sábado, 7 de mayo de 2016

SIN PERDÓN




Buscas la soledad de la sombra
La oscuridad de alma que te ilumina
La vergüenza que te hiere y estimula;
Mientras vistes tu sexo de deseo,
Engalanas tus excusas de destino
Y reclamas una libertad de almoneda.

Las sombras de los mudos vigilantes,
El crujir de cada paso que retrasas
Con los jadeos que acechas en la nada
Son tu alimento sin provecho;
El veneno que te disipa y te tortura
La desesperanza con que yaces cada noche.

Crees en la libertad que publicas y mancillas
En la mirada limpia y las manos entregadas
La palabra sin doblez y el corazón de cuarzo
Pero cada noche que deambulas y susurras
Que buscas tu egoísmo en cada piel
Haces tus cadenas más cortas, más fuertes.

Y al fin, en el desierto de tu retiro
En la cueva donde no te ves y te desprecias
Sueñas entre sollozos con tu cielo
Reniegas de las noches; de cada noche,
Las que te encadenan a tu podrido cuerpo
Las que te niegan que tengas un día.

Sigues zombi al sol con tu disfraz de oropel,
Aceptando las alabanzas que son nausea;
Tragas las nauseas que te denuncian
Y esperas la noche para lavarte en lágrimas,
Porque no hay agua bendita que te limpie
Ni absolución humana que te condone.

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