domingo, 6 de mayo de 2018

BUDDIES -3-


"¿Se lo pediste tú?, no me lo puedo creer". Puse cara seria y le dije que borrase esa mueca sardonica de su cara. "Quería que todo aquello acabase porque estaba empezando a intrigarme y no importandome entregarme, que se corriese y me iba" Isabel se puso falsamente seria, me aseguró que ella lo entendía, porque tambien pasó su crisis cuando su hermano, siendo los dos adolescentes, la quiso sodomizar, deseando ella que le descerrajasen su puerta principal. Hasta que le cogió el gusto y la combinacion de ano ocupado que simulaba vagina ocupada e inteligente y habilidosa estimulación del clitoris fueron la combinación perfecta. "Quiero que sepas que te comprendo perfectamente. Venga, te la coló, y qué"

Mis palabras eran de urgencia, que acabase de una puta vez, no me dolía y había dado mi palabra, maldita palabra, como si eso significase algo. Y lo hizo y no se si a propósito o no, "olvidó" ponerse el condón. No me di cuenta, claro; me saco el estimulador de próstata y me penetró. Y sucedió lo impensable. La polla de Isaac era bastante más gruesa que el estimulador y al entrar por el recto, sentí un orgasmo, como el que me había provocado el dildo, pero más intenso, más gratificante con una eyaculación abundante que hizo que de forma espontánea le agarrase a mi amigo por las nalgas para forzar una penetración más profunda. Cuando Isaac comprendió mi acción, se le iluminó la cara y me soltó un "!te gusta!" qué me llegó al alma y en ese instante supe que él tenía su orgasmo. Acabó él y al salir dijo satisfecho "WoW, y a pelo". Al principio no lo entendí pero cuando vi que con el pico de una sábana se limpiaba sin sacarse nada, miré a la mesilla de noche y allí estaba nuevecita la goma en su envase metalizado. Me puse en pie y el meco de mi amigo se me desbordaba por las piernas y corría rodilla abajo. Le puse de vuelta y media y ganas no me faltaron para hostiarle. Y ya me desesperé del todo cuando me dijo: "venga, guarrilla, que te han preñado, lávate bien el coño" me fui hacia él, pero mi ojal no dejaba de destilar y me daba un asco insufrible, "cabrón, es la última vez, que hijo de puta, no ponerte la goma" a lo que con todo el cinismo del mundo le contestó que le supliqué con tanta urgencia..." Ya no le contesté, me duché, me medio sequé deprisa, tenía ganas de salir de allí, y me largué sin decir nada dando un portazo.

"Anda, abre tú" me suplicó Isabel. Fui a la puerta y allá estaba plantado Fernando. Le dije que pasase que su hermana estaba en el salón. Era muy delgado, alto y cuerpo de gym. indudablemente se parecía a Isabel y se lo tuve que decir, "chico eres la fotocopia de mi chica" me contestó que eran gemelos, que qué podía esperarse. Cuando llegó al salón, Isabel dio un salto gritando el nombre de su hermano. Le echó en cara, en broma, que la tenía abandonada por su novia y luego con tono mimoso le dijo: "y mi culito tiene hambre" al escucharlo, se puso colorado, se azoró tanto que mirandome comenzó a balbucear lo que debía ser una excusa. Su hermana le puso su dedo índice de la mano derecha sobre los labios y llevo la mano izquierda a su bragueta. Él se cortó todavía más. Empezó a chorrearle sudor la frente y me dió pena. "Qué mala eres Isabel" y viendo la cara descompuesta que tenía Fernando le pasé el brazo por el hombro y le atraje al sofá. Nos sentamos uno junto al otro y le puse al día de todo. De lo de él con su hermana, de lo nuestro, lo de Isaac, nuestras puertas traseras y entonces él se relajó. "Joder, tío, gracias, no veas el marrónazo que se me venía encima. Y esta hermana que tengo, que siempre ha sido una chufla" Isabel para entonces se estimulaba descaradamente el clítoris a través de la ropa y les guiñaba el ojo a su hermano y a Juan. "Qué tal una doble? Me pido a mi hermano por detrás"
Le conté a Fernando que estábamos esperando a Isaac y a su novia y que la idea era que puesto que la novia estaba ajena a todo hacerle la putada para devolverle la que me hizo a mí cuando hacía años me la clavó sin condón y con engaños de prestidigitador.

Sali de aquella habitación bufando como un toro recién picado. El cabrón ese me acababa de dar por el culo y me habia dejado. Sentía como me resbalaba el ano por efecto de la dilatación, y lo que era peor, no me disgustaba y ya en el colmo el orgasmo que tuve fue como descafeinado o viciado, porque no podía desligar su recuerdo de la penetración de Isaac y su cara de goce extatico corriendose dentro de mi, como si me estuviese preñando, ese hijo de la gran puta me las tenia que pagar. Estaba saliendo a la calle ya con las claritas de la mañana cuando escuché a mi espaldas pasos apresurados y una voz: "Juan, espera coño, perdona. Deja que te lleve a tu casa; ¿que te vas a ir, andando?
Me revolví absolutamente congestionado por la ira, le fulmine con la mirada, el corazón galopandome en el pecho y las uñas clavadas en las palmas de las manos con ganas de estrellar los puños en su puta cara, y grité: "eres un mariconazo y un cerdo y yo otro por dejarte hacer" las lágrimas ya se me amontonaban en los ojos, escocían por la congestión que provocaba la rabia y nublandome la vista. Isaac se me acercó despacio, con precaución, esperando la hostia y muy despacio me estrechó en sus brazos, entonces me di cuenta que el también lloraba y me susurraba al oído que tenía razón, que se había portado mal y que le perdonase. Entre sollozos, deshecho, le pregunté si era gay se habia enamorado de mi y no se atrevía a decirmelo. "Que no  tío, que me he pasao de lo guarro que estaba, que me he pasao, lo siento"
Deshicimos el abrazo, nos fulminamos con la mirada y crei ver en la suya una oscuridad sucia, no fue capaz de mantenerme la mirada y sonriendo forzadamente me animo a entrar en el coche y me dejo en mi casa. Durante el trayecto no abrió la boca y al detenerse en mi portal me dijo: "no creo que volvamos a tener otra sesión,  pero quiero que sepas que sigo siendo tu amigo Isaac, para lo que quieras" y remarco, en lo que quieras.

Isabel llevaba la voz cantante y sin recato alguno manipulaba la bragueta de su hermano, mientras yo le hurgaba a ella entre sus piernas. Entonces Isabel me cogió la mano y me la llevó a la bragueta de Fernando mientras acercaba la mano de su hermano a su entrepierna, "iros conociendo, no seáis tímidos, sobre todo tu Fernando, ¿que crees, que no se lo del devaneo adolescente con el vecino de arriba, bastante mayor que tu?", Fernando se mostró asombrado de que su hermana supiese aquello. "Lo se. Me resultaba extraño que ese hombre tuviese que darte clases de derivadas, cuando en el instituto era vox populi que tu eras un maquina en calculo diferencial, y por otra parte llego un momento que tu experiencia en sexo creció de forma alarmante"
Fernando asintió y reconoció que lo que tuvo  con aquel vecino quince años mayor que él le marcó. "Soy bisexual y a estas alturas no creo que sea un secreto. De no haber sido por él habría estado convencido de ser gay, pero el me abrió los ojos, aunque me encuentre mas comodo con una tía y más despendolado con un tío. Por eso cuando estoy con los dos a la vez, es cuando más disfruto" después nos dijo que no cambiaría a su novia por nada ni nadie.
Campanilleo el timbre de la puerta. Isabel me mandó a abrir, "será Isaac, Juan, abre mientras mantenemos las temperatura, mi hermano y yo.
Al abrir la puerta Isaac con su amplia sonrisa y los brazos abiertos me saludó efusivamente, "a Sandra, ya la conoces" Sandra me dio dos besos y les deje paso para entrar.
Al llegar al salon, Sandra más  que Isaac, pusieron cara de sorpresa; Fernando con el pantalon de Isabel desabrochado manipulaba por dentro lo que provocaba en mi novia pequeños gemidos. Sin levantarse ni Fernando dejar de tocar el sexo de Isabel saludaron a Isaac. Yo les presenté, "Isaac, este es Fernando, gemelo de Isabel, y por lo que veis son mucho mas que hermanos" a lo que Fernando apostilló sin perder la sonrisa: "y su puerta de atras es mía" y continuó Isabel: "la puerta principal como podeis comprender es de Juan" Sandra estaaba tensa y le cogía con fuerza la mano a Isaac que dijo a modo de chascarrillo: "pues anda que no hay puertas traseras abiertas, ¿verdad Juan?" Yo le contesté seco que si lo decía por él mismo. Y en ese momento se me vino a la cabeza aquel verano de tercero de Escuela que organizamos unos dias de excursión con las novias y que al final no pudieron ir y decidimos irnos solos nosotros.

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