miércoles, 20 de enero de 2021

REPARTO 1

 Me puso a cavilar todo el día lo sucedido en el recibidor de mi casa. Y precisamente en ese instante recordé que con los acontecimientos se me había olvidado el paquete que me trajo el repartidor. No tenía idea de lo que era. Venía a nombre de mi mujer y me extrañó, casi todo lo compraba yo a mi nombre porque mi mujer prefería desentenderse de los asuntos digitales.

Así que deje el paquetito, no era muy grande, en el tocador del dormitorio. En cuanto mi mujer llegó de la calle le informé del paquete que había llegado a su nombre y se mostró entusiasmada corriendo a recogerlo y abrirlo.

"Es para ti, un regalo picantón" y me puso delante de las narices un artilugio a modo de dedo pulgar indicando victoria. El color me intrigó, rosa, además era rugoso en algunas superficies y de pronto comenzó a moverse solo dándome tal susto que se me cayó al suelo al tiempo que mi mujer soltaba una carcajada exhibiendo una especie de botonera de color rosa, del tamaño del mando de la barra de sonido. El objeto en suelo comenzó a dar saltos según el botón que apretaba.

"Pero esto es para tí, cariño, una especie de consolador raro, pero la forma..., Me tienes que explicar. Además para tu coño, esto es muy delgado, se te caerá" y vuelta a reírse otra vez. Se agachó, recogió el artilugio del suelo, me lo puso delante de las narices y con expresión picarona dijo: "Es para ti" e inmediatamente comprendí "Es un estimulador prostático, tonto"

"Y quieres que yo me meta eso por el culo" y al tiempo que lo decía se me venía a la memoria la imagen en movimiento de una hembra de bandera sodomizando a un chaval de esos que se ven por los gimnasios. Sin querer, me empalmé.

"Pero cariño, esto me da vergüenza..., (en realidad estaba deseando utilizarlo) y no se si contigo..."

"Pues mira, bien que tú me la quieres meter por detrás, pero te dejo solo para que lo pruebes. Fíjate que tienes que colocartelo bien que tiene tres puntos de vibración, el de la próstata, por dentro y otro para la próstata que la masajea a través de la piel que hay entre el ano y los huevos y la última que tiene forma de cuchara para el escroto, que yo me lo leí todo antes de pedirlo"

Mi mujer tenía peluquería tres días después. Cuando salía me dijo: "Aprovecha y prueba el artilugio ahora que te quedas solo" me guiñó el ojo y se fue. Me desnudé, me puse las pinzas de pezón a buena presión, me lubriqué el ano y con bastante aprensión empecé a hundir en mi cuerpo aquel instrumento hecho de silicona de tacto sedoso. Y para mi sorpresa fue como si mi cuerpo halase del trasto hasta dejarlo en su posición, con su ramal corto oprimiendo levemente el periné y la especie de cuchara conteniendo los huevos. Con el corazón acelerado y sorprendido de la agradable sensación de tener el estimulador colocado pulsé el botón de encendido del mando a distancia. Di un toque a la tecla + y noté un suavisimo calambre que ascendía hasta la punta, de tonalidad agradable. Di dos toques más seguidos y fue como si el cielo se abriese. Empecé a rezumar precum transparente seguido de líquido prostático opalino y el placer de un orgasmo que no tiene fin, tanto, que me flaquearon las piernas y caí de rodillas. Alcancé a pulsar el botón de apagado y exhausto y con la verga durísima pude llegar a mi sillón. Sentado con el artilugio dentro y sin activar volví a sentir la agradable punzada que estallaba en la punta del pene. Necesitaba más y volví a conectar el aparato, di potencia y lo que ocurrió después me hizo sentir a aquel adolescente que se corría solo con rozarse con la chiquita con la que bailaba agarrado las lentas. Nunca había soltado un chorro de semen a tanta distancia, ni el orgasmo había sido tan intenso. Cuando me recuperé de todo aquel arco iris espeso y mareante acerté a sacarme el estimulador de próstata y me entró tal sopor cálido que me quedé dormido.

No sé si pasaron minutos, horas o días pero el timbre de la puerta me sacó de mi Nirvana y medio conmocionado fui a abrir con el artilugio en la mano. Y era el repartidor.

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