lunes, 29 de abril de 2013

CRUDO, TRISTE Y SUCIO



Como una puta airada,
Un chapero indignado
Limpiándose la leche del culo
Con el primer papel abandonado.
La zorra se mira su agujero
Para saber si puede seguir
O tiene que darse al desespero.

Espera el cliente ansioso
Follarse al uno o al otro
Da igual lo que se joda,
Con tal que esté caliente y lata;
El intachable padre de familia
Se abre su bragueta
Y casi sin sacarse la polla
Sin culpa ni dolo
Le da igual que sea el maricón solo
O que la puta quiera
Quizá ser la primera,
Para cobrar antes que el otro
La soldada de la carne
Para dar de comer a su prole.
Y eso ya legitima su faena
El maricón solo folla por el vicio
Aunque cobre como ella la pasta
Para gastársela en el bingo,
Junto a la puta fina
Con su caballo blanco,
El cura julandrón y el monaguillo
O el ama de casa que se paso por el empeño
Y ya juega sin los anillos

Porque su marido no llega…
Y el marido es el que espera
Al maricón o la rabiza,
Tanto da,
Se cobran además de la lana
La leche cuando les viene en gana
Por la boca o por el culo,
Eso, lo saben los dos
Depende de la manteca
Que el cabrito les endilgue
Y lo seguro y sutil que se sienta

Ahí quedan la maricona y la puta
Dando caladas de muerte
Al poper que les dejó el pagano
Que ahora que se ha corrido
Piensa que a lo mejor la mano
No le hubiera pedido guita,
La que era para el regalo
Del cumple donde le espera
Disgustado el pequeño de su enano.

sábado, 27 de abril de 2013

ROBERTO XVIII




L O S    C A Ñ O S  (ESPAÑA)

El avión, un 737, aterrizó en Sevilla pasadas las diecinueve horas. Habían cazado un KLM business que salía de Bruselas, lo más cercano a Lovaina, a veintisiete kilómetros, que les llevó menos de media hora llegar en un taxi. Cogieron el vuelo casi en marcha pero llegaron con bien al sur de España. A Corina le sorprendió la buena temperatura a pesar de las fechas.
- A estas alturas en Washington tiene que estar nevando
- Si, en Washington - le dijo Roberto orgulloso de su tierra – pero esto es España y para más INRI Andalucía. Aquí alguna vez hace algo de fresco pero lo habitual es que haga bueno.
Se dirigieron a un  mostrador de Rent-a-car  para alquilar un coche que le llevase hasta Zahara a casa del padre de Roberto.
- Pero no puede ser – un chica de unos veinticinco años se dolía contrariada con un marcado acento de Boston – mi padre me dijo que en este mostrador tendría un coche para mí. ¿Qué hago yo ahora en esta ciudad?, no conozco a nadie. Mi teléfono aquí aún no funciona y no puedo llamar ni al consulado. Mi equipaje me lo han extraviado y viene en otro vuelo, solo tengo una American Express pero sin  identidad que venía en mi equipaje. Pasaporte y American Express, ¿Qué hago, si ustedes no me admiten esta tarjeta?
- Perdone, quiero alquilar un vehiculo, alta gama por favor – dijo Roberto educadamente.
- No, perdone no, - contestó irritada la chica que por momentos se ponía más histérica – estaba yo antes y tengo que resolver este asunto.
- Quizá yo pueda ayudarla – contestó educadamente Roberto en perfecto ingles de Boston – si me explica que le sucede.
- ¡Ah!, gracias a dios un americano.
- No se confunda señorita – español, de Madrid, pero vivo en Cádiz y estudio en Yale. Le presento a Corina mi novia, Corina Taylor, hija del senador Taylor, habrá oído usted hablar de él.
- ¿Cómo no? Perdone, yo soy Lisa Tempelhof, como el aeropuerto de Berlín. Mi abuelo estuvo allí en la ocupación y se caso con una alemana, que insistió que yo me llamase como su padre, mi bisabuelo, de ahí el nombre. Voy para Tarifo…
- Será Tarifa – dijo sonriente Roberto haciéndose de inmediato con la voluntad de Lisa.
- Tarifa – y soltó una carcajada distendida de por fin ser escuchada por alguien – pero tengo todos mis papeles menos pasaporte y la American en mi equipaje que como siempre han equivocado de vuelo. Mi padre me dijo que tendría en este mostrador un coche a mi disposición pero no saben nada de Tempelhof ni de mí.
- Nosotros vamos a Zahara que está a pocos kilómetros de Tarifa, es más, te llevamos a Tarifa, que además a Corina le encantará. Así que si quieres ya tienes transporte.
Roberto alquiló con su visa sin límite un Q7 y se dispusieron a viajar.
- En realidad creo que no es Tarifa como tal. Mis amigos están en una caravana, haciendo kate en una playa cercana pero no recuerdo…
- Valdevaqueros – contestó sin inmutarse Roberto. Es una pasada esa playa, posiblemente la única virgen que queda en Europa, con una duna que es patrimonio de la humanidad. Tus amigos no son tontos. Si hace buen día – se dirigía a Corina ahora – habrá más de doscientas velas en el aire, cada una de un color componiendo un ballet irrepetible, llegando a parecer imposible que no se les enreden los tirantes de las velas a unos con otros con la cantidad de piruetas que hacen y lo alto que son capaces de subir. - Mis amigos vienen de Bali de hacer surf y me dijeron por teléfono que no había color en cuanto a emoción entre el surf y el kate-surfing.
- Bueno, te dejamos en Valdevaqueros y así a la vuelta le enseño a Corina las ruinas de Baelo Claudia en Bolonia.
- Tu estás loco Roberto – le dijo con cara de extrañeza Corina - ¿A Italia vamos a ir ahora, en coche?, por dios venimos de Bélgica.
- Noooo – fue condescendiente Roberto – Bolonia es una playa virgen que en tiempo de los romanos poseía una industria pesquera de renombre en todo el imperio romano por fabricar el mejor “garum” del imperio – y sin dejarles a las dos preguntar continuó – el garum es una salsa con fortísimo olor y sabor a salazón de pescado que se hacía con las vísceras de los atunes que se cogían a su paso por el estrecho. En Roma alcanzaba altísimo precio. Aquel garum, hoy nos haría vomitar, olía a pescado podrido. Actualmente se fabrica una variedad más comestible y adecuada a nuestro paladar que se sirve en algún restaurante de renombre.
- ¡Que asco! - Dijo lisa.
- Te doy toda la razón - le contestó Corina.
Cuando abordaron el coche, Corina se sentó en la parte de atrás con Lisa.
- Así llevamos chofer – rio con ganas – y charlamos de cosas de mujeres.

Antes de que pudieran darse cuenta estaban dejando a la derecha a Jerez de la Frontera.
- Aquí hay un circuito de velocidad en el que se celebran pruebas del campeonato de Fórmula Uno y de motociclismo. Es famoso – apostillo Roberto.
- Si -dijo Lisa - yo lo he escuchado
Roberto notó en la voz de Lisa como un desfallecimiento.
- Yo no tenía ni idea – contestó Corina – yo conozco Indi, Daytona y poco más.
Y Roberto volvió a notar un deje en la voz de Corina que no le terminaba de ser desconocido. Hurgó en su memoria y recordó que era el mismo timbre de voz que demostró cuando en Yale se lo hicieron su hermano y él con ella. Se puso en guardia porque de repente ajustó el retrovisor y solo vió la cabeza de Lisa; la cabeza de Corina había desaparecido.
- Ya – murmuró Roberto – vosotros los yankis tan provincianos siempre.
- ¿Cómo? – preguntó como dando la sensación de que no estaba en lo que estaba Corina.
- Nada cariño, bobadas mías.
Roberto, puso el intermitente a la derecha y se apartó por una desviación fuera del arcén. Las dos chicas no se dieron ni cuenta. Lisa tenía los ojos cerrados y la cabeza de Corina se perdía entre las piernas de la chica.
- Vaya, vaya, vaya – Roberto se había dado la vuelta y contemplaba el espectáculo de su novia lamiendo el sexo de su eventual amiga.
- No te cortes – levantó la cabeza Corina – vente aquí detrás con nosotras y juguemos un poco.
- Bueno chicas, seguir follando ustedes, yo tengo ganas de llegar a casa cuanto antes y para Valdevaqueros, nos queda unos kilómetros. Lo que voy a hacer es que como es tarde, nos pasamos por casa, pasamos la noche allí y mañana temprano llevamos a Lisa a Tarifa. Seguir follando que yo voy a conducir.
Las chicas ya sabiendo que su chofer estaba al tanto de sus manejos, no se cortaron en cuanto a gemidos y protestas gozosas de los mordisquitos y pellizcos que se daban hasta que pasado un rato las dos casi al unísono elevaron el tono de sus gemidos hasta que chillando se corrieron quedándose dormidas las dos, una encima de la otra. Roberto se acarició su sexo que estaba siendo estimulado convenientemente por la audición del encuentro entre las chicas, pero siguió conduciendo, algo cansado ya. Conectó su iPod al coche y la música de Supertramp retumbó en todo el coche. Las chicas se despertaron y protestaron.
- No os quejéis, que en casa mi padre os va a dar la vara con Bartok. Irse adecentando, que estáis hechas unas perras, que ya llegamos al cruce de Barbáte. En un cuarto de hora en casa.
Al salir de Zahara y enfilar la carretera que conduce a la urbanización de los alemanes un todo terreno les dio el alto.
- ¿Dónde van ustedes? – preguntó desabrido un guardia de seguridad.
- ¿Y quién coño son ustedes? - Preguntó muy seguro de si mismo Roberto – para detenernos en una carretera sin pertenecer a las fuerzas de seguridad.
- Seguridad de la Urbanización. Por esta carretera solo se llega a la urbanización por tanto tenemos que preguntar. Este vehiculo no lo tenemos registrado y nuestra obligación es detenerle y dar parte a la Guardia Civil si no nos convencen de su destino.
- De acuerdo – concilió Roberto – vamos a casa de mi padre. Alejandro Altamirano, el médico, arquitecto que vive allá en lo alto casi en un palomar.
El guardia y su compañero se echaron a reír y el perro que llevaban ladró al escuchar a sus guardas reír.
Roberto puso cara de interrogación levantando las manos del volante de su Q7.
- Buena gente su padre – dijo el guardia
- Sobre todo a cuatro patas – y se le cortó la frase por una carcajada al guardia que le dio la replica.
- ¡Ah! Ya se quienes sois – contestó desafiante Roberto – me contó mi padre lo buenas piezas que sois. Esta noche no quiero veros por casa. Voy con mi novia y una amiga y vamos a tener suficiente. De todas formas si os necesitamos, o a vuestra mascota damos un toque.
- ¿Es que el perrito tiene  habilidades? – preguntó sugerente Corina.
- No tenéis más que llamarnos luego – contestó el guardia.
Roberto arrancó camino de su casa dejando atrás los guardias que por el retrovisor se les veía frotarse sus braguetas.

Llegaron a la casa dejando el Q7 aparcado en la calle. Se dirigieron a la puerta mientras Roberto  buscaba las llaves.
- ¡Joder!, me las he dejado en el coche – encaminándose al coche a buscarlas.
En ese momento se abrió la cancela de la casa. Alejandro vio a las dos chicas pero no vio a Roberto que estaba ya en el coche.
- Y vosotras dos ¿Quiénes sois?
Corina intentaba explicarse cuando llegó Roberto.
- ¡Papa! Ya venía yo con las llaves.
- He escuchado un ruido de motor extraño y he salido a ver. Ha habido robos, ¿sabes?, y hay que estar con mil ojos.
- Mira papa, te presento a Corina y esta es Lisa, una chica que encontramos en el rent-a-car con problemas de tesorería – la chica le miró airada – bueno no es una pordiosera, solo que no le admitían la American Express y el resto de sus tarjetas y demás venía en un vuelo posterior, por lo de siempre, ya sabes lo de las perdidas de equipajes en los aeropuertos. Nos ofrecimos a traerla hasta Tarifa que es donde viene a ver a unos amigos, pero se hacía tarde y decidimos pasar la noche aquí. Mañana si te parece la acercamos.
- Me parece muy bien – respondió Alejandro – pero pasar, estaréis hambrientos, supongo. Vamos a comer algo y me contáis.
Roberto cerró la puerta de la cancela como era su costumbre de una patada que hizo retumbar toda la portada.
- ¿Nunca vas a aprender, Roberto? – le recriminó medio en broma su padre.
- No seas cascarrabias viejales – y remató con una sonora carcajada.
Alejandro no pudo evitar sentir un estremecimiento de cariño por su hijo, pero al mismo tiempo entreverado con ello una punzada de placer sobrevenido en la entrepierna. De forma inconsciente se llevó la mano a la bragueta para colocarse el pene, lo que no se le pasó por alto a Roberto.
- Estás salido, viejo – y recomenzó a carcajearse – estás salido – se acercó a él y le dio un empujón con el hombro al tiempo que le echaba el brazo por el cuello le acercaba a su boca y le daba un sonoro beso en la mejilla y le susurraba al oído – echabas de menos la polla de tu niño, ¿eh?, bueno pues luego esas dos nos van a hacer un poco felices con su numerito lesbico, que en el coche no se les daba nada mal.
- Pero bueno – protestó Alejandro medio en serio – es tu novia, ¿o no? Es que para ti no hay valladares, ni cancelas, todo el monte…
Roberto no le dejó terminar, porque le dejó sin habla palpándole la bragueta y comprobando que estaba duro.
- Y por lo que veo, papá, para ti tampoco. Que ganitas tienes, cabroncete, de todo un poco ¿verdad? Pues como yo. Un surtidito como se dice en la plaza de la Flores.
Dejó a su padre sin palabras y continuaron hasta la puerta de la casa donde las dos chicas esperaban que llegasen los hombres.
Alejandro abrió la puerta y entraron a la casa. Condujo a todos hasta el salón.
- Más tarde nos enseñan la salita de juegos, ¿no papa? – dijo no sin retintín Roberto.
- ¡Ah! Tenéis una sala de juegos - dijo emocionada Lisa.
- Si contestó Alejandro - casi entre dientes – pero no muy usual, es algo diferente.
Roberto miró a su padre y le guiñó un ojo
- Vamos a la cocina a preparar algo de comer papa. Que se queden aquí las chicas charlando de sus cosas.
Roberto echó el brazo por el hombro a su padre.
- ¿Qué te juegas que si venimos ahora despacito – le dijo al oído – las pillamos liadas?
- No seas liante tú, chico, vamos a la cocina y déjalas a ellas.
- ¿Y tú papi? - Y le volvió a coger la bragueta comprobando la dureza – sigues cachondito ¿no?
- Tú crees que me lo podré hacer con la chica esa – preguntó con temblor de excitación – preguntó esperanzado a Roberto.
- Seguro, pero antes tenemos que darnos la bienvenida tu y yo solitos…, en la cocina mismamente.
Nada más llegar a la cocina Roberto se abalanzó materialmente sobre la bragueta de su padre.
- No creerías – le dijo de rodillas delante de él mientras le abría le desabrochaba el pantalón – que iba a dejar que fuese Quique el único que te comiese la polla. Yo tengo más derechos.
- Roberto, por favor, las chicas…
- Las chicas ya se estarán follando las dos, que estaban muy calientes durante el viaje. Ahora nos toca a nosotros. Hacia meses que no nos veíamos, y además esto solo va a ser el aperitivo de la orgía de después de cenar en el sotanillo los cuatro juntos.
En cuanto Roberto abarcó el pene de su padre con los labios éste sintió una punzada intensa y de color azul fuerte cuando cerró los ojos por el placer e inmediatamente eyaculó en la boca de su hijo. Inmediatamente éste se levantó y compartió el semen con su padre a través de un beso prolongado y caliente.
- Ves, papá, no ha sido nada, pero ya estamos calentando motores. Vamos a preparar unos bocadillos y a recuperar fuerzas.
Cuando volvieron al salón Corina y Lisa estaban fundidas en un ardoroso beso.
- ¡Niñas! – Gritó Roberto – déjense de comerse la una a la otra que ahora toca comer algo más sustancioso, aunque sea menos interesante.
Las dos chicas dieron un bote sintiéndose sorprendidas en falta.
- Tranquilas chicas – les aquietó Alejandro – en esta casa somos muy tolerantes, pueden ustedes darse todos los besos que quieran…, pero luego, ahora toca reponer fuerzas por lo que pudiera venir después.
Comieron los bocadillos como un herbívoro come en la sabana, deprisa para pasar al siguiente acto, solo que en lugar de querer escapar corriendo del depredador, todos querían que todos les atrapasen cuanto antes.
Lisa, pidió un refresco.
- En esta casa somos civilizados y se come con buen vino – se apresuró a contestar Alejandro.
Descorchó un Penedes del 2000 y sirvió los vasos.
A mi es que le vino… - se disculpó Lisa algo cortada
El vino alegra el corazón del hombre – contestó festivo Alejandro, después de consumir su vaso – o por lo menos eso dice la Biblia y vosotros los americanos soy mucho de la Biblia.
Si, pero…, continúo intentando evitar Lisa.
- Chorradas – se puso serio Roberto – bébete el vino que verás como para lo que viene ahora te va a venir de perlas.
Después del primer vaso de vino Lisa esbozó una sonrisa bobalicona y empezó a acariciar a Corina. Alargó la mano con el vaso vacío a Alejandro para que se lo llenase.
- Está muy bueno y siento un calorcillo aquí – se señaló la barriga – muy agradable y Corina es muy bonita – y soltó una carcajada sin sentido.
Acabaron los bocadillos y Roberto dio el pistoletazo de salida.
- Nos vamos abajo, estaremos más cómodos.
- ¿Abajo, que es abajo? - Chapurreó medio en ingles medio en español Lisa.
Alejandro la tomó por el brazo y la ayudó a llegar hasta la escalera.
- Ahora te enterarás lo que es nuestra sala de juegos.

AMOR DESEADO E INTENSO




Un tren de piel perlada ardiente
Embiste furiosa y exaltada
Penetrando profunda y desatada
Como el estoque de un diestro valiente.

Entra en mi carne que a voluntad desbarato
Al tiempo que mi grito de dolor ahogado
Enardece aún más al deseado
Para chocar contra mí en el arrebato.

Sea tu deseo la escritura del Notario
Que da fe firme que soy tuyo
Y con tu carne en mi como en sagrario
Ámame poseyéndome en arrullo.

Miro tus ojos que me devoran
Mientras me siento todo poseído
Deseando que el tiempo detenido
Se acabe cuando se acaben las horas.

Y cuando al fin entre estertores
De placer sincero, en mi cuerpo vaciado
Suspires con tu deseo consumado
Sabré feliz, que son sinceros tus amores.

lunes, 8 de abril de 2013

TU LICOR, MI SED.




Tu dedo sutil roza el vello,
Me eriza el cabello
Y me hace sonreír,

Eres un amante loco
Repito entre escalofríos de amor,
Solo me rozas,
No me acaricias y abonas
El fuego que me consume
Porque no me estrechas
Y me haces una contigo,
…en nuestra soledad.

Entre las mantas sucias
De corridas antiguas
Crece la limpieza del dios,
El que muere cada día
En cada orgasmo…, eterno,
Sin hablar, callado
Mientras tú, ¡loco!
Mientras te limpias en la manta
Y me dejas la corrida,
Una más,
Para que la huela
Y me impregne mis neuronas
De ti. Tu licor.

Te vas cada día de mí
Y te atesoro,
Sin abrir las piernas
Para que te quedes dentro
Para que te fundas en mi carne
Y no se me olvide tu gemido salvaje,
Al derramarte, impetuoso.
Licuar tu alma
Aún sin amor; ese
Ese amor, lo pongo yo en Silencio.

No necesito que me ames
Solo que me riegues
Para no morir de sed de ti.