miércoles, 14 de agosto de 2024

INCESTUOSO (III)


- ¿Que tu mataste a la abuela?
- Bueno, no exactamente. La matamos entre los dos un poco.
- ¿Mi padre?
- Te tengo que poner en antecedentes. Yo tonteaba con tu abuela, pero la cosa no pasaba de acompañarla al cine o llevarla a misa de doce y luego despedirla en la puerta de su casa. Todo muy correcto y social. Mis amigotes de farra, ya te contaré, siempre estaban de coña que si éramos la pareja perfecta, que lo nuestro apestaba a boda. En fin, el destino tallado en granito.
Cuando mi padre me pilló con el cabrero, antes que un escándalo prefirió un castigo silencioso con desenlace en altar con seis testigos de chaqué riguroso.
Mi padre, tu bisabuelo y el padre de ella, el boticario de la villa apañaron enseguida el enlace porque parecía, dijo mi padre, que entre los dos jovenzuelos hubo más que palabras y antes de dar un escándalo estruendoso a bombo sobre todo era mejor la boda. No era cuestión de rebelarse. A los dos nos venía bien. Tú abuela tímidamente adujo que había sentido la llamada del Señor y su padre le cruzó la cara.
Hubo boda por todo lo alto. Vino el gobernador y el Rey mandó una felicitación oficial. Un éxito. Al día siguiente salió en los Ecos de Sociedad.
- Ecos de ¿qué?
- El Insta de la época. Que todo el mundo se enterase que ya había otra collera de ringo rango en la alta sociedad.
Y llegó la noche de bodas.
- ¿Donde fuistes de viaje de novios?
- A Mallorca. Un viaje interminable a Valencia, de allí el barco y tras dos días llegamos a Palma. Pero eso fue tres días después de la boda. Los transportes no eran como ahora, aquí te pillo aquí te mato.
De manera que mi padre nos cedió su alcoba a la que el servicio engalanó como correspondía el evento 
A tu abuela nadie le había puesto en antecedentes y solo que se quitase las bragas ya me costó media noche. ¡Estaba dura! como una castaña pilonga. Ni una barrena entraría atornillando. Y cuando me vio mi cacharro, tú ya sabes bien como es.
- Maravilloso, Jerónimo, maravilloso. No se la experiencia de su nieto, pero la mía aunque escasa me faculta para decir que excepcional.
- Se puso a llorar, ¡pero llorar!
Me decía que iba a matarla. Imposible el desflore. Lo intenté una y otra vez hasta que se me despellejó el capullo. Tenía yo edad, fuerza y ganas. Le dije que me hiciese una mamada ya que no podía follarla y se negó. La obligué y vómito en cuanto tocó la polla su lengua. Le expliqué como pajearme pero estaba como ausente. Le palpé bien por abajo y estaba como el esparto. Finalmente me masturbé delante de ella y la obligué a mirar. Después le hice probar mi lefa y volvió a vomitar.
- Entonces mi padre, ¿que es, adoptado?
- Espera. Que hay más.
Los tres días que estuvimos en mi casa antes del viaje lo intenté a todas horas, sin éxito. Estaba desesperado y finalmente la puse a cuatro patas. Me dijo que eso tenía que ser pecado, que era algo que yo había aprendido en las casas de mala nota. Pero la puse. Volví a intentarlo y nada. Por más saliva que ponía, hasta aceite de oliva, nada era un desfiladero del desierto. No entraba. Ya desesperado le dije que por el culo. Por ahí no había duda. Se negó llorando, que eso era condenación eterna, pero me embadurné el capullo de aceite, apunté y de un golpe seco de caderas se la clavé. Dió un grito terrible de dolor y se desmayó. Por mi parte, no sé si por el grito o porque al fin entró en algún sitio según se desmayaba ella de dolor, me corría yo. Fue impresionante. No se me bajaba dentro de su culo a pesar de la corrida y sentí necesidad de volver a empujar, primero lentamente porque el capullo estaba muy sensible y luego con fiereza. Ella se despertó y empezó a gemir, y no era de dolor. Eché la mano a su coño y estaba empapado. La saqué del culo y apunté al coño. La desvirgué en ese momento y deposite la semilla de lo que luego sería tu padre, Javier.
- Pero no tuvisteis más.
- No hubo mucho más. Solo quería culo. Ya estaba preñada. Yo empezaba por el culo y le volvía loca y acababa en el coño. Me las prometía muy felices hasta que el quinto mes de embarazo el tocólogo dijo que sin relaciones porque podría tener un parto prematuro. Le pregunté con toda la discreción posible si por el culo habría problema.
- ¿Que le dijiste?
- Si podrían explorarse otras opciones compatibles con un ayuntamiento marital, pero "in vaso impropio"
- ¡Que dices del vaso!
- Él lo entendió. Es latín. Que si podía echar el polvo por el culo.
Se le encendieron los ojos como carbones incandescentes y me echó de la consulta acusándome de degradar a mi mujer. Pero, pasaban las semanas y ella me lo pedía. Se envició de culo. Llegó un momento que la pillé metiéndose hortalizas, como calabacines y pepinos. Parecía poseída. Intentaba tranquilizarla y la sodomizaba a veces, se tranquilizaba y se dormía.
Al fin, parió a tu padre, bien. Y el tocólogo me llamó aparte. "Lo hizo a pesar de todo, degenerado. Ha estado sodomizando a su mujer. Al parir ha tenido un prolapso rectal. Ahora va al quirófano a que el cirujano intente arreglarlo. ¡Sinvergüenza!"
- ¿Que fue lo que le pasó a la abuela de este? Eso es algo del culo. Es que a mí a veces, cuando éste me mete el puño se me sale una cosa roja y yo me la meto para dentro.
- Eso es. Es como si el intestino se diese la vuelta como un calcetín. Bueno, eso, que la llevaron al quirófano la arreglaron, pero jamás pude volver a metersela. Le dejaron demasiado estrecha de culo. Y se encerró en su misma. Años. El médico dijo que depresión posparto, y a mí me pareció que era depresión de ojal.
Total, que hubo que contratar a una nodriza que criase a tu padre. Yo me apañaba con lo que podía, porque criadas no faltaban, ni mozos de campo complacientes con el amo. Con cinco años tu padre me pilló con una cocinera metida en carnes con un sexo jugoso y me dijo que él también quería. Le convencí de que eran cosas de mayores y a los once me descubrió en el pajar con el cabrero, que tenía un buen culo, vaya si lo tenía. Pero él muy zorro no me dijo nada.
Esa noche estaba yo leyendo un libro en la sala y el viendo unos dibujos. De reojo vi como se frotaba y amasaba la bragueta. Hice como que no me enteraba, pero el siguió con la provocación. Con el rabillo del ojo vi como empezó a quitarse el pantalón y como el bulto que tenía era respetable. La primera intención fue la de levantarme iracundo y abofetearle, pero me pudo la lujuria. No pude evitar empalmarme. De súbito se bajó el calzoncillo se plantó delante de mi vuelto de espaldas agachado separándose las cachas del culo: "Papá, ¿Que tengo yo de menos que el cabrero para que no me la metas en el culo a mí?"
Le contesté que era un muchacho aún pequeño y además hacerlo con un hijo estaba mal y se castigaba con la condenación eterna. Me contestó volviéndose de cara a mi agarrándome la polla, que tenía dura como hierro: "¿Y si está tan mal porqué tienes tú la polla tan preparada?" Y me dejó sin palabras. Inmediatamente se puso de rodillas y me hurgó la bragueta hasta hacer emerger el capullo que se metió de golpe en la boca sin más dilación. Iba a correrme y le retiré la cabeza. Me preguntó preocupado si no lo sabía hacer y le contesté que lo hacía demasiado bien: "Me enseñó el Gabriel, el mozo de cuadra y me dijo que lo hacía tan bien como una puta" pensé para mí que tendría que hablar con el tal Gabriel y en ese momento mirándome a los ojos me preguntó con la mayor de las inocencias, que resultan las más eróticas: "¿Me vas a follar ya?" Le dije que yo tenía una verga de adulto muy grande y que no le iba a entrar y lo que me contestó me dejó desarmado: "el Gabriel la tiene más o menos como tú y ya me la mete sin que me duela. Bueno, un poquito al principio, pero enseguida me viene el gusto" y mientras decía esto me desabrochaba el pantalón y echaba abajo el calzoncillo: "Siéntate en la silla y te cabalgó, así lo hago con Gabriel y es como más profundamente entra. Como más me gusta. Además estamos frente a frente y él me escupe en la boca. Si tú quieres y te gusta puedes hacerlo. A mí me pone muy caliente".
Aquello fue la gloria. No pude resistirme más. Ver los rictus de la cara de tu padre de entre placer y tortura mientras el orgasmo me ascendía desde lo más profundo de mí lujuria desatada fue como un opio insalvable. No sabía vivir sin sentir el cuerpo de mi hijo abrazando y mimando mi verga. Sentía sin saber cómo la semilla pujante y espesa ascendía por el caño ardiente y salía tumultuosa en lo más profundo del cuerpo de tu padre. No te creas que no tenía mis remordimientos. Para cuando estábamos en toda la efervescencia yo únicamente tenía sexo con mi hijo. No era capaz de resistir la tentación de tirarme de la cama abajo cuando la erección me despertaba y enfilar la alcoba de tu padre. Me metía en su cama desnudo y percibia su calor adolescente, me ahogaba saber que estaba cometiendo incesto con mi único hijo, pero la naturaleza que no entiende de moral, solo de instintos me guiaba la mano a su ano y enfilaba mi miembro. Le decía hijo mío y el se desperezaba, sentía mi verga dura y empujaba para que le encajase entera. Me susurraba entonces: "Me gusta como me lo  hace mi padre. Te quiero papá" y en ese momento, en el que era consciente, pero a nivel de inmoralidad de estar follando a mi hijo, me corría sin remedio. Finalmente nos engolfamos de tal forma mutuamente que perdimos todo sentido de la medida. Nos parecía que era algo habitual y por eso nos enganchabamos donde la excitación soliviantada nos alcanzase.
Y sucedió.
- ¡Qué! Abuelo, aterriza y sigue, que estamos en ascuas.

Jerónimo miraba al infinito con ojos liquidos y de forma automática se amasaba las bolsas haciendo que los testículos resbalasen el uno contra el otro dentro de su confinamiento. Quería contar a su nieto como sucedió. Como el padre de Javier desapareció durante unos años para volver a aparecer con una novia, la madre de Javier. Los recuerdos fueron amontonándose en su memoria y bajó finalmente a la realidad.

- Si. Verás, hijo, bueno, nieto. Decía. Por cierto Marta que pechos más bonitos te pusieron. ¿Que cirujano fue?
- Al grano Don Jerónimo que tiene a su nieto en vilo.
- Follábamos tu padre y yo en cualquier parte. Fue un domingo. El servicio salía por la tarde después de servir la comida. Quedábamos solos, tú abuela, tu padre y yo. Había ido con mi hijo a misa de doce a la colegiata. Luego, el cura nos acompañaba con el Santísimo hasta casa para dar la comunión a mi mujer. A mí, la verdad, ver a tu padre delante de mi con las manos juntas dirigiéndose a comulgar me disparaba el deseo. No sólo cometíamos pecado de incesto sino que con toda nuestra suciedad de conciencia cometíamos sacrilegio cada domingo y eso me ponía tan cachondo que necesitaba rápidamente dar por el culo a tu padre. Y yo sabía que él también lo necesitaba. Así qué llegamos a casa...
- Un momento, abuelo. Si teníais, sobre todo tú que eras el mayor, esa certidumbre de pecado, algo que no entiendo, tú no forzaste a mi padre, casi que te llevó al huerto él. Bueno, entonces ¿A que coño ibais a misa y encima comulgabais?
- Yo era un prócer del pueblo, además Juez de Paz. Tenía que dar ejemplo. ¿Que respeto me habría tenido la gente de no haber sido parte activa en las ceremonias litúrgicas? Tenía que hacerlo.
Estaba en que llegamos y el servicio había dejado la comida para tu abuela para dársela tras la comunión y nuestro almuerzo en el comedor. En cuanto se fue el cura tu padre y yo nos enzarzamos en otra de nuestras coreografías lúbricas, allí mismo en el comedor. Se conoce que la abuela tuvo un percance con la comida, no se, el caso es que tocó la campanilla para que fueramos a atenderla, pero en nuestra fiebre de lujuria ninguno de los dos la escuchó. Ella, después de años, se levantó sola y fue en nuestra busca. Nos encontró besándonos como dos faunos mientras yo se la tenía metida entera en el culo.
- ¡Madre mía que marronazo Javier! Tú abuela en medio del polvazo. ¿Y que pasó? Cuenta, cuenta.
- Te puedes imaginar. De pronto se le quitó la apatía y el dejarse ir la poseyó Hera, la mujer de Zeus en pleno ataque de celos. A mí me quería matar por follarme a su hijo, y al hijo se lo quería comer porque le arrebataba la polla que la sodomizaba.

- ¡Cabrón, hijo de quince putas! No podías follarme el culo ya nunca porque el cura te había convencido. ¡Nieto de mil putas! Y te follas a mi hijo sin querer encularme a mi. Y tú maricón, esposo de la lujuria que bien aprovechas MI polla, ¡que es mía, solo de mi culo! que te concebí desde el culo por error, ¡Quimera de la naturaleza! Te engendre desde el culo y te cagué por el coño. ¡Malditos seáis los dos! que la vida que me quitáis os depare una existencia sustentada en el culo.

- Y ahí acabó todo, se vació de rabia, indignación y vida. Volvió a su cama y no volvió a abrir la boca ni para maldecirnos ni para comer, beber o siquiera vomitar. Se apagó. Duró una semana. Tú padre fue a su cama le rogó, suplicó, lloró y se lamentó. No movió un milímetro su actitud. Se suicidó de quietud. Cuando expiró, tu padre estaba junto a ella y le oí gritar de dolor. Me acerqué y le consolé como pude, pero el único consuelo que quería era que le amase desde detrás. Le follé allí mismo, en el lecho de muerte de su madre y cuando me corrí me dijo muy serio: "Ha sido la ultima vez. Se acabó"
Al día siguiente fui a su alcoba para hacerle entrar en razón y ya no estaba.
Se fue. Creí que para siempre. Hasta que pasados cinco años apareció diciendo que tenía novia y que se casaba. Quise que entrara en razón y como respuesta fue en busca del cabrero. Me dijo: "Ya sé cuál es mi razón. Se lo que quiero y lo que me gusta. Y no voy a renunciar a lo que me gusta por lo que quiero. Normalmente es la misma cosa en el común, pero he comprendido que yo soy especial. Quiero casarme y tener estabilidad emocional y quiero que me follen, chupar y que me chupen que nada tiene que ver con lo otro"
Esas navidades me trajo a casa a tu madre, ya embarazada de tí. Esa misma Navidad se casaron sin pompa ni boato. Estábamos el cura, ellos y yo de padrino. De madrina la cocinera y por expreso deseo de tu padre fueron testigos Gabriel y el cabrero. Toda una declaración de intenciones.
Cuando naciste, esto me lo confesó él, lo primero que hizo fue confirmarte en tu sexo. Te lamió toda tu zona pudenda hasta ano y a fuerza de saliva y trabajo de lengua consiguió descapullarte. Él me dijo que tuviste un orgasmo, yo siempre pensé que fue un grito de dolor, aunque tú padre siempre mantuvo bien hibridados dolor y placer. ¿Porqué crees que tengo yo tanto piercing en los pezones? Se empeñó el día que le acompañé a hacerse su príncipe y acabé haciendome el mío. Aquel día hicimos rico al perforador.
- Yo quiero hacerme un Apadravya o un Ampallang. ¿Dolerá mucho? El príncipe lo tiene mucha gente ya. ¿Te dolió mucho tu príncipe?
- Te sangrará mucho y tarda mucho más en curar. Tú padre se los hizo: TODOS, Lorum, frenum, dydoe, giche, TODOS. Tú padre siempre fue excesivo.
- Mmmm, abuelo, me encantaría follarmelo. Podíamos follar los tres..., y bueno, Marta si tú quieres, también, no creo que a él le importase. ¿Donde está ahora?
- Mi última noticia, antes de que me ingresarán es que estaba de esclavo doméstico de un motero alemán, que según me han dicho en el ambiente es un salvaje con sus pupilos.
- ¿Tiene más de uno?
- Me dijeron que además de tu padre, que..., bueno ya os contaré luego, ya te he dicho que tú padre es muy excesivo. En fin, además de tu padre, tiene una pareja de gemelos idénticos, australianos pelirrojos de unos veinticinco y un viejo en las últimas que tiene para..., bueno, luego entraré en interioridades. Todo esto me lo contó una mujer muy salvaje que conocí en Munich que había estado en una fiesta temática del Club X de Dusseldorf y allí se enteró de todo. Porque lo de Klaus es de traca. Y tu padre es famoso en esos ambientes
- Venga, abuelo, cuenta, cuenta, no nos tengas en ascuas.
- ¡Es tan excitante y a la vez tan salvaje y asqueroso que os váis a correr de gusto!
- La tía ésta, Darita edita una revista bajo suscripción en la que no se respeta ni un tabú cultural y claro se conoce vida y milagros de cualquiera que haga por sexo barbaridades. Y claro Klaus es de esos bárbaros. Me enseñó fotos de su cuadra, la de Klaus. Tiene a cada uno en una jaula. Los gemelos una para ellos solos. Desnudos, en el sótano de su casa. No les falta el agua que a veces es el meao de Klaus, y la comida, bueno, cuando le da algo, que suelen ser sus desperdicios, pero antes de dárselo les esposa las manos a la espalda. Dijo que para Klaus son sus perros. Aunque él perro que tiene, un gran danés de ochenta kilos, color ceniza vive y duerme con él.
Cuando tú padre respondió a un aviso en el tablón de contactos de un sex-shop en el que un amo muy severo, Klaus,  necesitaba un esclavo, se encontró al llegar con que después de arrodillarse, humillarse y lamerle la suela de las botas, éste Klaus le preguntó que hasta donde llegaría por obedecerle y tu padre, según cuenta ésta Darita, por toda respuesta metió la cabeza en los hijares del gran danes y comenzó a chuparle la verga. El perro se excitó, se puso en pie y buscó el culo de tu padre que al darse cuenta se lo ofreció como si fuera una perra, a cuatro patas, el bicho lo montó y le echó un polvo en toda regla. A Klaus le encantó y le asignó para su esclavitud atender sexualmente a su perro. "A partir de este momento eres su perra, a cualquier hora y donde a él le apetezca. Con tu polla por otra parte, olvídate, llevarás castidad sondada y te ordeñarás tú mismo en mi presencia una vez al mes.
- Abuelo, si yo veo eso, empiezo a correrme de gusto y no paro.
- Dímelo a mi que tal como me lo contaba Darita me chorreaba la leche de la polla. Menos mal que la tía tuvo la gentileza de prestarme su culo para poder terminar de gozar de mi orgasmo.
Pero yo creo que ya está bien de hablar de mi hijo. Quiero probar el coño de Marta, si a ti no te importa, reina y quiero ver cómo se la clavas a mi nieto. Después ya variaremos y nos cambiaremos fluidos. Quiero ver cómo Javierito te come el culo después de haberme yo corrido dentro. Al fin y al cabo él ya está acostumbrado al sabor de mi lefa.
- Pero después abuelo tienes que seguir dándonos norte de mi padre. Me encantaría ver cómo se lo folla el perro. Le acercaría el rabo a la boca a ver cómo reaccionaba.
- Pues comiendotelo nieto, y más sabiendo quien eras.

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