domingo, 5 de septiembre de 2021

TODO QUEDA EN FAMILIA (11)


Carmelo no podía deshacer su abrazo de mi, sin cesar de llorar y cubrirme de besos y babas, "mariconazo, mariconazo, ¿Que hiciste? Cabronazo, te quiero, te quiero. El Rubio debe tener la polla de oro, cabrón. Te he echado de menos tanto, a veces me iba a la selva a gritar, no podía soportar el dolor de saber cómo te encontrabas. Si no hubiera sido por tu hermano me habría quitado la vida. Andrés tiene mucho cuajo y me hizo esperar" no paraba de besarme y llorar mientras yo le acariciaba y le consolaba como a un lactante con un cólico que pasará, pero sin poder hacer nada por aliviarle. Finalmente acabó con la cabeza en mi regazo y noté como instintivamente me olía la entrepierna, levantó la cabeza y medio compungido me sonrió, "no sabes la de pajas que me habré hecho yo imaginándome que tenía la nariz donde la tengo ahora y olía tu sudor, tu olor almizclado y deseaba lamermelo todo" le contesté que podía hacerlo ahora, que a Andrés no iba a importarle, "cada vez que te decía lo del hambre en tu culo, pensaba que el que tenía hambre de tu culo era yo y no sabía cómo entrarte, y eso me irritaba y me hacia burlarme de ti" me reí de su explicación al tiempo que me desabrochaba el vaquero que me molestaba realmente. Me lo saqué del todo y dejé el campo libre a mi amigo para que hiciera lo que le apeteciese, "¿tu culo? por favor, Alex, me voy a morir si no te lo como" la limusina era de buenas proporciones así que levanté las piernas exponiendo el ano, "¿puedo quitarte el tapón?" le dije que sí levantandome los huevos para dejarle el campo libre aunque le avisé de la incompetencia de mi esfínter. Andrés con entonación conciliadora le dijo a Carmelo si no podría esperar a llegar a la finca, "no quiero tener que tirarme de la limusina en marcha por la peste. Y en el avión tampoco, Gen, el azafato luxemburgués no se cómo reaccionaría" Carmelo volvió a colocarme el plug, bajé las piernas y me estampó un beso urgente y apasionado en los labios, "Alex, ponte el pantalón, que vamos a llegar al aeropuerto, y tú Carmelo, adecentate la ropa, hay que dar buena imagen, ya nos desmadraremos en la fiesta de bienvenida que tengo pensado para recibir a Álex. Tiene que conocer a mucha gente"
Llegamos a la alambrada que circundaba el aeropuerto y un guardia de seguridad abrió una puerta de malla. Por la pista de tránsito de aviones la limusina nos llevó hasta un extremo donde nos esperaba a pie de escalerilla Gen, el luxemburgués y un policía de aduanas. Me pareció un avión grandísimo y así se lo dije a mi hermano, "un Bombardier, de lo mejorcito y mucha autonomía de vuelo, no me gustan las escalas técnicas. Este, canadiense, tiene casi quince mil kilómetros de autonomía, un Gulf Stream 600 es mejor avión, pero unos dos mil kilómetros menos de autonomía, o el Falcón X. Este además es más largo y caben más cosas en cabina" me quedé mirando a Carmelo que sonreía con suficiencia, "casi treinta y dos metros de largo, tu hermano es un lince" el funcionario de aduanas pidió los pasaportes y el manifiesto de vuelo y en ese momento noté un pellizco en el estómago, yo no tenía pasaporte y más sorpresa cuando Andrés sacó un pasaporte nuevecito a mi nombre. El funcionario pasó el trámite requerido y nos saludó mientras deseaba buen vuelo. Embarcamos y Gen cerró la puerta, "podemos salir, cuando torre diga" el piloto contestó con un ok. Me senté en un cómodo sillón con Andrés enfrente y Carmelo al otro lado. Me fijé entonces en un objeto en la cola y pregunté a mi hermano, "si, Alex, es una jaula, para ti. El vuelo será largo y no estaba seguro si ibas a aguantar tantas horas inmóvil sin sentir la seguridad de los barrotes. Si quieres, te desnudas y te metes, Gen, te cerrará. Está al día de todo. También hay colas de perro, de zorro o de lobo, por si las echas en falta, has estado muchos años así y debe costar volver a adaptarse" escuchar que mi propio hermano me tenía reservado eso me estremeció y deseé que me poseyese, ahora me sentía su perro, no podía remediarlo. Pregunté por el pasaporte, "el dinero, Alex, no solo compra cosas, abre puertas, da alas y extiende alfombras. Cuando tienes como yo, mucho dinero, no hace falta ya ni el dinero, porque tu persona es ya suficiente crédito. 
Estaba comprendiendo que ya no sabría vivir sin amo, "desnúdate, Alex, te lo veo en tu cara, estás deseando tu rabito y sentirte desnudo. Desnúdate" Carmelo empezó a desnudarse también, "Gen, dame eso" estaba muy empalmado ya y cuando vi de que se trataba lo que Carmelo pedía empecé a destilar precum. Un arnés-capucha con dildo de boca y antifaz. Auténticamente emocionado terminé de desnudarme y me puse a cuatro patas en el suelo. Mientras Carmelo me colocaba la capucha con dildo y tenía que reprimir mi primera náusea al sentir toda la boca ocupada alguien me extraía el tapón anal y me insertaba una cola que solo podía ser de zorro por el tacto suave que mis muslos contra los que rozaba, me indicaba. Me inundó una sensación de paz inenarrable. Sentí como alguien también me colocaba una presa de huevos que me iba a impedir ponerme en pie y al tiempo rescataba de mi memoria aquellos castigos tan dulces a los que me sometía el Rubio, cuando conseguía que me corriese solo golpeándome con un mazo de madera en el escroto. Carmelo enganchó al cuello de la capucha una correa y me llevó hasta la jaula. Yo iba de náusea en náusea y a cada una de ellas el cuerpo se me arqueaba y sentía como las lágrimas empapaban mis mejillas. Carmelo me metió en la jaula haciendo que sacase la cabeza por un orificio que bloqueó una vez tenía la cabeza fuera, entonces me arrancó los broches del antifaz y el bozal que llevaba el dildo. La boca empezó a babear del tiempo que llevé el dildo y entonces vi a Gen que me introducía su pene profundamente en la boca y empezaba a bombear, al tiempo que sentía como me sacaban la cola del ano y empezaban a besarmelo primero y a chupármelo después. La polla estaba al borde de la histeria cuando sentí un golpe en los huevos sujetos por la presa y otro y otro más, cada vez más fuertes y acelerados. Estaba al borde de la locura asediado de placeres infinitos por todos lados cuando sentí que la boca se me llenaba de leche que Gen echaba en abundancia y el culo recibía lo que debía ser a Carmelo y mi propia polla empezó a eyacular provocándome espasmos que finalmente eran dolorosos y me recordaban cuando el Rubio me masturbaba una y otra vez hasta conseguir eyaculaciones secas que me provocabán calambres dolorosos contrayendo mi cara en muecas de muerte por el dolor. Si, la huella que el Rubio había dejado en mi era ya imborrable. Y en aquel momento decidí que antes o después me vería durmiendo a los pies de la cama de el Rubio.
"Alex, Alex, despierta, vamos a aterrizar ya, vamos, desperezaté" abrí los ojos completamente descolocado, me toqué la cara, luego me llevé la mano al culo y si, ahí estaba el tapón y estaba vestido. Miré a cola y no había nada. Pregunté a mi hermano por la jaula, "que jaula, Alex, no hay ninguna jaula. Estas aún conmocionado por tantos años de cautiverio, pero se acabaron las jaulas, estás conmigo en mi avión y vamos ya a aterrizar en Sao Paulo para pasar los trámites. Subirá un funcionario a comprobar, una formalidad y podemos continuar viaje al sur, a la finca" extrañado pregunté, "si, en la finca, muy grande, tengo pista de aterrizaje de jets al lado de la casa. La casa de papá y mamá está a media hora en coche. Ellos tienen su pista de aterrizaje pero solo de avionetas. En la finca no podríamos vivir sin ellas" ante mi cara de estupor e incredulidad me siguió explicando, "es un poco grande, unos cincuenta mil kilómetros cuadrados, ya te la iré enseñando y las explotaciones que tenemos" puse cara de extrañeza que sin palabras quería decir que que banco había atracado. Se rió condescendientemente, "creo que te dije que cuando me fui entré a trabajar en una empresa de robótica. Tenía dieciséis años y mi grado de milagro. Te cuento la realidad: en una sala de chat me puse a charlar con un chaval de 19 años decía, que se follaba a su hermano de once y que le partió el culo a los nueve un día que estaban solos porque sus padres estaban trabajando, me decía que le excitaba como lloraba y rogaba, pero que él sabía que en realidad gozaba. Yo le dije que tenía un hermano de seis y me pidió que le mandara fotos desnudos. Te hice algunas mientras te bañaba y se las mandé. En una de las charlas me dijo que lo que más le ponía era cuando se folló a su hermano y decía que el Ampallang le destrozaba el ano, le contesté que era un mentiroso y que con 17 años y un Ampallang no se lo tragaba nadie. Un PA todavía y ni eso, no solo por el precio, el PA se puede decir que no duele, pero un Ampallang seguro que no, y me confesó que tenía treinta y nueve, que le gustaban los críos y que si tenía un Ampallang y que le dolió con todos sus muertos y tardó seis meses en cicatrizar y se le infectó dos veces. Me dijo que porqué no me iba con él a trabajar en su empresa de soft para robótica, que no importaba que no tuviese idea, que todo se aprende y así fue como me fui, porque estaba a un tris de violarte, de verdad. Él, Marcelo me envió un contrato de trabajo proforma para que papá y mamá me dejasen ir siendo menor y eso fue todo. Me salvé de tocarte y encontré mi futuro"
El avión se detuvo, estuvimos parados un cuarto de hora, se abrió la portezuela y subió un funcionario bien apuesto. Saludó muy afectuoso a mi hermano, "este es entonces tu hermano pequeño. Es más guapo que tú, y tiene mejor cuerpo" mi hermano empezó a reírse, "es que a ti te gustan bien delgados, maricón. Anda da luz verde que tenemos ganas de llegar" el funcionario se acercó a Andrés y le dio un beso en la boca, luego se le quedó mirando muy de cerca, "¿Puedo?" mi hermano se encogió de hombros, "pregúntale a él, ya es mayorcito" me miró entonces a mi, me sonrió, me guiñó un ojo y yo le sonreí, le miré el paquete y estaba bien abultado, luego le miré a la cara y entorné suavemente los ojos poniendo morritos. Enseguida sentí sus labios apoyarse sobre los míos y su lengua horadar mis labios que una vez relajados dejaron entrar la lengua, "venga Nelson, un día de estos venimos sin tiempo a Sao Paulo y quedamos. Da luz verde ya y baja del avión" mi hermano sonreía abiertamente y empujaba a Nelson, "de verdad vais a venir" le contesté yo diciéndole que no me lo perdería y mi hermano remató, "si quieres te mando una avioneta a que te recoja para la fiesta de bienvenida de Alex" Nelson contestó con un vale muy festivo y con el walky dijo "luz verde". Mientras descendía a tierra Nelson se escuchó desde cabina, "torre a Bombardier"

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