viernes, 3 de septiembre de 2021

TODO QUEDA EN FAMILIA (10)

 

"Cuanto tiempo hacía, ocho años, creo, cuando la mayoría de edad de tu hermano" Rubio hacia memoria de la última vez que vio a mi hermano Andrés, "¿y como así?" Rubio sabía, que tonto no era - se había hecho un hueco en el mundo porno más extremo y ganado mucho dinero - la razón de la visita de Andrés, "vengo a ver a mi hermano" serio, sin sentimentalismos dejaba ver cuál era su intención y dejaba claro que no se iba a ir de allí sin llevarme a mi, "aquí tu no tienes ningún hermano. Desde que salimos de la casa de tus padres tu hermano dejó de existir para convertirse en mi perro, perro número 3. Los número 1 y 2 los tuve que dejar, estaban ya muy viejos, más allá de los treinta y cinco empiezan a agotarse y se corren un par de veces y ya no valen para nada en tres días. Los dejé cerca de las urgencias de un hospital a los dos; fíjate se me olvidaron sus nombres de su anterior vida, no se en que pararía todo, no sigo los sucesos" mi hermano no cambio ni su actitud ni su discurso y estaba dispuesto a llevarme con él como fuese, "mira Isidro, si, se tu nombre y tu historia, no soy el que tú viste por última vez en casa de mis padres, ni tienes idea hasta donde puedo llegar. Pues vamos a ver Isidro, te voy a dar diez millones de euros ahora mismo y me llevó a mi hermano" Rubio se echó a reír con suficiencia, "no tienes dinero para llevarte a mi perro 3" Andrés se le quedó mirando hierático, frío y sin mover un músculo, tocó su reloj de muñeca y empezó a hablar, "hola Kenneth, si, igualmente. Verás, conoces la start-up "Blondie S.A."
pega fuerte en ese mercado" Rubio se echó adelante en su asiento poniéndose en guardia, la empresa de la que hablaba Andrés, era su empresa matriz que distribuía todo el material que él producía y le había hecho millonario y un nombre en el mundillo del porno, "si, si, bloquea, no quiero volver a enterarme que vuelve a colocar nada en el mercado, y lo que encuentres por ahí lo vuelcas a free en la red, espera, espera Kenneth" Rubio se había puesto en pie con la cara desencajada, "ese Kenneth, ¿es?" Andrés afirmó con la cabeza y le tendió el teléfono, "Kenneth, si, si, soy Isidro..., pero no puedes hacerme esto, no, no..., vale, te paso con Andrés" le tendió el teléfono mientras decía que estaba de acuerdo, "llévatelo, pero lo de los diez millones..." Andrés se puso en pie, "caducó, Isidro, caducó, ¿vamos por Alex?" Rubio apretó las mandíbulas echó fuego por los ojos y se dirigió al sótano, "Kenneth, anula la orden, si, si. En dos horas te llamo, si, desde el avión, te llamo y confirmo la anulación" Siguió al Rubio por la escalera, "cuando esté en mi avión rumbo a mi casa en Brasil, revocaré con carácter indefinido la orden, ahora, Alex"
Fue un choque tremendo ver a mi hermano con mi amo allí, en la perrera, dejé de jadear, el pene se me cayó y sin poder remediarlo, aunque eso me supusiera un castigo severisimo me senté como un humano y lloré como tal pronunciando el nombre de mi hermano. Números 4 y 5 se horrorizaron al oírme hablar y se agazaparon en sus jaulas, seguro que algo del castigo que le aplicarían a número 3 le salpicaría a ellos. Rubio abrió mi jaula y llamándome por mi nombre me dijo que saliera, "tu hermano a venido a buscarte. Te vas con él" me arrancó prácticamente el plug de rabo que llevaba siempre en el ano y me quejé sin dejar de mirar a los ojos a Andrés que ahora sí, ya lloraba. Mientras él mismo me quitaba las manoplas que me impedían usar las manos no paraba de besarme y preguntarme el porqué. Yo después de años sin articular palabra más que en mi mente le preguntaba qué porque se fue él sin despedirse llevándose a mi recién conseguido mejor amigo. Cuando me deshice de las manoplas abracé con todas mis fuerzas a mi hermano y sintiéndole tan cerca noté como mi pene despertaba otra vez. El se dió cuenta y me lo acarició, "te ha crecido sinvergüenza" riendo y llorando a un tiempo. Le dije al oído que necesitaba que me follase, el Rubio hacia ya un año que no lo hacía, "no, no, ahora en la limusina me vas a follar tu a mí" y en ese momento sentí que algo me resbalaba por la piernas, "hace tantos años que lleva plug, que el esfínter se le ha debilitado, le pondré un tapón anal, cuando lleguéis a donde sea una semana de rehabilitación y volverá a poder retener las heces" el Rubio daba una explicación desapasionada de lo que ya había visto cuando decidió echar a 1 y 2, y lo de la rehabilitación del esfínter lo supuso. Nosotros seguíamos abrazados sin querer soltarnos y sin soltarnos Rubio me limpió con papel, "ahora cuando subamos, que se duche y le daré algo de ropa, de calzado unas chanclas, después de ocho años descalzo, no va a tolerar nada. Le pregunté a mi hermano por Carmelo, "nos espera en la limusina, es mi jefe de operaciones. No quiso venir, no sabía si podría soportarlo" finalmente le pregunté por los padres, temía la respuesta, pero tenía que hacer la pregunta, "viven conmigo en la finca, en Brasil. Mamá no se consiguió recuperar del disgusto y entró en una especie de estado catatónico, de vez en cuando pregunta por Alex y dice que cuando llegue, está la mesa puesta y se vuelve a sumir en su mutismo. Papá, solo dice todo el día que qué hizo mal. Para un padre aceptar lo que tú hiciste es imposible" el dolor que me supuso oír eso no me dejaba respirar, creía que me moría allí mismo, hasta que el Rubio me cogió de los brazos de mi hermano y me abrazó, "has sido todos estos años lo que más he querido, nada comparable a ti. No existe placer sexual para mi si no es contigo. Vuelve cuando quieras, para mí ya serás Alex para siempre, en la jaula o fuera de ella pero a mí lado siempre, a los pies de mi cama y al pie de mi mesa, dándote de comer de mi plato" escuchar de sus labios aquello me tranquilizó y no pude por menos que preguntar porqué hacía más de un año que no me follaba, "me estaba preparando para olvidarte. No quería que acabases como 1 y 2 tirados a la puerta de urgencias, no me lo habría perdonado. Tenía pensado soltarte a final de año, pero vuelve, por favor, mi perro mariconcito" lo que me dijo me caló profundamente y me calmé por completo, le besé en los labios, le acaricié la polla y le dije al oído que no sabría vivir sin ella. Sentí cierta presión en mis hombros para que me diese la vuelta y supe lo que quería. Me volteé, miré implorante a mi hermano que hizo un movimiento imperceptible de cabeza. Sentí como me sacaba el tapón que me acababa de poner y sentí inmediatamente como su enorme polla se abría paso entre mis entrañas. Me empalmé de repente y una vaharada de felicidad me inundó, casi no me di cuenta que Andrés se agachaba delante de mí y me hacía una mamada dulce y placentera. Cuando Rubio terminó de preñarme y mi hermano de correrme, Rubio reclamó a Andrés parte del regalo y yo hice lo mismo, comulgamos los tres con mi semen y Rubio se agachó y ordenó con la boca a mi hermano que en el clímax reclamó mi culo para feltching. Una vez más los tres comulgamos con nuestras semillas. Mientras se arreglaba mi hermano la ropa y empezamos la ascensión al otro piso les dije que siguiesen que yo me despediría de 4 y 5. Abrí sus jaulas y me abracé a ellos llorando y besandolos. Les dije que haría lo posible por rescatarlos. Número 4 me dijo que prefería la seguridad de la jaula a la calle porque por mucho que el amo les castigase no era tan cruel. Número 5 sin embargo me rogó que hiciera lo posible. Les acaricié sus sexos y subí. Al llegar oí como Andrés le decía a el Rubio que estaba satisfecho de llevarme de tan buenas maneras y que hasta dónde me conocía, había quedado claro que le quería, "pienso, Isidro, que por cuidar de mi hermano estos años, esperaba encontrarlo peor, te voy a hacer llegar cinco" Rubio cogió a mi hermano por los antebrazos con sus manos, "eres un tío legal Andrés, defiendes lo tuyo como yo lo mío. Gracias" Rubio me subió al primer piso, me duché, me puse un vaquero que me quedaba largo y una camiseta de Hurley, las chanclas me hacían daño en los dedos, "ahora te las quitas en la limusina de tu hermano, he sido muy, muy feliz teniéndote, Alex. Aquel día en el salón de Ramiro y Marisa, que no eras más que un niño y te dirigiste muy resuelto a clavarte mi palo, pensé que acabaríamos en urgencias, pero fuiste más hombre de lo que pensaba e hiciste honor a tu palabra. Me gustaste desde ese momento" Yo le contesté que me gustó de él su falta de soberbia y que me tratase de igual a igual, que creí que me la sacaba por la boca y reímos los dos de la ocurrencia, abrazandonos y sintiendo nuestro calor nos volvimos a besar, "otro polvo, no, Alex. Venga, bajar ya" Andrés se impacientaba.
Sin importarle cómo iba vestido, Rubio salió hasta la cancela exterior a despedirnos. Me pareció verle salir de la nariz algo como una mucosidad trasparente y fluida. Meditando sobre aquello meses después comprendí que estaba reprimiendo el llanto y eso me conmovió, "Isidro, recibirás lo convenido en unos días. Otra cosa, he visto lo que Alex aprecia a los otros chicos, no los trates muy mal" Cuando me despedía de Rubio escuché como se abría la puerta de la limusina y me retumbaron en los oídos mi nombre, "Alex" era la voz de Carmelo no había duda. Salió del coche y vino a mí. Creí que me iba a asfixiar de cómo me abrazaba y de paso lloraba sin poder contenerse, "si ese culito pasa hambre..." y no pudo continuar, porque el llanto no le dejaba. Llegó Andrés, "venga, entrar a la limusina y sentaros juntos, yo me siento enfrente, así os podéis querer como amigos. Como si queréis follar. El plan de vuelo es para dentro de dos horas y no me gustaría retrasarlo. Tengo escala técnica en Tallahassee"

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