viernes, 17 de enero de 2025

HETEROS


- De verdad, tío no comprendo cómo puedes.
- La pasta hace mucho. Yo me he llevado quinientos y tú la mitad. Joé, tío, cierro los ojos y me imagino a la Juani
- Y mira que me hace falta la pasta, que mis padres, parados los dos, están tiesos, Jonathan. Pero no puedo, que más quisiera yo, que me pasase como con la Yoli, que siempre está quejándose, que si soy un conejo, que siempre la dejo a dos velas. Pero con un tío, aunque seas tú, se me hace una pared y no puedo, bastante es que se me quede tiesa, pero correrme, joe, Jonathan, que no puedo.
- Bueno, y a mí también, tío, que él griego lo pagan doble. Se pasa un poco chungo al principio pero enseguida se quita, piensas en el par de "moraos" que te caen y hasta te gusta. Sobre todo cuando llego en ca la Juani y le digo: "¿Y ahora que?" La llevo donde el sushi ese que le flipa y me dice: "Que a mi no me importa que te trabajes el ojal mientras me traigas sabanas de esas amarillas o morás, mejor y luego me comas la pipa y eches a nadar la nutria" 
pero tío es que contigo no hay manera, y mira que no digo ni mu, cuando me la clavas, que al principio ¡joder! Luego, la verdad a ti no te voy a engañar, empieza a entrarme un gusto y me encantaría que me morreases ¡Joder Kevin, un boquete es un boquete! a ti que más te da que sea el de la Yoli o el mío. Cierra los ojos y echa a volar tu imaginación. No voy a pedirte que me explores la boca con tu lengua, que en ese momento ya me gustaría. Acabaré por buscarme otro colega que sea más cachondo. Además, te tengo dicho que la Juani me pone una lavativa y me afeita el ojete antes de venir. Que de mierda no te vas a llenar.
- Joder Jonathan, es que tú y la Juani sois muy apañados, pero a la Yoli alguna vez le he dicho que a lo mejor algún día tenía que ponerme mirando a Tarifa y no veas, que si encima que la dejo a la luna de Valencia ahora quiero pasarme de acera. Imposible, Jonathan. Y lo pienso muchas noches, tío me tocó por ahí, intento meterme el dedo, a ver, a ver, y alguna vez he notado que el rabo despertaba, pero en cuanto empujó para dentro el dedo se me baja. A veces me imagino, como vemos allí antes de rodar, que me comen el ojete..., bueno, que me lo comes tú y me empalmo, pero bien.
- ¿Quieres que pruebe a comértelo? Te vienes a mi casa ahora, te duchas, te lavas bien, te pongo la lavativa y así pruebo yo también que alguna vez se me ha ocurrido, solo que no he tenido cojones de proponertelo.
- Tío, no se. La Yoli, que quiere que vaya de paseo con ella.
- Mira Kevin, voy a decirle a la Juani que se trajine a la Yoli. Que le explique cómo empecé yo, y que yo de julandron nada de nada, vamos que eso lo sabes tú.
- No, si ya. Hombre Jonathan, pero la verdad es que cada vez te empalmas más deprisa. No voy a decir que julay, pero que para cuando nos despelotamos, cuando dice el gordo ese maricón de la cámara, tú ya vas de rucho y yo como un abuelete de putas. Y yo noto como se te pone dura cuando la tengo en la boca. Que esa es otra, puta manía del Ernesto ese que te corras en mi cara y caiga algo en los labios. ¡Coño! que pasé por lo de morrearte. Bueno no está tan mal, y te digo que mueves la lengua y morreas mejor que la Yoli. Que eso es verdad, casi siempre lo que hace que me empalme es el morreo. 
- Joder Kevin, vamos a morrear más. A mí la verdad, si te me corres en la cara me va dar igual, pero sacarías tú más pasta.
- Y tú, no te jode que el maricón ese, el Ernesto, dice que dobla pasta si entra leche en la boca.
- Bueno, pues vamos a medias con esa pasta. Si te corres en mi boca, por lo menos te corres.
- ¿Tú has probado tu leche alguna vez Jonathan?
- No tío. Pero todo es probar, como lo del ojal. Vente para mi casa Kevin que mi madre está currando, nos corremos y probamos a ver.
- Ahora no puedo, la Yoli me está esperando que quiere ir al Leftis que se va a comprar algo para el finde.
- Bueno tío, Kevin, me voy yo a ver cómo me lo monto.
Mientras caminaba a su casa Jonathan fue repasando mentalmente las escenas que grabaron Kevin y él. Era cierto, le molaba cuando su amigo iba abriendo la boca con prevención para que él se la colase y sentirse dentro de la boca con la mirada de su amigo como de disculpa y súplica a la vez le ponía a doscientos. Y más cuando soñaba que se vaciaba en la boca y Kevin sin dejar de mirarle se lo tragaba todo. Luego le morreaba para compartir lefa y saliva y Kevin le follaba a saco después. Pero parecía que no iba a convencerle por muchos billetes que le agitase delante de las narices. Si hubiese accedido a ir a su casa, a lo mejor, comiéndole el culo y metiendo lengua dilataba algo y a ver. Lo que estaba claro es que de solo pensarlo ya estaba empalmado y con ganas de chorrear lefa. No sabía si cuando le comiese el culo iba a poder aguantarse de clavar rabo en el culo de Kevin.

- Tía de verdad, tía, el Jonathan me lleva a cada sitio que no veas, tía. Y ayer se presentó en casa con un bolso de Loewe, de esos de los chinos, clavaito que parezco la concejala de juventud, que es muy enrollada y lleva un bolso como ese, solo que ella se lo compró de los de verdad de Serrano, que, tía, cuando me vio con el mío me miró como diciendo "tu que te habrás creído" pero yo, ni caso.
- Tía pero es que tú Jonathan le da demasiado bien a eso del porno de julais, que me ha dicho el Kevin que algunas veces el está convencido de que está disfrutando. Como cuando el otro día se lo tuvieron que hacer con uno de Pakistán o por ahí de la India y a tu Jonathan se la metieron por el culo como si fuera un coño, y el Kevin me dijo que gemía como cuando el me la mete a mi y estoy a punto de correrme.
- Hombre, claro, tía, el Jonathan me lo cuenta todo y ya me ha dicho que el prefiere una polla de carne a la vela que yo le meto cuando me folla para que se le ponga bien gorda. Que ojalá le metieran un rabo a él mientras me folla a mí. Si, le ha cogido el gusto a la puerta de atrás. Y me dice que lo que más le gusta es cuando le preparo para la grabación. Tía que le hago la cera en el culo y chilla como una rata y luego le pongo las lavativas.
- Yo es que tía, no me lo he planteado con Kevin. Alguna vez le he dicho que me follase el ojal y me ha dicho que si entraba por ahí lo mismo un día no le importaba quien era el dueño del boquete, y que prefería por donde siempre.
- Pues tía tu no sabes el dineral que coge mi Jonathan. Yo creo que el Kevin lo que está es perdiendo su oportunidad. Tía, ¿porque no pruebas con la vela? Primero una finita. No hay tío que no le guste que le folle el culo la misma tía a la que se folla. Además, cuando tú no tienes muchas ganas, ellos se corren volando y luego poco a poco será él quien te diga que tan delgada no le da el mismo gusto que la primera vez. Yo, al Jonathan le meto ya una polla de silicona que compré en AliExpress, le gusta más. Ahora ya si no se la meto le cuesta un triunfo correrse. Yo creo que el se pajea ahora con la polla metida. 
- Tía, no te da miedo que tú Jonathan se cambie de acera si le coge el gusto.
- A mí me da igual porque me folla bien y me trae mucha pasta. No seas tonta Yoli, la próxima vez mientras te folla pasale la vela por el ojete, verás como te lo pide el que se la claves.
- Te voy a hacer caso Juani.
- Pero ten bien untada de crema la vela, que entre sola y verás como te pide más.

Jonathan llegó a su casa y pensando que Kevin podía haberle acompañado. Le hubiera trabajado el ojal con la lengua y con el cacharro ese que se compró del Aliexpress que le da gusto a la próstata. Casi no se nota cuando te entra pero luego te vuelve loco, que él se acordaba muy bien como enseguida deseó que le entrase algo más gordo. "Que vicio es lo del ojal" se dijo en voz alta. Y no por eso no molaba metérsela a la Juani, pero cuando le metía a él, el consolador que le trajo aquel día el gustazo que le dió solo le hacía pensar en como sería una polla gorda de verdad mientras se follaba a la Juani. Aunque la polla llevase un tío pegado detrás.
- ¿Kevin?
- Dime tío. Aquí estoy aparcado que la Yoli se ha venido con su hermana a comprarse algo.
- No seas muermo, tío. Vente para mi casa. Dile a la Yoli que te necesito, que estoy depre. Ella ya tiene quien le dé cuerda y tú ahí tocándote los cojones..., podías tocarme los a mí y así entrenabas, jajajaja.
- No juegues con eso Jonathan que sabes que me como el tarro mucho. Mira que si acabo maricón cómo el Javi, ¿te acuerdas? aquel chaval un curso por debajo que nos la meneaba a todos.
- Bueno, a mí me la mamaba. Y a tí, tío, acuérdate, que una vez en el patio, detrás de los contenedores, yo le parti el culo mientras a ti te la mamaba.
- Es verdad, que me corrí en su boca y se tragó el lefazo.
- Y yo me corrí de morbo cuando me percaté, que le hice un preñazo de muerte. Luego, tú ya habías empezado con la Yoli, yo me le follé en su casa unas cuantas veces, que sabes que su padre siempre andaba borracho y su hermano mayor se metía a su cuarto a ver porno.
- No me lo habías dicho nunca julandron.
- Bueno venga, vente para mi casa. Me he bajado una peli de FTM que te va a flipar. Unos coñitos rosaditos y uno en especial con una pipa como una polla pequeña que el tío la mama cómo tú me la mamas a mí en el plató.
- Vale, cojo el bus y en cuarto de hora estoy ahí. Prepara la lavativa, a lo mejor mejor me decidí.
- Venga tío, nos tomamos unas birras y vamos a gozar de lo lindo.
Kevin cogió el 13, que iba casi vacío y se sentó al fondo del todo. Iba observando a la gente por la calle pero sin mirarla, con la mirada perdida recordando todos los detalles de cuando con su amigo se follaron aquel maricón del instituto, Javi. Era la primera vez, aquello fue el paraiso. Nunca la Yoli le hizo gozar tanto. Y hasta ese momento no se había permitido admitirlo. Se palpó la entrepierna y se notó tan excitado que sintió la humedad en el muslo. Entrecerró los párpados y "vio" a Javi tomando de Jonathan mientras hacía un uso magistral de labios, lengua, saliva y manos con su aparato hirviente. Tuvo que dejar de imaginar, rememorar y solazarse porque iba a coronar con éxito la cima del placer.
Casi se le pasa la parada de su amigo y tuvo que aligerarse para abandonar el bus.
- ¡Tío, que te pasabas!
Jonathan, impaciente por ver a su amigo había bajado hasta la parada a recibirlo. Le echó el brazo por el cuello y le atrajo hacia él. Kevin sintió la calidez del abrazo de su amigo y correspondió pasando su brazo por la cintura de Jonathan y completando y aceptando la muestra de cariño.
- Te quiero, Kevin, joder. Me gusta incluso follar contigo para el porno. Aunque el dinerito tiene su importancia, no te vayas a confundir.
- Tenemos que hablar, amigo. Estoy algo confundido.
- Vamos a casa, anda, allí nos confesamos.
Y agarrados por cuello y cintura echaron a andar hacia casa de Jonathan.