sábado, 11 de agosto de 2018

DIME, COBARDE


Dime, porqué ya no entras
Dime, porqué rondas y me ignoras
Ni la puerta de atrás usas.
Cada día tengo la puerta abierta
Dime, ¿otra joya te fascina?
¿Otra fortaleza te estimula?
¿Querrás forzar otra muralla?
Nunca quisiste la puerta real
Entrando con pompa y circunstancia
Dejando el regalo deseado
Preferías sigilo innoble y sucio
Violentando mi virtud
Y gozábas con mi dolor,
Entrabas como un ladrón,
Tenias llave, la de mi corazón,
Te habría franqueado
Habría gozado incluso
Con tu gozo; pero no querías,
Necesitas la violencia,
Conquistar, no convencer,
Pulsar el dolor que causas
Escuchar lamentos de agudo dolor
Beber lágrimas amargas de impotencia
Y acabar sucio de inmundicia
Oler mi miedo, mi rabia,
Ni siquiera arrepentirte ante mi nausea,
Ni borrar la sonrisa sardonica
Que es tu penitencia.
Sal de mi vida
Como has salido siempre de mi cuerpo
A hurtadillas,
Vergonzante,
Cobarde.

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