lunes, 18 de abril de 2022

RODAJE VII

 

                     RAMIRO

Sentado con un hábito de derrota instalado en su postura, fue mirando alternativamente a los hermanos pelirrojos y a Sebastián, hasta que clavando la mirada en su zapatos comenzó.
- No sabéis, ni a tí, Chano, nunca te lo dije, que tenía un amigo en el colegio, Ricardo, que cuando tenía diez años, llegó de fuera. Quiero decir del extranjero. Su padre era funcionario consular. Del país que venía, el curso que se le ajustaba para incorporarse era el mío a pesar de que él tenía dos años más.
Desde el primer momento me llamó la atención, por su estatura, su seriedad, y el pelo rubio ensortijado y abundante enmarcando una cara algo alargada con unos ojos turquesas grandes y expresivos. Y para colmo el día que el director nos lo llevo a nuestra aula para incorporarse el único puesto libre era el de mi pupitre.
Era serio pero desenvuelto y nada más sentarse me dijo como se llamaba y me preguntó por el mío. Hicimos buenas amistades y desde ese momento ningún recreo fue ya aburrido. Prácticamente había nacido en un país centroamericano donde la idea de las relaciones sexuales no es tan estricta. Me hablaba de las niñas con las que habia tenido relaciones, aunque me recalcaba que nunca había penetrado a ninguna, pero de las posibilidades de mano, lengua y labios se las sabía todas. Y así me enteré de que no solo haciendo sino que viendo hacer o imaginando el pene crecía y se pasaban las horas sin darse cuenta. Nunca intentó tocarme o insinuarse conmigo, aunque llegó un momento en que con solo estar a su lado me ponía muy duro. Un día se lo dije y me preguntó y que querría ver lo grande que se me ponía y diciéndolo, se bajó el pantalón y me dejó ver su miembro. Era grande, con el capullo fuera y gorda. Duró un segundo, porque lo hizo en el  pupitre y no quería que nadie lo viera. Yo le enseñé la mía y me dijo que era pequeño aún y que me crecería.
- ¿Y no hiciste intención de tocarsela nunca? - tanto Cástor como su hermano estaban sorprendidos.
- Nunca. Pero voy a seguir porque aquí empieza el meollo.
- Eso fue entonces, antes de que tus padres me tomaran en acogida - afirmó Chano.
- Efectivamente. Un día, casi acabando el curso, después de comer, mi padre se fue al trabajo y mi madre me dijo que porqué no me echaba una siesta, así, pasaría mejor el peso del calor vespertino. Me fui a la cama y de pronto me despertó un golpe seco. Ya despierto escuché cuchichear a mi madre diciendo que más cuidado que me iba a despertar y luego risas ahogadas. Me quedé en la cama sin poder volver a dormirme. Supuse que mi padre había vuelto y decidí levantarme. Iba descalzo y sin ninguna intención no hice ningún ruido. Salían voces del dormitorio de mis padres y allí me dirigí. La puerta estaba entornada y por la rendija lo que vi me hizo hiperventilar y el pene se me puso como una piedra. Mi madre y otro hombre estaban desnudos y mi madre le decía al hombre que por el culo que el coño era de su marido. Estaba hipnotizado con aquella imagen y al tiempo preocupado por lo que podría suceder cuando mi padre se enterase y boquiabierto como estaba, sentí la llave de la puerta.
- ¡Tu padre! - Chano estaba muy metido en el relato - se liaría una buena.
- Espera, no te precipites - con el relato Ramiro se estaba animando.
Corrí a mi habitación y me quedé arrimado al dintel de mi puerta, por dentro, para escuchar lo que sucedía a continuación. Desde allí escuché como mi padre decía: "partelé bien el culo que ya voy yo a partirtelo a ti", lo dijo en voz muy alta y mi madre le chistó advirtiéndole que yo estaría durmiendo y que me iba a despertar. Después de eso, nada y me animé a seguir curioseando.
Me acerqué a la puerta de la alcoba y mi padre no la dejó entornada, estaba abierta a la mitad y se veía perfectamente lo que sucedía. El hombre tenía a mi madre boca arriba y por lo que mi padre decía debía tenersela metida en el culo: "el coño es mío" le decía, "luego se lo comes, cuando yo me corra, ¿verdad cariño?" y mi madre le decía al hombre que la volviese loca rajandole el culo. Vi como mi padre, mientras el hombre arremetía contra mi madre le pasaba la mano por la raja del culo y el hombre empezó a culear, y entonces mi padre se agachó y metió la cara en el culo del hombre.
Yo estaba muy excitado, sorprendido por todo lo que sucedía y me frotaba instintivamente la picha, me daba mucho placer. 
Después de meter la cara en el culo se levantó y le metió de golpe la picha en el culo al hombre y después de un rato en el que el hombre pedía más y más el hombre se volvió y se agachó para chuparsela a mi padre, y en ese momento me vio. Me quedé paralizado cuando vi que depositó su mirada en mí, pero enseguida, antes de aplicarse a la mamada me guiñó un ojo y me sonrió. Creí morir de gusto y aún creo hoy que ese fue el día de mi primer orgasmo. Permanecí un rato después mirando como mi padre sujetaba la cabeza del hombre atragantandolo con su enorme miembro y decidí volver a mi cuarto porque comprendí que si el hombre me había descubierto, lo harían mis padres.
No pude dormir esa noche pensando que aquel hombre con aquella sonrisa tan feliz y ese guiñó cómplice revelaría a mis padres mi indiscreción y me iba a arder el pelo. A la mañana me levanté temblandito esperando la reprimenda pero ni mi padre ni mi madre dijeron pío y volví a sentirme seguro.
A la semana siguiente mi madre fue a buscarme al colegio y no podía creerme con quién venía; el hombre de aquella noche del que no sabía el nombre. No importaba, mi madre nos presento: "Mira Ramiro, este es Ángel, un amigo de tu padre y mío, saludale"
Le mantuve la mirada una décima de segundo lo suficiente para musitar un "hola", el tal Ángel por respuesta al tiempo que decía hola me alborotaba el pelo como signo de cariño: "Vaya, vaya, eres muy mayor ya, ¿tienes novia, no? bueno, bueno, tienes que andar por ahí partiendo corazones" y recuerdo que me dije para mí "mientras no me partan el culo como a tí" y solo de pensarlo me sonrojé y él se percató: "Venga, venga, Rami, si no tienes novia aún ¿porque no será novio?" Y mi madre le cortó reprochandole que me dijese esas cosas con lo pequeño que era. Y remató con un "y no vuelvas a llamarle Rami. Es Ramiro, como su bisabuelo el general" Me sentí reconfortado, no me gustaba ni me gusta que me apócopen el nombre. Pero se avecinaba lo peor. No sé que habría hecho de haberlo imaginado.
Cuando llegamos a casa, mi madre no se deshizo ni de los zapatos ni el suéter ni las llaves, solamente me dijo que Ángel se quedaba a mi cuidado, que mi padre y ella tenían cita con el médico: "Serán un par de horas, nada más. Ángel te ayudará con la tarea, no te creas que hace tanto que salió del colegio"
Me dio un par de besos y cerró la puerta.
Ángel me cogió por el cogote sin apretar y me condujo a la alcoba de mis padres. Empecé a llorar, sabía que nada bueno podía pasar. Se agachó en cuclillas delante de mí y me abrazó, me enjugó las lágrimas cubriéndome de besos sobre todo por el cuello mientras me insinuaba los dedos de una mano por la cinturilla del pantalón hasta dar con la raja del culo. Eso me estremeció y más aún cuando sentí como uno de sus dedos me acariciaba el ano y no paraba de susurrarme al oído que cuanto me había gustado lo que vi aquella noche. Los brazos se me dispararon solos, le rodeé el cuello y muy bajito al oído le dije que mucho. Él me estrechó más y con sus labios alcanzó la comisura de los míos. Me gustó y sentí mi pene crecer desmesuradamente. En ese momento decidí que me entregaría sin rechistar a todo lo que me pidiese, es más, deseaba que me lo pidiese todo.
Me sentó en la cama de mis padres y me dijo que me relajase que nos íbamos a divertir. Yo no le quitaba ojo de sus ojos, él me taladraba con su pupila y yo deseaba que me tocase, que volviera a pasarme su dedo por el ano. Empezó a desnudarse muy lentamente hasta quedar desnudo de cintura para arriba. 
- ¿Pero no te dieron ganas de tirarte a comerle el rabo? - Chano estaba muy excitado y no paraba de restregarse la bragueta.
Polux se acercó a Chano y empezó a sobarle la entrepierna, el chico estaba muy excitado y se abrió más de piernas.
- ¡Hermano! que salido estás - Cástor estaba disfrutando de lo lindo.
- El relato de este chico me ha puesto a cien. Me ha recordado al tío Gary.
Polux acababa de sacarle la polla a Chano y se acercaba a ella con intención de chupar cuando se escuchó la voz de Laura. Tan metidos estaban todos en la representación que nadie escuchó a la chica que entraba a su casa.
- Ya veo que os lo estáis pasando de lujo. Si os molesto me voy. Y tu, ¿quién coño eres?
- Cariño, es Ramiro, acuérdate que te conté como en la última casa de acogida nos liamos los dos hasta que salí de allí. Él ahora nos está contando cómo se abrió a este mundo y como no está exento de morbo, uno de los gemelos, no sé cuál, se me ha lanzado todo salido.
- He sido yo - Polux levantó la mano - le tenía ganas a tu novio.
- Pero que si no te importa - Cástor se levantó de un salto - yo podría prestarte mucha atención también. Vamos, que como están las cosas podíamos estar muy pendientes los unos de los otros y esto podía transformarse en un fiestón único. Si a ti te fuera a apetecer, como ya te he dicho, Laura.
Laura mantuvo la mirada a Cástor desafiante y dejó que una sonrisa imperceptible asomarse a su boca. Se humedeció los labios con mucha lentitud a propósito, provocando, con la punta de la lengua y contestó.
- Pues, sabes, ahora que lo dices, no sabría yo si tal como vengo algo sudorosa y alterada serías capaz de meter tu lengua en mi coño - y diciendo esto comenzó a sacarse las bragas y cuando las tuvo en la mano se las lanzó a Cástor que las cogió al vuelo y se las llevó a la nariz - o te conformarías con una sesión de olida de bragas sudadas.
- Las bragas, querida, por lo pronto, me han puesto tan salido como el culo de mi hermano recién levantado de la cama, supongo que sí en lugar de las bragas lo que tuviera en la nariz fuera tu coño estaría pidiendo a voces una polla en el culo mientras te lo comía.
Con parsimonia, Laura, con los otros tres mirando con la boca abierta, se sacó el suéter y de la manera más lujuriosa inició a pellizcarse los pezones al principio suavemente para ir incrementando la presión al punto de estremecerla y hacerla gemir.
- Yo podría, con el permiso de tu novio, provocarte un castigo mucho más contundente y que el dolor te hiciera chorrear de gusto antes de que te lo comiera - y tal como lo decía se quitaba la camiseta que llevaba dejando a la vista los piercings que empezó a retorcer sin ningún cuidado - ¿ves, Laura? se cómo tratar unos pezones porque estoy harto de hacérselo a mi hermano y a mi mismo.
Y en ese momento Polux que tenía el pene de Chano rozando su boca, se quitó también la camiseta e hizo lo mismo que su hermano.
- ¡Bueno!, y yo ¿qué? Ha sido llegar la chica y poneros todos a babear, como si un rabo no sirviera de nada. ¿Os interesa que acabe o me largo de aquí,? ¡Joder, Sebastián! que gente más rara tienes. Parece que están medio locos por un rabo, pero llega un coño y se deshacen.
- Venga, continúa - Cástor estaba conciliador - es verdad, estaba muy bien. Estábamos que ese amigo de tus padres te sentó en la cama y se quitó la cámisa. Sigue.
- Yo estaba temblando - mientras Ramiro hablaba Laura seguía pellizcandose los pezones sin quitar ojo a Cástor que se masturbaba descaradamente metiendo la mano por dentro de la malla. Polux daba lengüetazos a la polla de Chano que le acariciaba la cabeza - le veía acariciarse los pezones y me sentía incómodo con la erección que tenía y para colmo me preguntó si me gustó lo que había visto. Yo afirmaba con la cabeza incapaz de hablar. Entonces me preguntó si alguna vez me había acariciado los pezones y una vez más negué con la cabeza y entonces se me acercó y empecé a castañetear los dientes de excitación. Acercó sus manos a mí y empezó a pellizcar suavemente. Era una sensación extraña pero me hacía desear que apretase más. De pronto y sin responder a ninguna acción de voluntad, aprovechando que Ángel estaba tan cerca le toqué la bragueta. Estaba caliente y duro. Me preguntó si quería que se la sacase y sin dejar de mirarle moví la cabeza arriba y abajo. Y ahí ya me derretí. Salió por la bragueta un trozo rutilante como un cometa con una cabeza reluciente y destilando algo como el sirope trasparente. La intenté abarcar con una mano y tuve que recurrir a las dos. Estaba caliente, dura pero elástica, soberbia pero dócil a mis movimientos y entonces fue cuando sin saber porqué ni como, ni nada, que yo mismo me sorprendí de lo que salió de mi boca dije aquello
- ¿Qué? - dijeron a coro todos. Y con la expectación de lo que podría haber dicho Ramiro, Cástor se acercó a Laura y Chano se agachó a la altura de Polux y con maestría le sacó del todo el miembro - Venga, ¿Qué?
- Le dije con mucho miedo y deseo al tiempo, temblando me la voz que si me iba a meter eso en el culo. Él me preguntó sonriendo que si yo quería que lo hiciese y le contesté que iba a ser imposible algo tan gordo. A continuación contemplé como empezaba a desnudarse. Le contemplé desnudo y empecé a llorar. Le volví a preguntar si me iba a doler mucho cuando me la metiese en el culo y el me abrazó dándome besos en la cara y el cuello y susurrándome que él nunca me haría daño empezó muy despacio a desnudarme. Cuando estuve desnudo del todo me cogió en brazos, me abrazé a su cuello y pasé una pierna por cada lado de su cintura. Él me abrazaba muy fuerte por mi cintura y me dejaba resbalar hasta que su polla tan dura impactaba entre los dos carrillos del culo. Sin dejar de besarme el cuello con una de sus manos hizo insinuar empujándola, la cabeza de su polla en mi ano. Ante eso mi cuerpo reaccionó solo y me abracé aún más fuerte al cuello de Ángel mientras le decía al oído "Si, Si". Sentía que me faltaba la respiración y me veía totalmente ensartado en el cuerpo de aquel hombre y con el roce de el estrecho abrazo que mantenía sentí una especie de calambre en mi pene que me zarandeó el cuerpo entero hasta que sentí como que me desmayaba y me desmadejé en los brazos de Ángel. No recuerdo el tiempo que estuve así, pero lo siguiente que recuerdo es que estaba tumbado en la cama de mis padres y Ángel se masturbaba cerca de mi cara hasta que hizo como una pausa y empezó a expulsar como leche espesa por la punta. Cayó ese líquido sobre mi pecho y cara y cuando acabó, él se chupó los dedos con los restos de esa leche y luego con un dedo recogió un poco y lo acercó a mí boca. Me dijo: "Pruébalo, te gustará y la próxima vez te lo daré directamente de mi miembro cuando salga" Con prevención abrí la boca y saqué la lengua para saborear el líquido. No me disgustó y me levanté un poco para chupar el dedo y obtener más líquido y entonces Ángel dijo: "Mejor aún" y me acercó su capullo a la boca con bastantes restos de semen. Abrí bien la boca y de forma instintiva mamé como lo haría un lactante, era agradable tener ese bulto tan suave en la boca. Entonces él exprimió su miembro y recibí una cantidad extra en la boca. Eso me emocionó. Le pregunté si podía tragarlo y me dijo que me gustaría mucho hacerlo. Me gustó hacerlo y le dije "quiero más", se sonrió y me dijo que otro día me lo daría todo en la boca. Después de eso me dijo que teníamos que vestirnos que mis padres deberían estar al llegar y que aquello sería nuestro secreto y que la próxima vez sería mucho mejor.
A la media hora llegaron mis padres. Mi madre preguntó que tal y Ángel le dijo que me había portado como un hombre. Le miré muy serio, me sonrió y me dijo que otro día iríamos a tomar un helado por lo bien que me había portado.
- Y el tío ese ¿ya no te volvió a trastear jamás? - Laura preguntaba ajena a que Cástor le hurgaba bajo la falda.
- Si, si. La vez que me atraganté de lefa de tantos como me dieron a mamar. Fue al mes de la primera vez. Mis padres se fueron de finde con otros dos matrimonios. Ahora sé que se fueron a follar entre todos, y me dejaron al cuidado de Ángel.
- Y el fulano ese, ¿porqué no fue. O es que tus padres te entregaron a su amigo por morbo? - Polux dejó por un momento de juguetear con la polla de Chano y preguntó escamado.
- Era al parecer solo para parejas. Me lo dijo Ángel. Mi madre cuando se despidió de mi me dejó muy claro que debía obedecer a su amigo sin rechistar. Yo por dentro daba botes de alegría, había estado todo el mes transcurrido sin que se me cayese el recuerdo la textura y el sabor del semen de Ángel y deseando poder volver a hacerlo. De manera que cuando mi madre me hizo esa encomienda yo le contesté estusiasta que le iba a obedecer en todo. Pasó cómo media hora desde que mis padres salieron y Ángel me dijo que hay que andarse con ojo. Siempre hay algo de última hora que se olvida y si se precipita uno te pueden pillar con las manos en la masa. Estaba sentado en una silla tapizada y me dijo sin borrar la sonrisa de su cara que me acercase. Me acerqué temblando y me cogió por la cintura sentándome sobre su regazo con una pierna a cada lado. Se acercó a mí boca con sus labios y me dio un beso y luego me abrazó estrechamente. Al oído muy bajito me dijo que si notaba en el culo su miembro duro. Le dije que me gustaba mucho y a continuación me dijo algo que me descolocó. "Ahora, Ramirito, van a venir unos amigos a cenar y se quedarán con nosotros hasta el domingo por la mañana. Entre todos verás como si te entra en el culito no solo la mía, sino la de los otros cuatro. Vas a ser el rey de la fiesta. Vamos a disfrutar todos. ¿Te gusta este plan?" Le contesté que me iba a doler mucho y me confesó que un poquito pero que él me iba a enseñar a disfrutar de ese dolor y después yo iba a buscar ese dolor para disfrutar.
- Pues te enseñó bien - terció Chano - porque conmigo me partiste el culo una y otra vez, cada vez dolía menos, pero la verdad es que cuando Laura se pone el strap-on que es más rígido recuerdo aquel dolor y me pone a cien.
- ¿Vas a usar conmigo ese aparatito? - Cástor sin dejar de manipular el sexo de Laura daba la impresión de que ya disfrutaba de la sodomización que le hiciese la chica - y por cierto Chano, perdón Bastian, que se mosquea mi padre, ¿Ya has decidido si vas a firmar con papá?
- Solo en el caso de que yo firme con él también - Laura saltó como una liebre - con lo degenerados que estoy viendo que sois, me lo quitáis, fijo, que éste - dijo señalando a su novio - es más inútil que un cubo boca abajo.

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