen rescató su mirada más gélida y se la lanzó con saña a Julian.
Victorio empezó una sonrisa floja que se contagió a Dazen que continuó la risa discreta.
Julián los miró a los dos sin saber que estaba pasando y cuando vino el somelier con el vino lo decantó y dio a probar a Victorio, Julián continuó con su metedura de pata.
- Yo quiero una Coca
Victorio miró a Julián con gesto de reprobación y luego al somelier como pidiendo indulgencia para el incauto.
El camarero trajo una botella de agua de Vichy y llenó la copa de Julián que no entendía nada.
- Yo no quiero agua, he pedido una Coca Cola.
Dazen con disimulo abarcó la nuca de Julián con su manaza y poniendo gesto como de cariño le informó:
- Vuelve a abrir la boca, como no sea para comer lo que te pongan por delante y te juro que esta noche te desvirgino como lo hizo mi hermano conmigo - le dió un par de cachetes cariñosos en la cara y Julián no volvió a abrir la boca.
Empezaron a servir los platos de la degustación y Victorio preguntó a Dazen.
- Entonces, ¿Cómo fue que acabaste en esta empresa de seguridad. Cómo escapaste de ese lupanar de Praga?




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