sábado, 4 de julio de 2020

ROLDAN - 5 -


Según ascendía por la humeda escalera de caracol detrás de Celestino, Roldan, sentía como le resbalaban los margenes del ano debido al prolongado castigo a que habia sido sometido. Hacia intención de contraer el musculo y notaba dificultad para llevarlo a cabo, a la par que un dolor con un componente dulce le permitían encontrar disfrute del dolorimiento, tanto, que se sorprendió a si mismo deseando que esa noche Arturo le visitase en su cama.
- ¿Que te ha parecido Roldan? - preguntó en voz baja Arturo que subía inmediatamente detrás.
- Al final, no ha estado tan mal. Porque el que se subió a mi silla, no me hizo nada de daño y me gustó, se me puso dura. ¿A ti que tal te lo hizo el otro?
- Bien, ya conocia su rabo, ya me lo habia hecho mas veces. Algunos teologos vienen de noche al dormitorio para cogernos. Pero me refería a la comunión. 
- Me entraron muchas ganas de vomitar, menos mal que no se notó, que Santiago me ayudó mucho. Si el perro me la llega a meter, yo no se...
Llegaron al dormitorio del padre Bernardino que yendo en cabeza movió una piedra de la pared y el fondo del armario se abrió.
- Vistanse y - mirando su reloj de bolsillo - vayan para el refectorio, ya es la hora. 
Se dirigieron al refectorio y consumieron lo que les sirvieron.
- Arturo, me noto el culo raro.
- Has perdido el virgo, Roldan, ya tienes coño, como yo y como casi todos los que con cara de angel inocente comen aquí esta noche. Ya no te debe asustar ningún rabo, por grande que sea.
Camino de la capilla en procesión todos los seminaristas para rezar Completas Arturo le indicó que ocupase en el banco la parte de afuera para poder hablar.
- Esta noche, cuando ordenen silencio, me deslizaré a tu cama, para que nadie pueda meterse.
- ¿Me vas a follar esta noche, Arturo?
- Si tu no quieres, no, pero de ésta forma evitaré que otro se meta en tu cama y lo haga por cojones.
Salieron del rezo de la ultima hora y en procesión se dirigieron al dormitorio. Unos escasos minutos para ponerse el camisón de noche y las tristes y polvorientas luces de los globos del techo se apagaron.
Inmediatamente alguien entró en la cama de Roldan.
- ¿Arturo? dijo casi inaudible Roldan.
- Que Arturo ni niñerias. Soy Vicente, la picha mas grande del seminario, vas a disfrutar - cogió la mano a Roldan y se la llevó a su entrepierna -
- ¡Vete de mi cama o, o,
- ¿O qué, señorita?
Y en ese momento una robusta mano haló por los pelos a Vicente sacandole de la cama, luego le agarró con fuerza por los huevos estrujandoselos.
- Si no quieres que te los corten no vuelvas ni a mirar esta cama. Este niño es de mi propiedad, solo mío - y soltó a Vicente que ahogando un quejido de dolor se volvió a su cama.
- ¿Arturo? menos mal que has venido
- Calla chico, soy Santiago y he venido a llevarte al teologado, con unos amigos. Alli sabrás lo que es disfrutar de tu sexo y el de los demás. Todo lo que te cuenten por fuera no te lo creas. Sal de la cama y sigueme.
Por una escalera lateral y estrecha que llevaba a las cocinas descendieron hasta una puerta que se abría al callejón que separaba el filosofado del Teologado. Atravesaron en dos zancadas el  callejon y empujando una desvencijada puerta que parecia no haber sido abierta nunca entraron al edificio de los teologos. Santiago cogió a Roldan de la mano y a buen paso llegaron a la capilla, donde seis teologos les esperaban en torno al altar. Estaban absolutamente desnudos y solo llevaban una estola al cuello y un amito a la cabeza anudado al cuello.
- Hermamos, este es Roldan. Un heroe que ya a su edad ha participado en una ceremonia de comunion de Bernardino. Y ha salido con bien. Le he traido por ser un cordero inocente que ahora participará de una ceremonia eyaculatio.
Querido Roldan, todos estos hermanos han defecado antes de venir aqui y ahora tu situación por nuestro deseo hace que tengas que limpiarnos uno a uno con tu lengua. Todos adoptaran una posicion de oracion musulmana y tu irás de uno en uno limpiandoles. Despues de cada limpieza besarás al hermano que has limpiado en la boca para que él sepa cual ha sido tu servicio. Cada uno que este ya limpio eyaculará en el caliz y mientras yo inundo tu cuerpo con mi savia sobre el altar tu beberas el contenido del caliz. Que el semen del amor entre por todos los orificios de tu cuerpo y te santifique.
Los teologos se arrodillaron con el culo mirando al altar en forma de semicirculo y Santiago lo desnudó como si de un Adan se tratase le impuso sus manos y pronunció una oración.
- Quiera nuestro dios omnipotente que comulgando de nuestros cuerpos y alimentado del jugo de la vida de cada uno de los que generosamente te la dan puedas llegar a alcanzar el cielo del placer del cuerpo que inunde tu alma de paz. Roldan, ya puedes empezar.
Roldan acercó al primero que con la cabeza en el suelo utilizaba sus manos para separar bien las nalgas y que el ano sucio quedara bien expuesto. Roldan se arrodilló entre las piernas del oferente y sin una sola vacilación, como el que sabe a ciencia cierta cual es su destino, zambulló su cara entre ambas nalgas y sacando la lengua para lamer el ano. Se dedicó con paciencia franciscana a dejar el culo del teologo limpio y pasó al siguiente. Mientras Roldan se dedicaba a saborear y diferenciar los multiples sabores fecales el seminarista mayor que iba dejando atrás se masturbaba y Santiago con un caliz de oro iba recogiendo los productos del placer conseguido. Cuando Roldan dio por terminada la limpieza de todos los anos a su disposición, Santiago ofreció su verga una vez más al cuerpo del chico que se limitó a agacharse y recibir sin reparo alguno a Santiago que consumó su coito anal con Roldan.
Luego Santiago ordenó al muchacho que descargase el semen que llevaba en su cuerpo en su propia boca. Santiago en lugar de tragarlo lo dejó caer en el caliz, mezclandolo así con los de los demás.
Mandó arrodillar a Roldan a su lado en el altar y pronunció estas palabras.
- Por el sagrado ministerio que nuestro Amo y Señor me tiene confiado ruego que este semen fruto del gozo del cuerpo de todos los presentes sea el camino para que Roldan no pierda jamas el camino de la verdad de la vida. Te lo pedimos tus siervos.
Alzó el caliz y comenzó a repartirlo entre el resto de presentes. Después de beber cada uno y con los labios humedos del liquido seminal se acercaba a Roldan y le besaba en la boca. Por ultimo Santiago ofreció el caliz a Roldan.
- Bebe y comparte en intima comunión el liquido santo que lleva vida, que es la vida y te la dará y lo compartes y lo regalas - y después de darlo a beber, besó tambien en los labios al chico.
De inmediato, todos los teologos vistieron su sotana y desaparecieron. Santiago urgió a vestirse también a Roldan metiendo prisa lo devolvió a su dormitorio atravesando en la oscuridad de la noche el callejón.
Nada mas meterse en la cama, Roldan sintió que alguien más entraba.
- Calla, Roldan, soy Arturo. ¿donde te has metido? He echado de menos follarte. Deseaba hacerlo y creía que ya no iba a poder ser.
- Pues follame Arturo. Yo también quiero. Además me han follado otra vez y me podría montar un caballo, de abierto que me han dejado.
Arturo palpó el ojete a Roldan y abrazó con ternura al niño.
- ¿No te ha dolido? parece que tuvieras un coño, Roldan. ¿No te importa que yo te lo haga otra vez?
- No, Arturo, ya estaba deseando que me lo hicieras tu.
Arturo apuntó su verga al ano del chaval y en cuanto notó el capullo, él mismo echó el culo atrás y el pene de Arturo se acomodó en el cuerpo de Roldan.
- ¡Que contento estoy de que me lo hagas tu, Arturo!
Arturo inició una danza suave y delicada acariciando a Roldan desde dentro con su cuerpo al tiempo que le besaba con delicadeza el cuello. Roldan decía muy bajito que le gustaba lo que le hacia no como lo hacian los otros que eran muy brutos. Cuando Arturo sintió que tocaba el cielo con su impulso quiso que su amigo le acompañará y comenzó a acariciar el sexo de Roldan que enseguida sintió otra vez aquella sensación que ya le habia deleitado. Arturo se vaciaba al tiempo que Roldan supo que perdía el conocimiento. Sonrió feliz. Deseó que el tiempo se detuviese. Y se detuvo. Se quedó profundamente dormido y enteramente feliz.

Bernardino, tocó la campana para llamar a su asistente. Celestino llegó al punto.
- De usted recado al teologado que Santiago venga de inmediato a verme.
Celestino salió todo lo rápido que el decoro y la humildad requerida le permitia.
- ¿Da su permiso, padre Bernardino?
- Pase.
- Hermano Santiago, tiene un futuro prometedor, pero la carne a su edad es el peor enemigo de una  carrera prometedora. Usted no lo sabe, pero altos estrados tienen puesta la vista en usted. Y eso se puede venir abajo por un mal paso, por dejar que los afectos nos dominen - levantó la mano para hacer que Santiago callase hasta que él, que era su superior,  le diera permiso - anoche usted organizó, sin mi permiso, y otros seis teologos una ceremonia de comunión de vida. No tendría mayor importancia si no fuera porque me consta que usted lo hizo, porque está enamorado de ese niño. En su disculpa tengo que decir que es para enamorarse. Es guapo, lo acepta todo, llora lo justo, pero no le asusta nada y además de todo simpatico. Pero..., querido Santiago usted ha perdido la cabeza y a eso hay que ponerle remedio. No se preocupe  solo quiero que cuando alcance su capelo se acuerde de mi, esto no habrá sucedido y el objeto de su locura desaparecerá. Ya he mandado recado al padre Arsenio para que venga a recoger a Roldan, él podrá acabar su preparación en manos de Arsenio, que duda cabe, es lo suficientemente degenerado, y le conozco bien. Usted, no podrá volver a verle, ni siquIera a despedirle. ¿Todo entendido?
- A la perfección. Nada que añadir padre.
- Retirese.
- Celestino, entre usted.
- A su servicio, padre.
- Traigame a ese diablillo cuanto antes.
Celestino encontró a Roldan en la explanada trasera del seminario paseando con Arturo.
- Roldan, el padre Bernardino quiere que te lleve ahora mismo a su presencia.
Arturo se levantó para acompañar a Roldan y Celestino fue tajante.
- Roldan solo, Arturo. Tu no.

- Don Bernardino, aquí esta Roldan.
- Que pase, y cierre usted la puerta por fuera.
Roldan se quedó como petrificado dentro de la sala tras las puerta, como si huviese echado raices.
- Pasa, hijo, pasa. No te asustes, pasa y toma asiento - señalandole una de las dos incomodas y altisimas sillas que flanqueaban la mesa. Roldan, se encaramó a una de las sillas y el padre Bernardino se sentó en la otra.
- Hijo mío, en las pocas horas que has estado aquí has demostrado que estás perfectamente preparado para recibir tu comunion. Has participado de una ceremonia muy intima conmigo y otros que esta reservada a unos pocos privilegiados y en la que has demostrado tu madurez, a pesar de tu edad y tu lealtad. Además esta noche has participado en  otra ceremonia muy importante reservada practicamente a teologos razón por la cual considero que las dudas de Don Arsenio no estaban justificadas. Ya está avisado Don Arsenio, y ésta tarde vendrá a recogerte. El podrá terminar tu formacion.
- E, e, entonces, ¿ya me voy a mi casa?
- Así es. Anda, ve a recoger tus cosas y baja a portería a esperar.

Arturo, llegó corriendo al dormitorio mientras Roldán recogía sus cosas.
- ¿Te vas? - el corazón se le salía del pecho.
- Si, Arturo. Me da rabia. Yo quería hacer mas veces lo que hicimos anoche.
- Yo también quiero estarlo haciendo siempre - empezó a llorar - y no voy a poder hacerlo mas.
Roldán abrazó a Arturo y le prometió que sería mas tarde que pronto pero que le aseguraba que le volvería a ver. Seguro, seguro, seguro.
- No te olvides de mi, Roldán - dijo al tiempo que le daba un beso.
El portero subía para anunciar a Roldán que el cura Arsenio estaba en porteria.
- Adios, Arturo, me tengo que ir. Te prometo que volveremos a vernos.
Arturo se quedó sentado en la cama con los ojos acuosos mientras Roldán sin volver la vista atrás se alejaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario