martes, 7 de julio de 2020

ROLDAN - 6 -


- Aligera muchacho, que he venido a matacaballo para poder estar a la cena en casa. Espero que hayas tenido tiempo de despedirte de todos. Estoy enterado por Don Bernardo de tus andanzas por ambos seminarios. Ya me ha dicho que un poco más mayor te llevaremos a las celebraciones del canónigo presidente de la catedral. Pero antes tengo yo que comprobar hasta que punto has crecido en sabiduría y obediencia.
- Si, padre. Yo ya estoy dispuesto.
- Espero que a todo. Esta noche cenarémos y la pasaremos en la rectoría de la Ermita. Mañana ya te llevaré a tu casa.
Roldán no podía quitarse de la cabeza la noche pasada con Arturo. La delicadeza en el asalto a su cuerpo, el roce de seda de los labios de Arturo en su cuello que le hacían sentir lo que nunca habría adivinado que sentía. Y la lentitud en la posesión como si su culo tuviera ojos y manos para apreciar la belleza, la perfección de su polla coronada por un capullo de ala de ángel y su dureza elástica que le hacía sentir que estaba a merced de la voluntad del que le penetraba. El deseo de que ese palo precioso de carne ardiente llegase más y más profundo para poder sentirse más y más sirviente de su señor. Cuando finalmente Arturo fecundó el cuerpo de Roldán al tiempo que él se desvanecía de placer. Con la verga aún dentro de su cuerpo y Roldán recuperado del orgasmo le susurró a su amigo:
- Quiero limpiarte tu carne, Arturo. Dámelo.
Arturo se salió del cuerpo de Roldán al tiempo que el chico se retorcía como una anguila para alcanzar el pene ya algo flaccido de Arturo. Primero se impregnó del olor del semen entreverado del de su cuerpo para a continuación con veneración casi religiosa abarcarlo con su boca y lamerla entera retirando los restos de semen y las pocas heces que había sacado. Con la verga en la boca empezó a notar que volvía a tomar consistencia y eso le animó a continuar muy suavemente. Arturo le tomó la cara entre sus manos al tiempo que animaba a no dejar de hacerlo. Arturo sintió que volvía a correrse y se lo aviso al chico que en lugar de retirarse hundió aún más profundamente el pene de Arturo en su garganta, cohibiendo como podía las nauseas hasta sentir que un líquido caliente y dulzón proyectado del pene le inundaba la boca. Tragó y tragó hasta que Arturo se salió de su boca y le buscó con la suya. El beso con el que compartieron el semen sería ya un recuerdo indeleble en la memoria de Roldán cuando en trance de profunda tristeza no le quedaba razón alguna para vivir.
- Arturo, ¿porqué a mí no me sale de eso, como a ti y los otros?
- A mi me empezó a salir hace unos meses. Me asusté, y al confesarme con el padre Bernardo y decírselo me hizo ir donde los teólogos y allí varios de ellos me lo dieron a probar. Cuando te sale, ya eres mayor y ya puedes dejar embarazada a una mujer. Ten cuidado cuando te salga y si estás con una mujer házselo por el culo, como si fuera un hombre. Porque el coño es solo para tener niños.

- Estás muy pensativo, muchacho, ¿ya echas de menos ese sitio? 
- No, no echo de menos cosas, echo de menos personas. A Sandalio, que era mi hermano y me lo quitaron por nada. Echo de menos a Arturo. He estado en ese sitio un par de dias y me han convertido el culo en un coño de mujer. Me han dado por el culo muchas veces y no  voy a decir que no me ha gustado, pero solo Arturo lo ha hecho con tanto cariño. Me he sentido querido y he sentido que no era esa mierda a los que todos desprecian y solo quieren para follar. Ahora, ya se que al llegar al pueblo, usted va a volver a follarme y no se cuantos más. No me va a importar. Siempre tendré en mi cabeza a Sandalio y a Arturo y  cuando sea mayor los recuperaré. Estar estos dos dias, muerto de miedo allí me ha servido para no creer a nadie. Ni estoy muy convencido de que no me vaya a follar mi padre cuando me vea, porque ahora se que cuando me dijo que me metiese su rabo en la boca a él le gustó, y a mi también. ¿y sabe una cosa Padre Arsenio? voy a intentar por todos los medios que me folle o que me lo haga por la boca. Yo se que lo voy a disfrutar. 
A quien voy a dejar en paz va a ser a Gasparillo, como le dice mi madre, es muy chico y ya tendrá ocasión de que alguien le folle. Quizá con mas edad, y cuando tengamos novia para casarnos, nos aliviaremos como lo hacen los hermanos, no se.
- Bueno, bueno, el hombrecito. Cuanto has madurado en pocas horas. Eso está bien. Nos queda aún trecho por este aburrido camino y yo que soy debil de carne me he excitado con tu perorata - y al tiempo que lo decía se desabrochaba la sotana y dejaba al aire su bastón duro como el pedernal - anda, se buen pecador arrepentido y dejate caer en mi regazo y aliviame de mi apuro. Sigue hasta el final, no se vaya a manchar la sotana que es nueva.
- No se apure, cura. Ya he probado esa especie de leche que sale después de los temblores, y me gusta, me la trago con deseo y mi aparato también se pone duro, luego yo me lo froto y encuentro mucho alivio también. Ojalá le hubiese salido a Sandalio eso para poder beberselo, que a Arturo ya lo hice con gusto. Pero, ¿apesar de que le saque la leche, me va a follar al llegar a la Ermita? Me he aficionado a ser para cualquiera como una mujer por el culo.
- ¿Tu vas a querer que yo te folle al llegar, eh, pequeño?
- Si, y si hay más,  pues más - en el tono de Roldán había rabia y desafio.
Llegaron a la Ermita, de noche. 
A Roldán le estuvieron follando entre el sacristan y Don Arsenio toda la noche.
A la mañana siguiente Don Arsenio se presentó en casa de Don José con el niño.
- Lo traje ayer a ultima hora, que me llamaron del seminario. Después de ser examinado en profundidad el padre Bernardino ha concluido que la inocencia de Roldán es digna de elogio y que está preparadisimo para tomar su comunión. Nada hay que temer. De ahora en adelante vendrá a diario a la Ermita como monaguillo para que vaya preparandose. Bueno, Don José, yo ya me tengo que ir.
Cuando el padre Arsenio se alejó. Don José habló con su hijo.
- Bien, cuentame, Roldán, cuentame.
Roldan dejo escapar toda la presión que habia acumulado en esos dos dias, llorando mansamente abrazado a las piernas de su padre. Lloraba sin poder articular palabra pero con su cara apretada contra la bragueta de Don José, notó como algo se movía. El padre abrazó la cabeza del niño y la estrechó contra su entrepierna. Roldán no pudo evitar oler a excitación y sentir la dureza tan caracteristica contra su mejilla. El mismo, sintió que su verga crecía.
- Vamos a mi gabinete, alli me lo contarás todo - y levantando la voz para que le escuchase todo el mundo - que nadie nos moleste en el despacho.
Al entrar en el despacho, Don José se dejó caer en una silla recordando la charla que tuvo con Don Arsenio " la concupiscencia aborda al buen cristiano de multiples formas y los renglones torcidos de dios nos son inexcrutables. Quizá dios permite esto para que tu hijo, que es responsabilidad tuya no se pierda definitivamente en otras manos y es mejor que tú te sacrifiques pecando de esa manera a que tu hijo se descarríe sin remedio. Si el chico te tienta encomiendate a todos los santos e intenta sujetarle y que el daño sea controlado, y si a consecuencia de ello tienes que experimentar algun tipo de placer, se lo encomiendas a la santisima virgen y procura disfrutar lo menos posible"
Roldán se echó una vez mas sobre el regazo de su padre en el que la erección era ya ingobernable. Roldán abrió la boca y a traves del paño del pantalón sentía el pene de su padre dentro. Como en un acto reflejo empezó a desabrochar la bragueta de su padre hasta que el pene orgulloso salto fuera goteando secreción por la punta. El niño, como ya había aprendido a hacer lamío ese goteo y luego hizo que el capullo golpease su garganta. La nausea le obligaba a retirarse una y otra vez. Sin dejar de chupar verga, Roldan se quitó los pantalones y la ropa interior y con agilidad felina cabalgó la polla de su padre que dada la experiencia de los dias precedentes no tuvo ninguna dificultad en entrar. Ya bien sodomizado Roldán empezó la danza del orgasmo, moviendose con un compas de caderas que hizo que su padre alcanzase el orgasmo enseguida. Sin haberla sacado del culo del hijo Roldán con una frialdad que a su padre dejó consternado le habló.
- Esto, esto es lo que he estado haciendo desde que me dejaste en casa del guarro de Arsenio hasta esta mañana que me ha traído despues de estarme follando él y el sacristan, toda la noche. Y en el seminario, lo mismo, y mas cosas que ni te atreverías a imaginar. Ahora, padre, si no te importa tengo sueño, quiero mi cama..., y quiero a Sandalio.
- Roldán. Espera. Sandalio ya no está aqui. Busqué a su madre trabajo en una buena casa de un Magistrado, en la capital. Sandalio marchó con su madre. Sin saberlo has estado en la misma ciudad que él.
- Me has quitado a mi hermano, y te odiaré por eso. Podrás follarme, pero te odiaré.
- Tu hermano es Gaspar, y Fidel, en pocas semanas, que yo cumplo mis obligaciones y preño a tu madre.
- Tengo sueño, padre.
Roldán salió del gabinete de su padre y mientras se dirigía a su alcoba se metió la mano por el pantalón buscando con sus dedos el ano. Lo palpó y se congratuló de que estuviera abierto. Apretaba para cerrarlo y relajaba, se metía un par de dedos, los sacaba y se los olía. Le olian los dedos a la polla de su padre, volvió a meterse, esta vez tres dedos, los sacó y se los llevó a la boca, donde chupó y chupó saboreando el sabor entremezclado de semen paterno, heces y el propio olor a su propio ano. Sintió que su pene resucitaba.
Llegó a su alcoba, se desnudó por completo y se encamó. Volvio a explorarse y siguió metiendose los dedos. Ahora el semen derramado del padre fluia ya hacia fuera. A dos manos recogia el flujo de heces y semen y lo consumía con devoción al tiempo que su pene reclamaba atención. Cuando termino de consumir lo que su cuerpo le ofrecia se acaricio su capullo hasta que sobrevino el estremecimiento pero no  le aconteció el desmayo, solo gozó en un interminable orgasmo. Después de esa experiencia se quedo profundamente dormido, en un sueño en el que Sandalio le llamaba.
Le despertó una doncella que no conocía que le urgió a bajar a comer con la familia
Cuando se vistió y bajo al comedor, la familia ya habia empezado a comer.
- Tú, maleducado - dijo muy severo su padre - a comer a la cocina, con el servicio, así aprenderás que esta casa tiene sus leyes, y tú, precisamente tu, ya eres mayor para entenderlo, ya que entiendes tanto de la vida, al parecer.
En la cocina, la cocinera le puso un plato de comida.
- Esta, es Isabel, la nueva costurera, que hasta que venga una doncella nueva  hará sus labores. Y tú, ¿que tal en el Seminario?
- Interesante. No creo que vuelva.
- Está aquí el sacristan del padre Arsenio - Prado, la madre de Roldán avisaba - que viene a llevarte para la catequesis. Acaba de comer y no le hagas esperar.
- No tengo mas ganas de comer. Ya voy.
El camino desde su casa a la Ermita fue lento. Roldán dejó bien claro que sabía de que iba aquello.
- ¿Te hago una mamada mientras llegamos o esperas y me follas?
- Bueno, chico, te precipitas un poco. Ahora no me parece bien...
- Bien. Esperaré a la polla de Arsenio
Ya no volvió a abrir la boca hasta llegar a la Ermita.
Llegando, el padre Arsenio esperaba en la puerta.
- ¿Que tal muchacho, empezamos?
- Si. Me gusta el confesionario. ¿Que va a ser primero, la mamada o la follada?
- Eres muy impertinente, Roldán. Aún hay aspectos del sexo que desconoces. Ni mamada, ni follada. Ven conmigo a la cripta.
Llegados a la cripta, flanqueados por los enterramientos, entre el sacristan y Arsenio desnudaron a Roldán. El sacristán con un azote de muchos cabos comenzó a azotar las nalgas, y obligandole a abrir la piernas que unió con una vara gruesa y unas abrazaderas acolchadas, le condenó a dejar expuesto el ano y las bolsas testiculares. Al continuar azotando, algunas veces las tiras de cuero lamian los huevos de Roldán que se dolia pero le excitaba.
El padre Arsenio se habia ausentado a traves de un pasadizo estrecho que abrió tirando de un hachón de la pared. Al poco se sintieron otros pasos, como de cascos, por el mismo pasadizo. El padre Arsenio traia cogido por el bocado un caballito pony de corta talla. En cuanto entró en la sala se fue directo a los genitales de Roldán y comenzó a lamerlos, luego dio la vuelta y le hizo lo mismo en el ano, al tiempo que su verga crecía hasta casi arrastrar por el suelo. Cogido del collar que le habían puesto con una cadena fue arrastrado hasta quedar a la altura de la verga del caballito.
- ¿No querias hacer una mamada, Roldan, no te sentías tan seguro? Te queda mucho que aprender. Te diré como es la verga de un burrito como este. Desproporcionada en relacion a su alzada y no muchos han tenido el privilegio de disfrutarla. El capullo es plano, no como los nuestros tan redondeados, pero se le puede abarcar si se abre bien la boca. Ah, y suele ser bicolor, a trozos rosados y morenos. Cuando el animal la pone dura, se pone muy dura. Ahora lo podrás comprobar. Quizá aún no te la pueda meter, pero el capullo, señorito arrogante te lo vas a tragar por la boca y por el culo.
Atado como estaba con las piernas muy separadas Arsenio le obligó con la cadena a doblarse por la cintura hasta ponerlo a la altura de la verga del caballo. Roldán vio el capullo del pony y algo se le movió por dentro. Deseó lamer y lamer, chupar y que aquel gran trozo de carne entrase en su boca y se imaginó como sería intentar que ese baston enorme le sodomizase. Sin hacer ningún asco agarró  con sus manos el vergón y se lo llevó a la boca. En cuanto la bestia sintió la lisura humeda en su capullo endureció su miembro. Roldán abrió todo lo que pudo la boca y se metió dentro la verga del pony hasta donde pudo y con la lengua estimulaba a la bestia que se mostraba nervioso.
- Eres valiente, eh, niño estupido - le dijo arrancandole la verga de la boca - a ver que tal se te da por el culo.
Cambió de posición al caballo colocandolo al lado de Roldán y lateralizando su largo miembro lo apuntó al ano del chico haciendole tomar contacto.
- Metemelo ahora, Arsenio, clavame esa polla y hazme feliz - y diciendolo el chico empujó hacia atrás. 
Tenia ya el ano bastante dilatado de los tres dias que llevaba pasados y aunque con dificultad la punta del pony entró en el cuerpo de Roldán, no sin dolor. El animal al sentir la estrechez en torno a su capullo empezó a eyacular y el semen a rebosar del culo del chico. Después el pene se relajó y se salió del cuerpo del muchacho.
- ¡Se la ha metido el burro! - dijo sorprendido el sacristan - y al chico le resbala la sangre por los muslos.
- Llevatelo arriba, lavalo, limpialo, curale el culo rajado y devuelvele a su casa. Ya hablaré yo con su padre.

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