miércoles, 23 de septiembre de 2020

DIME HERMANA

 

Dime, pues, hermana quien era.
Semejante efebo te flanqueaba
Que al quitar los ojos de ti
Mi lasciva mirada le acarició 
Con su piel oscura tostada,
Cabellos de enmarañados hilos de oro,
Exultantes ojos de un hijo de Freia,
Glaucos como un inocente cielo,
Turbios cual deseo corrupto,
Y su grácil caminar apoyando tus caderas
Con una inocente mano de caid.

Dime hermana que clase de brujo es
El que me borró mi mundo,
Hizo a mis ojos repugnar de tu figura
Dejandome el alma abandonada
Y el corazón galopando al infinito,
La desesperación hecha llanto,
El deseo de morir única plegaria.

Dime si pertenece al Olimpo,
Quiza surgido del Averno confundiendo
O es solo un niño, capricho de dioses,
Dotado de sus virtudes,
Regalado de sus felices vicios
Para recrear la vista de todos.

Dime hermana si ya te ha amado,
Si su arte para llevarte al Eliseo
Compite con su belleza y sonrisa.
Sus manos, ¿son de seda en tu flor?
Sus besos ¿perfumados de sexo y amor?
Su fuerza la de un huracán de Eolo,
Tu éxtasis el de haber visto a tu Dios.

Dime hermana si es tan libre como yo,
Respira el aire espeso de la lujuria,
Desea poseer y ser poseído,
Es severidad y dulzura
Y tanto desea una caricia, como un desprecio,
Se humilla ante otra fuerza menor,
O calienta tu nuca con sus besos.

Dime, por caridad, hermana
¿Quién es ese dios?

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