viernes, 27 de junio de 2014

DEPRAVACIÓN HORRENDA




Sórdido desván de un infierno helado,
Piel prestada a un demonio envenenado,
Violenta conquista de una plaza entregada;
Sufre la dulzura de la venganza,
Las entrañas se te rajen del dolor ansiado
Bebas el licor podrido del triunfo
Cárguete de cadenas tu dueño.

Has deseado con furia entregar la torre,
Y te has visto violentado con horror
Pides que se prolongue la agonía,
Suplicas ser despedazado en estrellas,
Entregado a las bestias que te deshagan
Consumido en una orgía de sangre y dolor
Marioneta en manos de quien te desprecia.

Vives el suplicio de la entrega sin ley,
Ansiando ser arrebatado por trasgos
Que te usen como carne despreciable.
Repelan tus ruegos de piedad llorosa
Exigiendo el castigo como premio,
Pestilentes deseos que nunca colmas
Avidez escatológica que todo lo cubre.

No hay perdón ni purga a tu recuerdo,
Tu historia se leerá en tu piel ajada
Que mancillara todo el que no vomite,
Cuando repulsivo te ofrezcas en sacrificio
Te escupirán, te orinarán y darás gracias,
Rechazarás iracundo la redención
Enseñando pezones sangrientos de placer.

Has elegido el dolor y el desprecio,
Con descaro te exhibes y escandalizas,
Te desgañitas pidiendo argollas y cadenas
Perforaciones que te encadenen al sheol,
Mutilaciones para enseñar depravación
Cadáver viviente para uso y desecho
Nadie se acordará de ti. Nadie.






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