sábado, 18 de julio de 2015

ANSIADO, AÑORADO SEXO


¡Que gran dolor¡ el ojo joven, la mano presta
El corazón tierno y entre estas rejas malditas.

(La lascivia intacta, avariciosa y eterna)

Tras los barrotes de esta prisión de carne
Cerradura vieja de herrumbre sin remisión,
La llave rota de tanto usarla sin amor
Para abrir voluntades y liberar deseos,
Crear ilusiones y entretejer engaños,
Saberse inmortal y vencedor de llantos...,
Insensible al desgarro de las amantes.

Y ahora..., cuando arrecia la soledad
Los temporales de muerte se anuncian,
La inmortalidad es humo de alhucema
El futuro solo mosaicos del pasado,
Y la juventud la venganza de la memoria,
Nos encierran en el ansia de querer salir,
Cuando liberados, añoramos el cerrojo que nos libra
El dios Pan se enseñorea del ajado sexo,
La coartada de la celda y no palidecer de miedo
Si a la mano no le marida el vigor
Si al ojo no le respalda aquel ímpetu de acero ardiente
Y el corazón explota en añicos sin derramar su miel.

Desde el fondo de esa trena lúgubre
En el rincón más oscuro del agujero del saber
Cuando el mayor tesoro es la ignorancia
Surge el órgano que  no duerme ni envejece,
Siempre es seda y nunca olvida acariciar
El pene de la vejez, la juventud por desear
La conquista de otro placer mas sutil,
La seguridad de poder dar y recibir embeleso.

Un dios fue benevolente al darnos la lengua.