viernes, 2 de marzo de 2018
CACERÍA SÁLICA
Husmeando como rata sucia,
Merodeando entre centinelas mudos
Se atisba carne fresca, carne humeda,
Una hidra venenosa crece en el vientre
Busca y busca alimentarse de vida blanca.
La boca seca babea de emoción insana,
Una pieza vivaquea entre arbustos secos
Se acecha, taimado se acerca hasta la presa,
Las fauces de hiena hedionda sonrien
La pieza de carne luce orgullosa, descarada,
Y la fiera abre su boca ofreciendo cobijo
La carne feroz entra a la cueva a pacer,
Llueve entre rocas sintiendo caricia golosa
Crece y crece, soberbia, la victoria
Hasta vomitar entre espasmos el tesoro
La fiera se alimenta, se relame y sonrie.
Observa su victima y con un ultimo lametón
Sin palabra, olvidando ya se pierde en la espesura.
Ya busca otra presa que le sacie
No descansa, guardia en alto, rebusca,
Otra presa, otro bocado, más vomito.
Cae la noche entre estremecimientos lubricos,
El hombre lobo se despoja de su piel
Hurtado en las sombras, al acecho, espera
Y come, presa tras presa hasta caer exhausto.
Las estrellas vigilan la cacería, centinelas quietos,
Hasta el alba que el monstruo se trasmuta.
Padre dedicado, esposo fiel, regresa de turno.
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