domingo, 21 de junio de 2020

ROLDAN - 1 -


Don José dejó a Roldan al arbitrio del cura, pero se llevaba el corazón encogido, por dos circunstancias, la primera, que corrian rumores de que Don Arsenio era amante de la carne fresca de monaguillo, que era lo que mas a mano tenía, pero que no le hacia ningún asco a las muchachitas adolescentes que iban a su confesionario, principalmente en busca de consuelo por amores prohibidos por la edad o no correspondidos. Incluso había comidillas entre las comadres que la hija de un magistrado, muy joven ella sin novio ni pretendiente conocido, había desaparecido del pueblo, para volver de casa de su madrina, en San Sebastian,con marido vasco, algo afeminado y un bebe en brazos. La gente decía, muy maledicente, que al niño solo le faltaba el bonete, para ser un calco del cura.
La segunda circunstancia, que no pudo ni quiso contar, fue que Roldan, le chupó su rabo hasta ponerselo muy duro y que asustado porque se veía venir la leche, de un empellón apartó al niño culpandole de ser tan maricón...
- ¡Como yo, joder! - grito mientras el jaco trotaba por el camino hacia su casa.
No podia quitarse de la memoria, ver al niño desnudo de espaldas con su hato de ropa en brazos dirigirse a la puerta "cierrala bien cuando salgas, ya te daré yo" sin dejar de masturbarse pensando que Roldanito se le sentaba encima y él entraba por su culito como la pala en la mantequilla tibia. No quería correrse, pero alimentado de esas imagenes tuvo una efusión intensa y duradera que después de satisfacerle le hizo llorar amargamente.
- ¡Es mi hijo,mi hijo! - vociferaba propinandole absurdos latigazos a la bestia, porque no se los podía dar él. Además rememorando aquellas escenas y deseos imposibles habia conseguido despertar su cuerpo produciendole una duradera erección.

- Bueno, Roldan - dijo Don Arsenio con suave entonación - eso que ha contado tu padre es grave, hijo mío. Hay que comprobar si el diablo ha dejado alguna marca en tu tierno cuerpo. Porque tu sabes, y si no lo sabes te lo digo yo, el demonio se encapricha precisamente de los que Dios mas quiere y les marca en el cuerpo como suyos, por eso ahora nos vamos a desnudar los dos. Primero para que veas que yo no tengo la marca porque soy ministro del Señor y yo para comprobar que tu no la tienes. Así que vamos a mi casa. Aquí en la sacristía no estaría bien que nos desnudasemos.
- ¿Y si no tengo la marca, no tengo que ir a eso de la capital? - preguntó inocentemente el crío.
- Ya veremos, aunque como tienes que hacer la comunión sería conveniente que hicieras esa penitencia.
Nada mas entrar en la casa del cura, Don Arsenio le condujo hasta su dormitorio. Al entrar, cerró tras de si y echó la llave. El niño hizo intento de desvestirse y el cura con mano temblorosa le detuvo.
- No, espera, yo me desnudaré primero para que compruebes que no hay marca alguna y luego yo, poco a poco iré desvistiendote para no pasar nada por alto.
Don Arsenio se fue desabrochando la sotana poco a poco hasta dejarla abierta por delante. Debajo, no llevaba nada, pero el vuelo del habito impedía que se abriese.
- Ven hijo, entra dentro de la sotana, que yo te abrigue con vestido de la santidad - tenía la voz cambiada, como más ronca y temblorosa.
Roldan se acercó al cura y cuando rozaba la tela, el cura abrio el habito y empujó hacia él  a Roldan que se vio estrechado contra un cuerpo desnudo con un pene duro que casi le hacia daño contra su pecho por la fuerza del abrazo del cura.
- Déjame quererte Roldanito y seamos felices. Disfruta de un cuerpo sin marcas del maligno - y con estas palabras se despojó de la tunica separándose del niño un paso para que pudiera contemplar su cuerpo con su verga en total erección.
Como si de un reflejo se tratase y de la forma mas natural Roldan echó mano al trozo de carne duro del cura. Él al sentirlo se estremeció y guiado de la naturaleza y su instinto Roldan masajeó al cura hasta que asomó en todo su esplendor un capullo rosa fuerte que incitó al niño a acercar los labios. En cuanto el capullo se insinuó en la boca se inició la eyaculación. Roldan, que no sabía que pasaba hizo intento de retirarse, pero Don Arsenio le tenía cogido por su cabeza y se lo impidió.
- Traga, hijo, traga, esto es un milagro, es leche santa - animó con voz tremola al pupilo.
Roldan tragaba a medida que el pene ofrecía semen y no protestaba en modo alguno. Chupaba y chupaba porque quería más y pensó en ese momento que si en lugar del cura fuese Sandalio habría muerto de emoción. 
Don Arsenio sintió que le temblaban las piernas, dio un par de pasos hacia atrás y cayo rendido en la cama.
- Don Arsenio, ¿me voy desnudando ya? - preguntó candidamente Roldan.
El cura terminó de recuperar el aliento, abrió los ojos y con un gesto le dijo al niño que se subiese a la cama y se tumbase junto a él.
Con meditada morosidad el cura iba despojando de sus ropas al niño al tiempo que su miembro recuperaba vida. Al dejarlo desnudo de medio cuerpo arriba, el cura mordisqueó muy suavemente los pezones de Roldan que para sorpresa del niño cobraban vida. Luego con un dedo Don Arsenio rozaba con suavidad primero y rudamente al final los pezones al crío que sin saber como comenzaba a jadear
- Más,  más - solo acertaba a decir
Cuando el cura pasó del roce al pellizco cada vez mas intenso, Roldan estaba ya entregado. Se lanzó al miembro del cura ya tan duro como antes metiendosela en la boca hasta provocarse la nausea lo que le hizo retirarse.
- Por lo que voy viendo reaccionas bien y no hay marcas del diablo. Veamos ahora de cintura abajo - comenzaba diciendo esto a quitarle los pantalones.
Unicamente con la ropa interior puesta, la excitación del pobre chico era evidente y el religioso metió los dedos por la pernera del calzoncillo acariciandole sus bolsas testiculares completamente desnudas, como correspondia a la edad.
- Me hace cosquillas, padre
- Esa es buena señal, hijo, tienes sensibilidad de hombre honrado. Ahora vamos a ver la parte mas peligrosa - retirandole el calzón.
Con Roldan tumbado boca arriba junto al otro cuerpo del cura, éste acariciaba muy suavemente la parte ventral del pene. Se ensalibaba la mano y seguía acariciando, retrayendo en cada pasada el pellejo que protejia el capullo. A cada bajada de pellejo el niño emitía un gemido.
- ¿Te produce placer o dolor, niño? - preguntaba el cura en tono profesional.
- Me gusta mucho, Don Arsenio. ¿Va a bajar el pellejo del todo o no se puede? - preguntaba temeroso Roldan.
- ¿Tu quieres que se baje, quieres que lo hagamos?
- Si, por favor, padre, si quiero.
- Entonces, ahora, con mucho cuidado con la boca lo suavizaré y saldrá el capullito entero. Eso te dará placer y será seña de que dios te quiere como hijo.
- Hagamelo ya, padre, no se que me pasa, no se, no puedo respirar bien.
- Enseguida pasará - le tranquilizó el cura.
Con mucha delicadeza y una lengua experta poco a poco fue retrayendole el pellejo al niño, hasta conseguirlo. El niño al sentir su balano exento y muy sensible se quejó.
- No te dolerá, ¿verdad? sería una mala señal. Verás, voy a pasar la punta de la lengua por el frenillo. Mira, esto es el frenillo - levantó la cabeza a Roldan para que se fijase. 
Comenzó a pasar levemente la lengua por el frenillo de Roldan, que inmediatamente comenzó a jadear.
- ¡Ay, padre! que no se que me pasa, pero me gusta mucho. Por favor, padre, mas deprisa - y en ese momento dió un respingo y echó las manos a la cabeza del cura para obligarle a que continuase con su estimulación. ¡Que me gusta, padre, quiero más! - y perdio el conocimiento.
Fue solo un par de segundos lo que se privó el niño, pero le abrieron a un mundo nuevo que con Sandalio solo intuyó.
- ¿Que ha sido eso, padre?
- La confirmación casi total de que no tienes marca. Solo queda la prueba definitiva.
Tumbó a Roldan boca arriba y le hizo abrir las piernas, le metió debajo de su espalda una almohada doblada con el ano bien expuesto. Escupió sobre su ano y con sus dedos empezó a masajear.
- ¿Te gusta esto, Roldan?
- Mucho, padre. Me gusta pero por ahi sale la caca. 
- No importa. Mira esto - y se lanzó con la lengua fuera ha impactar el ano del niño y empezo a lamer e intentar insinuar la lengua dentro.
- Si, me gusta, pero ¿que me está metiendo? - preguntó preocupado
- La lengua. Se que te gusta - y volvió a chupar el culo del niño que gemía con cada aumento de intensidad de arremetida con la cabeza - ¡como disfrutas con esto Roldan!
- Si, ¿pero no le sabe a caca cuando mete tan profunda la lengua?
- Claro pequeño, pero eso le da mas interés - volvió a insertar profundamente la lengua en su ano y la sacó para echarse sobre la boca de Roldan - chupame la lengua niño, ¡chupala!
Roldan chupó la lengua del cura y notó un lejano sabor amargo y dulce al tiempo.
- ¿A que no te desagrada?
- No - respondió con voz temerosa - es un sabor raro, pero no sabe muy mal.
- ¿Y si en lugar de la lengua, metiese otra cosa?
-¿Que cosa?
- Algo como lo que sujetas ahora mismo en la mano
- Pero, pero..., - empezó a angustiarse - es muy grande
- Encomiendate a San Sancho que fue martirizado empalado y yo seré muy cuidadoso.
Roldan, empezó a llorar negandose a ser sodomizado.
- Entonces era verdad. Esa era la ultima prueba. Al negarte, me confirma que llevas la peor de las señales, la del culo, que protejeras con tu vida.
- No, no, por favor, metame eso, yo me encomendaré a ese santo. No lloraré, lo prometo.

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