Como vendaval ardiente,
Como simún del desierto
Entra a saco;
Derriba torres y murallas,
Sorprende las defensas
A retaguardia, y altivo,
Con orgullo de campeón
Desdeña fosos y escalas
Y golpea.
Penetra hasta la torre
Llega hasta la última sala,
Sin piedad, sin cuartel;
Y acampa,
Que la doncella te asista,
Te sirva y venere con dolor,
Tus sollozos te enardezcan
Sus lágrimas te empujen
A los aposentos,
Roba su bien preciado,
Derrama tus tesoros y vete.
Esquiva puentes levadizos
Ignora barbacanas de fuego
Aspilleras de saetas hirientes,
Bordea sus engaños,
Y asalta la entrega;
No te detengan súplicas,
Oídos sordos a perdones
Persigue la conquista vibrante,
Deseo enfurecido de asedio
Esa es tu guía,
Y rendición sin queja.
Envuélvete en sus pendones,
Se pinte el triunfo en tu rostro
Se te rinda la plaza sitiada,
Y retírate desdeñando los honores,
Reclamos de sumisión.
Da la espalda
Deja anhelo y añoranza,
Abandonando la conquista;
Así serás considerado rey.