viernes, 20 de marzo de 2020

RECUERDOS III - CRUDA REALIDAD


La cena transcurrió practicamente sin nada que mencionar salvo que Sebastian se quemó con el provolone (como si en Brest no se conociese) y se pasó todo el rato escrutandonos con la mirada. Me inquietaba que ese crío me mirase como si un entomologo me fuese a clavar como a una mariposa. Luego saltaba a Lucía, a Ainara y a su primo. Después de las cervezas trasegadas el chianti hizo de las suyas y llegó un momento en que nos ofrecieron grappa y trasegamos grappa. Se me dibujo una sonrisa de gilipollas  alelado y me puse muy pegajoso con Lucía.
- Te estás poniendo en evidencia Alex, por favor
- ¿Esta es la evidencia?- al tiempo que se sacaba el pene como un palo de tieso y soltaba una risotada.
Lucia echó la mano al pene para intentar que no pasase a mayores, lo que consiguió el efecto contrario, que Alex se pusiese ya muy descarado lo que llamó la atencion del chaval que se alcanzó a ver la verga erecta y se le dibujó en la cara una sonrisa de satisfacción, como si viendole el sexo al amigo de su primo hubiese ingresado de repente en la adultez.
- Uy, uy, uy, la grappa ya está pasando a mayores y vamos a tener que empezar a levantar el campo - dijo Ainara - no os creáis que es solo Alex, que éste como me descuide. Y tu que miras Sebastian - le preguntó al chico que intentaba alcanzar a ver la polla del primo - tu primo no se la ha sacado, vamos, se la corto.
Raúl se levantó y el primo aún conservaba la sonrisa bobalicona mirando la aparatosa braqueta de Raúl.
- No se quien será mas guarro si un primo o el otro, porque lo que es Alex es un salido - protestó Ainara.

Decidieron ir a un garito del centro, mitad sala de arte alternativo, mitad fumadero de grifa. Se bajaba por una escalera vieja de piedra iluminada por luces de colores. El antro estaba atestado de gente y un ambiente tipo Londres en el XIX. Tenia música de jazz en vivo que daba al local junto al resto de notas un marco de relajación de costumbres. Nada mas entrar se sentía uno bien y arrebatado de efluvios alcoholicos mas aún.
El local debio ser una sotano habilitado para viviendas en el que existian diferentes habitaciones que daban un aspecto de laberinto al local. Todo al servicio del misterio, la intriga y la relajación.
En la habitacion principal estaba la barra. Transitamos por el resto del local atestado intentando encontrar una mesa y sería por mi estado alcoholico, que ya se iba diluyendo a pesar de todo, pero llevaba detrás de mí a Sebastian y por mis muertos que el cabrón me ponía el rabo. Me sorprendía que esa sensación no me molestase, pero ese chico no tenia ninguna confianza conmigo para tomarse esas confianzas. Si hubiese sido Raúl no me habría importado. Y en ese momento cai en la cuenta de que habia pensado que no me habría importado que Raúl que enrabase. Tenían que ser los vapores del alcohol. En ese momento se me vino la imagen de Raúl cabalgandome y empece a empalmarme. Me cabree y en ese momento alguien dijo, "A la barra" nos dimos la vuelta atropelladamente y en ese batiburrillo alguien me cogio el rabo, seguro y no sabría decir quien. Quien lo palpase debió llevarse una buena impresión, a consecuencia de mi imaginación tenia buen tamaño y dureza elastica.
Una esquina de la barra tenia espacio justo para acomodarnos. Yo me coloque al lado de una chica preciosa acompañada de una especie de modelo de calzoncillos de los que no suelen verse por la calle. En ese momento, el chico se intercambió con su pareja, descaradamente para dejarme claro que no iba a estar su chica a mi lado.
Empezaron a pedir chupitos, cubatas y refrescos para el niño. Yo me tome para seguir con la fiesta y mantener mi puntito, una pinta de birra tostada con un chupito de vodka. Cambiaba mi postura cada poco para no incomodar a mi vecino de barra que se rozaba con demasiada frecuencia porque estaba demasiado ocupado dandose la gran fiesta con la muñequita que tenía al lado.
Envidiaba al colega por tener una acompañante tan competente. Estaba alucinado viendo, como hipnotizado, al fulano meter descaradamente la mano por debajo de la microfalda. Habia poca luz, pero juraría que la muñequita no llevaba bragas. Eso consiguió empalmarme a base de bien.
Se me acercó por detrás Lucía.
- Estás tu muy entretenido con la parejita.
- Yo, verás, Lucía..., - en ese momento sentí su garra en mis huevos - joder, me vas a decir que no estabas exclusivamente pendiente de estos dos salidos.
- ¿Es malo estar salido? - se volvió el modelo hacia nosotros - o es que tú eres una reprimida.
El chico volvió con renovados impetus a sus manejos con su amiga.
- ¿Que pasa, que no vas a sacar la cara por mi con este chulito?
- Lucía, por todos los cristos, que no te ha dicho nada
La mirada de Lucía y el rictus de su boca ya le decian a Alex que se avecinaba galerna.
- Me voy, Alejandro, ya nos veremos - y sin esperar respuesta se dio la vuelta.
- Espera Lucía, joder, no te pongas asi. Te acompaño.
- Yo no necesito que me acompañes a ningún lado, ya soy mayorcita; cogeré un taxi.
Me quedé en medio del local y en medio de mi borrachera plantado viendo como se alejaba con paso firme mi novia.
"Si es que soy gilipollas" me dije mientras volvía a la barra con cara de entierro de tercera.
- Se ha dado el queo, ¿no, colega? - le dijo festivo Raúl.
- Que simpatico, tu amigo - le dijo con los codos apoyados en la barra el modelo que tenía al lado - ni te preocupes, volverá, siempre vuelven y nosotros siempre estamos experandolas, así que esta noche, te invito a otra - llamó al camarero por su nombre y le dijo que pusiera de lo mismo - al fin y al cabo tengo que agradecerte no haberme pegado - y le dio un codazo suave de complicidad.
- Vaya, has hecho un amigo nuevo - dijo con una sonrisa picarona Raúl - ten cuidado Sergio tiene malas pulgas, pero es buen tio.
- ¿Os conoceis? - con cara entre de sorpresa y cabreo
- De vernos por aqui a veces - dijo Raúl -  nada especial.
- Hombre, especial, especial, nada del otro jueves, pero vamos que aunque no en profundidad si nos conocemos - apostilló Sergio.
- Bueno tios, tengo que llevar a Ainara y a mi primo a casa. Si me da lugar, luego vuelvo.
Cuando nos quedamos solos, yo mirando hacia la barra trasegando mi birra y vodka, con una tajada medio regular y Sergio seguia apoyado en la barra cara a la gente saludando a unos y otras. En un momento, no sabría decir si muy pronto o tarde desde que Raúl se largó, Sergio dejo caer su brazo derecho de forma que quedaba su mano a una altura jodidamente peligrosa y cerca de mi bragueta.
Aun no he sabido resolver el misterio de porqué quise rozar mi cadera con su mano. Sergio aguantó el tirón y aumentó la presion, entonces me giré como treinta grados dejando mi paquete a su alcance y en ese momento él retiro su mano. En ese momento me entro panico ¿que coño estaba haciendo? Y comence la retirada.
- Vale, Sergio, encantado, me tengo que ir ya.
- ¿Ya? Sin terminar el galanteo es de mala educación
- Que galanteo, ni que hostias, ¿que te has pensado?
Y sin dejarle continuar - no tengo nada que pensar, Raúl no suele mentir y te lo follaste hace unos dias - y sin dejarle respirar le acercó los labios a los suyos e insinuó levemente la lengua entre ellos.
Sergio vio que Alex cerraba los ojos y su lengua irrumpió como un tsunami en la boca de Alex.
- Lo ves, nada de particular. ¿Has visto, cuando has ido al servicio una cortina con un tío delante?
- Si
- Se llama Cesar. Dile que te manda Sergio y que te deje pasar.
Todo me daba vueltas, queria marcharme de alli a la carrera pero un adhesivo insuperable me anclaba al suelo y peor, sentía un deseo irrefrenable que nacía en su entrepierna que le conducia a la cortina de Cesar. A medida que se acercaba a aquel culturista de portero mas se empalmaba, aún tenía el sabor a salvia en la boca que Sergio le habia dejado con el morreo.
Al ponerse delante de Cesar, casi no atinaba a decir que era Sergio el que me mandaba. ¿que habría al otro lado de esa cortina? temblaba como una hoja mareada por el viento de levante.
Como no arrancaba, el gigante me puso la mano en la bragueta y al sentir el empalme dijo "a ti te manda Sergio, eres su tipo, anda, pasa"
Me apartó la cortina y entré. Sonaba una musica agradable, habia una especie de sofa circular en el centro pero sin respaldos. Habia veladores pegados a la pared con algunas parejas.
- Vete a sentar a ese sofá circular y ponte comodo - dijo Cesar apartando un poco la cortina.
- ¿Comodo? Que es eso de comodo tío.
- Que te despelotes, joder, vamos a dejarnos de gansadas que aqui ya tenemos todos pelos en los huevos.
Entonces fue cuando comprendí donde me había metido y di media vuelta. Cesar, me cerro el paso.
En ese momento llegaba Sergio 
- Me quiero marchar - de repente se me había quitado la borrachera y la adrenalina de la amenaza me chorreaba y me hacia temblar de alerta.
- Vaya, Alex, por lo que me dijo Raúl eras algo más competente. De acuerdo vete. Ya hablaré yo con Raúl
Me tendió la mano - sin rencores, que te vaya bien y que lo de tu novia no sea nada, y ya sabes donde estamos - y por sorpresa me atrajo hacia él y me volvió a besar - hasta la siguiente.
Sali de allí corriendo como alma que lleva al diablo.

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